?Ese Kichi guay!

Mientras el incombustible Marhuenda nos ensombrec¨ªa la noche del s¨¢bado en La Sexta clamando que el hombre es malo por naturaleza e influjo de Thomas Hobbes, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, Kichi, alcalde de C¨¢diz, manifestaba que no pod¨ªa sentirse ajeno a los desahucios porque, ante todo, se considera persona. La lucha del bien contra el mal, ya saben, lo que como nadie este a?o ha resumido el nuevo tr¨¢iler de Star Wars.

El director de La raz¨®n, portavoz triple del marianismo, el aguirrismo y el aznarismo, se nos revela como un tres en uno de la caverna que ni a tiros piensa cogerse vacaciones cat¨®dicas tratando de explicar la trama P¨²nica. Pero antes, preso de un sorprendente s¨ªndrome de Estocolmo, se mostr¨® como un corderito, igual que sus compa?eros de plat¨®, ante los encantos de Kichi. Se les escap¨® vivo y sin explicaciones satisfactorias acerca de esa soplapollez conceptual que desde Podemos llaman ¡°r¨¦gimen del 78¡± o su mancha con tufo autoritario respecto a la defensa de Maduro.

Ser¨¢ porque el gaditano desarma luciendo esa imagen de cachondo sentado en su poltrona municipal ¡ª¡°con un despacho m¨¢s grande que mi casa¡±, dice¡ª, resolutivo en sus ademanes asamblearios, capaz de provocar tanto sofoco en su rival pepera Te¨®fila Mart¨ªnez como para que ¨¦sta haya perdido el gracejo a la hora de abanicarse.

El caso es que Kichi se revela como una de las punteras corrientes de frescura en sus filas. Pocos argumentos le quedan a la pol¨ªtica rancia frente a la camisa medio arrugada y el flequillo cortado en casa del dirigente, frente a la urgencia de los comedores infantiles, su determinaci¨®n a luchar por el empleo, detener desahucios y su explicaci¨®n de por qu¨¦ se ha comprado un traje para oficiar bodas. Kichi desprende nobleza, autenticidad y desparpajo. La mayor¨ªa de nosotros se bajar¨ªa a tomar unas ca?as con ¨¦l. ?Lo har¨ªa usted con Marhuenda?