En buenas manos
La perspectiva hist¨®rica ampl¨ªa el enfoque al abordar la situaci¨®n catalana presente
Aunque no todo ha cambiado, casi nada sigue igual, y ni las palabras ni casi los conceptos mismos mantienen imperturbablemente su mismo sentido hoy que ayer, y mucho menos que anteayer. Los simuladores de vuelo historiogr¨¢fico nos hacen leer a Aza?a (que era quien ten¨ªa la raz¨®n en el debate del Estatut en 1932) y a Ortega (que se equivoc¨® entonces, y equivoc¨® su bando entonces ali¨¢ndose sin querer con la extrema derecha) como si estuviesen hablando tan ricamente para hoy, pero no es verdad. Y no lo es porque el franquismo se constituy¨® en la apisonadora de la menor credibilidad de un proyecto de conciliaci¨®n entre una Catalu?a a ratos muy egoc¨¦ntrica, y sobradamente narcisista en muchos otros, y una Espa?a pol¨ªtica que retroced¨ªa junto con Catalu?a un par o tres de siglos en cosa de meses, all¨¢ por 1939, y desde entonces los lenguajes parecen los mismos pero las realidades dejaron de serlo.
Aunque tambi¨¦n en el mejor de los sentidos, porque el proyecto t¨¢cito de un iberista l¨ªrico como Joan Mara?gall o un iberista pr¨¢ctico como Agust¨ª Calvet, Gaziel, en su Trilog¨ªa ib¨¦rica pod¨ªa verse raramente ratificado tras la revolucionaria Constituci¨®n de 1978 y la construcci¨®n de un Estado auton¨®mico desde entonces. Catalu?a hab¨ªa sido en la intimidad de la resistencia antifranquista una pieza capital entre varias m¨¢s, un pedazo necesario de la libertad integral que se reclamaba a trav¨¦s de la democracia. Esa conquista hab¨ªa ganado por goleada con la restituci¨®n de las instituciones y el resto del aparato cultural y pol¨ªtico de la Catalu?a que llega hasta hoy. De haber vivido ese tiempo de la transici¨®n, me parece que el Jaume Vicens Vives de Noticia de Catalu?a hubiese suscrito el modelo, como lo hubiese suscrito otro infatigable pedagogo del encaje de Catalu?a con Espa?a como el Dionisio Ridruejo que proyectaba ese modelo, casi calcado, vertiginosamente previsor, mientras redactaba Escrito en Espa?a en torno a 1960 1960 y resid¨ªa entre el Maresme catal¨¢n y Madrid.
El de Jordi Amat es el libro que mejor ha contado el origen del enconamiento actual del soberanismo catal¨¢n contra los catalanes que no somos independentistas
Parad¨®jicamente, quien deplor¨® la resurrecci¨®n por entonces de las peores patolog¨ªas nacionalistas en Catalu?a, la Catalu?a m¨¢s cautiva de su propio complejo de superioridad, fue el mismo responsable de un vadem¨¦cum endeble e intuitivo sobre el catalanismo en su primera juventud, Josep Ferrater Mora. A principios de los ochenta se hab¨ªa rebelado ya contra el uso pol¨ªtico y la lectura sacralizada que el catalanismo hizo de sus apuntes juveniles. Y lo hizo mientras prologaba extensamente una nueva edici¨®n de sus Formes de la vida catalana, de modo que casi nada de lo que hab¨ªa incubado aquel librito de 1944 quedaba ya sin revisar y desactivar, entre otras cosas porque nunca pens¨® en otros t¨¦rminos que los l¨®gicamente federales para sociedad de historia compleja y pluripartita, como la espa?ola y la catalana con ella. Y hasta dir¨ªa que algo del aroma invisible de la misma posici¨®n ha presidido el an¨¢lisis de esa Espa?a integral de los ¨²ltimos a?os cuando lo ha abordado desde el ¨¢ngulo catal¨¢n un periodista con vocaci¨®n de ensayista, Enric Juliana, en Espa?a en el div¨¢n, como si la estela de Josep M. Castellet y su labor editorial desde Pen¨ªnsula desde mediados de los sesenta no haya tenido caducidad alguna: su primera colecci¨®n se llam¨® Ib¨¦rica.
Hoy en Catalu?a y en algunos libros valiosos y valientes resuena de nuevo con menos amargura pero con la misma raz¨®n el verso antiguo de Jon Juaristi que deploraba las mentiras de los padres, y me temo que muchos han seguido mintiendo. Hay tratamiento de choque contra esos engrudos falseadores del pasado, edulcoradores de las responsabilidades compartidas y viciosamente complacidos con las fantas¨ªas privadas que nos elevan la autoestima deca¨ªda. Y como eso no es historia sino masturbaci¨®n ensimismada, contra ella se han aliado la lucidez y la amenidad del libro que mejor ha contado el origen del enconamiento actual del soberanismo catal¨¢n contra los catalanes que no somos independentistas y despu¨¦s contra un enemigo com¨²n e inventado que no existe y llaman Espa?a. Tuvo que titularlo Jordi Amat El llarg proc¨¦s, porque de eso se trata, y el t¨ªtulo se entiende a la primera.?
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