Al andar
¡°Los trenes y la Iglesia tienen sus detractores, pero ambos constituyen la mejor forma de que una persona llegue a su destino¡±, afirm¨® el reverendo Wilbert Awdry; si esto es verdad en relaci¨®n a la Iglesia, no lo parece respecto a los trenes y a otros medios de transporte cuya popularidad alberga, por su parte, una disidencia.
A esa disidencia, la de quienes prescinden de los veh¨ªculos a su disposici¨®n, dedic¨® el imprescindible fil¨®sofo alem¨¢n Walter Benjamin su obra Baudelaire (Abada, 2014), Robert Walser su libro El paseo (Siruela, 2012) y Franz Hessel el bello Paseos por Berl¨ªn (Errata Naturae, 2015).
Ninguno de ellos es un texto reciente, pero su vigencia es puesta de manifiesto por obras posteriores que los toman como referencia, por ejemplo El dilema de Marcel Proust o El paseo de los sabios de Javier Mina (Berenice, 2014), Andar: Una filosof¨ªa de Fr¨¦d¨¦ric Gros (Taurus, 2014) y Wanderlust de Rebecca Solnit (Capit¨¢n Swing, 2015), todos los cuales profundizan en la tesis central de Benjamin, seg¨²n la cual el acto de caminar hace posibles una enso?aci¨®n y un pensar que una vida moderna hist¨¦ricamente veloz y preocupada s¨®lo por los desplazamientos de sujetos y mercanc¨ªas tiende a hacer desaparecer.
Pensar y caminar (m¨¢s aun: vagabundear sin rumbo, abiertos a lo que vemos y al efecto que todo ello provoca en nosotros) ser¨ªan, pues, actividades antiecon¨®micas (¡°anticapitalistas¡±, se puede decir) y, por consiguiente, no deber¨ªa sorprendernos que, como record¨® recientemente el escritor espa?ol Isaac Rosa en este mismo peri¨®dico, las manifestaciones pol¨ªticas m¨¢s recientes en Espa?a (y no s¨®lo en ella) hayan tenido el car¨¢cter de una marcha ¡°que prolonga el caminar como un acto pol¨ªtico, una forma de desobediencia civil¡±.
El estadounidense Henry David Thoreau (a quien debemos la creaci¨®n de ese t¨¦rmino, ¡°desobediencia civil¡±) tambi¨¦n escribi¨® sobre el caminar en Un paseo invernal (Errata Naturae, 2014); inspir¨¢ndose en su ejemplo, Martin Luther King concibi¨® la ic¨®nica Marcha sobre Washington del 28 de agosto de 1963 en la que pronunci¨® su famoso discurso Tengo un sue?o. Una manifestaci¨®n m¨¢s de que caminar, pensar y actuar son, muy a menudo (y en tanto disidencia) la misma cosa.
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