Libros de historias y con historia
Los escritos usados que pasan de mano en mano nos hablan de otras vidas
De la misma manera que hay diferentes modos de acercarse y conocer a las personas, hay distintas formas de acercarse y conocer a los libros. Una puede encantarse al descubrir los gustos, las inquietudes y los intereses de alguien que ha apenas conocido, como puede tambi¨¦n entusiasmarse con una escritura exquisita que habla sobre experiencias y temas que nos tocan el coraz¨®n.
Hay muchos senderos que recorrer para llegar a un buen libro. Se puede acoger la sugerencia de un amigo que nos habla con entusiasmo de una obra reci¨¦n le¨ªda. La nueva publicaci¨®n de un escritor preferido nos invita a disfrutar una vez m¨¢s de sus ideas y escritura. Una cr¨ªtica literaria sugestiva aguza la curiosidad por descubrir nuevos autores y temas. O, como me suele decir una querida amiga, se puede salir de la zona de conforto para atreverse a descubrir, perdida en casetas o estanter¨ªas, un libro que nos llame la atenci¨®n.
Los espacios para encontrarlos tambi¨¦n son variados. En las librer¨ªas, los libros tienen su brillo original, las p¨¢ginas est¨¢n inmaculadas y el olor recuerda su corta existencia f¨ªsica. En los libreros de viejo, por otro lado, los libros vienen de una larga batalla: la cubierta deslucida, las manchas, el polvo acumulado y las frases subrayadas nos advierten del paso del tiempo. Varias manos los han tocado y cada persona ha dejado su marca. En internet, por fin, se puede encontrar libros nuevos y usados, y aunque el proceso de descubrimiento y compra tiene menos encanto, el libro un d¨ªa llega, nos sorprende y nos hace feliz.
A m¨ª me gustan los libros nuevos y usados, de manera indistinta, pero si debo elegir, confieso mi predilecci¨®n por aquellos que tienen marcas de vida como nosotros. Otras personas pasaron por all¨ª, dejaron fecha y nombre, marcaron sus pasajes preferidos y escribieron al margen sus propias reflexiones. Otras manos lo tocaron, otros ojos lo leyeron, otras personas dialogaron con el libro que ahora es m¨ªo. Yo seguir¨¦ ese di¨¢logo y dejar¨¦ mis marcas para que alguien, un poco m¨¢s adelante, se imagine a m¨ª.
Los libros usados tambi¨¦n traen fragmentos de vida de sus anteriores due?os: un billete de metro de 1993, la lista de la compra o una nota para recordarse de algo. Peque?os recuerdos de otras personas usados como marcap¨¢ginas. A m¨ª me encanta imaginar c¨®mo fue ese d¨ªa que, encerrado entre p¨¢ginas, ha llegado a m¨ª.
Otro d¨ªa recib¨ª por correo un libro usado comprado por internet. Es la primera obra publicada por Jhumpa Lahiri, una autora que es parte de mis nuevos descubrimientos. Lo recib¨ª con el entusiasmo y la alegr¨ªa de todas las veces que sujeto un nuevo libro m¨ªo. La cubierta est¨¢ decente, las paginas est¨¢n amarillentas pero no hay subrayados ni palabras a?adidas. El anterior due?o mantuvo un contacto formal con la obra de Lahiri y ser¨¦ yo, seguramente, quien dejar¨¢ rayas y apuntes. Pero ha llegado con el libro una parte de la vida de quien me precedi¨®. Una tarjeta postal enviada probablemente en un sobre desde Sud¨¢frica hasta alg¨²n punto en el Reino Unido. La firma LA en un d¨ªa sin fecha, qui¨¦n se lamenta por no haberle encontrado a Patrick en el paso por su tierra. Hay expresiones de afecto y ¡°love¡± escrito tres veces. Qui¨¦nes son, cu¨¢ndo la postal fue escrita y qu¨¦ pas¨® entre esas personas son hechos dejados a mi imaginaci¨®n. Son fragmentos de un momento vivido por otras personas y transportados en el tiempo.
Esa es una de las magias de los libros usados que pasan de mano en mano. Son libros de historias, con historia y que nos hablan de otras vidas: reales y de ficci¨®n.
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