?Qu¨¦ le ha pasado a ¡®True Detective¡¯?
Uno de los grandes problemas de la segunda temporada ha sido la trama, demasiado enrevesada y a la que le sobraban minutos por todas partes
Seguro que Nic Pizzolatto no se pod¨ªa imaginar la cantidad de cr¨ªticas que le caer¨ªan a la segunda temporada de True Detective. Las expectativas generadas tras la gran primera entrega eran enormes. Matthew McConaughey y Woody Harrelson brillaron en unos cap¨ªtulos que se convirtieron en todo un fen¨®meno televisivo. A su segunda temporada, tras darle un poco de margen con los primeros episodios, le han llovido las cr¨ªticas por todos los frentes. Se ha convertido en la nueva serie para ver y odiar al mismo tiempo. El deporte favorito de los seri¨¦filos este verano ha sido criticar True Detective (para otros, ha sido defender la serie contra viento y marea, que de todo ha hay en la vi?a del Se?or...). ?Qu¨¦ ha fallado en esta segunda temporada?
La respuesta es sencilla: salvo los t¨ªtulos de cr¨¦dito, todo ha fallado. Pasar de dos protagonistas a cuatro no le ha sentado nada bien a una historia demasiado dispersa y obsesionada con hablar de los fantasmas del pasado y los asuntos personales de unos personajes con los que era imposible conectar. Ni siquiera los actores parec¨ªan c¨®modos en unos papeles que no encontraban su lugar. El polic¨ªa homosexual reprimido al que daba vida Taylor Kitsch parec¨ªa adosado a la fuerza a la historia. Vince Vaughn no ha dado la talla como el mafioso Frank Seymon, personaje que tampoco ha llegado a encajar en la investigaci¨®n principal. Colin Farrell y Rachel McAdams han hecho lo que han podido, pero siempre muy lejos de McConaughey y Harrelson.
Otro de los grandes problemas de True Detective 2 ha sido la trama, demasiado enrevesada pero a la que, al mismo tiempo, le sobraban minutos por todas partes. La obsesi¨®n por estirar la historia tambi¨¦n se refleja en unos mon¨®logos y di¨¢logos llenos de humo y palabrer¨ªa en boca de personajes extremadamente pesarosos y atormentados.
Desde HBO se advert¨ªa a los impacientes seguidores que esperaran hasta el final para juzgar la serie. El problema es que ya era demasiado tarde y no ha habido posibilidad de redenci¨®n. Al final (como tambi¨¦n pas¨® en la primera temporada), la resoluci¨®n del caso ha sido lo menos importante. El destino de los personajes estaba sellado tiempo atr¨¢s y no ha habido lugar para las sorpresas de ¨²ltima hora en una despedida de hora y media que emiti¨® ayer Canal + Series.
Por momentos, la segunda temporada de True Detective parec¨ªa una parodia de True Detective. Sin los elementos que convirtieron a la primera entrega en algo diferente, ese ¡°algo¡± que la hac¨ªa hipn¨®tica ¡ªesas secuencias, esa ambientaci¨®n, esos di¨¢logos, ese estilo narrativo¡ª, la serie se ha quedado en algo hueco y ha pecado de pretenciosa.
Para la posible tercera temporada, True Detective tendr¨¢ que reflexionar bien qu¨¦ es lo que quiere hacer. Ver hacia d¨®nde quiere ir. Si quiere ser una serie convencional o quiere ser otra cosa. Eso s¨ª, que conserven a los dise?adores de los t¨ªtulos de cr¨¦dito, una de las pocas cosas que ha mantenido el nivel o incluso mejorado respecto a la primera temporada.
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