Bob Johnston, productor de Bob Dylan, Leonard Cohen y Johnny Cash
Experto en country, supo adaptarse a los cantautores y los grupos de rock. Su ejemplo ayud¨® a convertir Nashville en un centro de producci¨®n de todo tipo de m¨²sicas
Bob Johnston, productor de leyenda, falleci¨® el 14 de agosto en una residencia para mayores de Nashville, localidad de Tennessee donde desarroll¨® buena parte de su obra. Johnston, de 83 a?os, fue productor de plantilla para Columbia Records (aqu¨ª, CBS): realiz¨® siete elep¨¦s con Johnny Cash, seis con Bob Dylan y tres con Leonard Cohen.
Actualmente, en el museo del Country Music Hall of Fame, en Nashville, se presenta una exposici¨®n titulada Dylan, Cash, and the Nashville cats, que refleja la aproximaci¨®n entre el country y el rock, acelerada a partir de la visita de Bob Dylan en 1966, para elaborar el monumental Blonde on blonde. Hasta entonces, esas m¨²sicas estaban separadas por ideolog¨ªas, clases sociales y estilos de vida. La bonhom¨ªa de Bob Johnston facilit¨® una entente cordiale que transformar¨ªa ambos g¨¦neros.
De verdadero nombre Donald William Johnston, era un tejano afable y dicharachero. En los a?os cincuenta, como tantos chicos sure?os en busca de una oportunidad, grab¨® rockabilly. No tuvo suerte pero descubri¨® que, en Nueva York, hab¨ªa demanda de productores que hablaran el mismo lenguaje que los artistas y generaran discos de forma eficiente.
En Columbia, conect¨® con Bob Dylan y Simon & Garfunkel. No estuvo detr¨¢s de sus primeros ¨¦xitos,?Like a rolling Stone y?The sound of silence, que fueron firmados por otro empleado de plantilla, Tom Wilson. Wilson era un tipo tan cool que resultaba distante, mientras que Johnston alardeaba de empat¨ªa; ya imaginar¨¢n a qui¨¦n prefirieron Dylan y Paul Simon.
Aunque Johnston colaboraba sin problemas con m¨²sicos de Nueva York o Los ?ngeles, ten¨ªa la idea de juntar a las figuras del pop con los afamados sesi¨®n men de Nashville. Aparte de la hospitalidad sure?a, sus instrumentistas eran vers¨¢tiles y apreciaban salir de la rutina.
La apuesta funcion¨®: Dylan buscaba espontaneidad y rapidez; con aquellos m¨²sicos pelicortos, Dylan grab¨® en siete d¨ªas la mayor parte del doble Blonde on blonde. En los versos, a veces escritos en el estudio, se reivindicaba la gran exportaci¨®n de Nashville: ¡°la emisora de m¨²sica country suena suave/ y no hay ninguna raz¨®n, pero ninguna, para apagarla¡± (¡°Visions of Johanna¡±).
Superada esa prueba, los encargos llegaron en oleadas. Desde artistas country, como Johnny Cash y la pareja Flatt and Scruggs, a poetas t¨ªmidos, como Leonard Cohen. El canadiense admiraba el m¨¦todo de Johnston: aparte de sus t¨¦cnicas para grabar de forma natural lo que ocurr¨ªa en el estudio, estaba su complicidad con el artista, facilitado por los 1.400 kil¨®metros que les separaban de los directivos de la compa?¨ªa.
Nada que ver con el prototipo del productor tir¨¢nico, tipo Phil Spector. Johnston parec¨ªa carecer de ego, aspirar a la invisibilidad. Aunque Dylan le hizo el homenaje m¨¢ximo al citarle en Nashville skyline (1969). Al principio de?To be alone with you, se le oye interpelar al productor: "?Estamos grabando, Bob?". Una pregunta ociosa: Johnston siempre ten¨ªa dos o tres grabadoras encendidas, para que no se perdiera nada de la sesi¨®n.
Columbia fue menos precavida: se negaba a pagar royalties a los productores de plantilla y se qued¨® sin los servicios de Johnston, que se convirti¨® en aut¨®nomo. Tambi¨¦n ejerci¨® como director musical de la banda de directo de Leonard Cohen durante dos a?os. Al final, Johnston sigui¨® grabando con artistas de Columbia: no abundaban los productores con sus habilidades.
Como independiente, Johnston descubri¨® al cantautor vaquero Michael Murphey y supo dar forma comercial al grupo brit¨¢nico Lindisfarne. Tambi¨¦n hizo discos con abundantes veteranos: Pete Seeger, John Mayall, Alvin Lee, Jimmy Cliff. Para el ¨¢lbum Go cat go!, un homenaje a Carl Perkins, consigui¨® la presencia de Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.
Johnston se qued¨® pr¨¢cticamente en la calle tras una investigaci¨®n del IRS, la Hacienda estadounidense, que descubri¨® que apenas hab¨ªa pagado impuestos federales. Por igual trance pas¨® Willie Nelson, que hab¨ªa sido estafado por su contable. Juntos hicieron un disco, The IRS tapes, cuyos ingresos fueron directamente a satisfacer la deuda.
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