¡°Me dedico al cine porque puede emocionar y provocar debate¡±

A Pablo Trapero (Buenos Aires, 1971), un reconocido director argentino que encadena ¨¦xitos con pel¨ªculas dif¨ªciles, sociales, muchos le recomendaron que no hiciera El clan. ¡°Me dec¨ªan que era un tema inc¨®modo, que hablaba de unos a?os que la gente no quer¨ªa recordar. Que la realidad de la familia era muy angustiante. Que nadie se pod¨ªa identificar. Que era una pel¨ªcula muy arriesgada¡±. Trapero sigui¨® adelante, encontr¨® el dinero y la hizo. Y en tres semanas, lo que lleva en cartel en Argentina, se ha convertido en la pel¨ªcula con el mejor arranque de la historia de este pa¨ªs cin¨¦filo: 1,8 millones de entradas vendidas. Ha superado incluso a Relatos salvajes,el exitazo del a?o pasado con la misma coproductora espa?ola, El Deseo, de los Almod¨®var.

La historia parece una ficci¨®n forzada, pero es un caso real. En 1985, la sociedad argentina que arrancaba su incipiente democracia descubr¨ªa horrorizada que Arqu¨ªmedes Puccio, un respetado economista y comerciante de clase media del elegante San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, exdiplom¨¢tico y vinculado al servicio secreto, secuestraba por dinero a ricos amigos de su hijo mayor y los escond¨ªa en el s¨®tano de la casa donde viv¨ªa con cinco de sus hijos y su esposa. Cuando pagaban el rescate, los mataba. La irrupci¨®n de la polic¨ªa, cuando Puccio perdi¨® el respaldo pol¨ªtico heredado de la dictadura, salv¨® a la ¨²ltima secuestrada.

Toda la familia participaba de alguna manera en los secuestros ¡ªla madre cocinaba la comida de los rehenes¡ª o callaba, incluido Alejandro, el hijo mayor, triunfador, deportista ¡ªlleg¨® a jugar en la selecci¨®n nacional de rugby¡ª muy conocido y querido. Sus amigos le defendieron y negaron su participaci¨®n, hasta que las evidencias fueron tantas que ¨¦l mismo intent¨® suicidarse.

¡°Los expertos dicen que es imposible, por la arquitectura de la casa, que la familia no supiera lo que hac¨ªa el padre. Tal vez la ni?a m¨¢s peque?a no entend¨ªa bien, pero ten¨ªa que saber que algo raro pasaba. Supieron y callaron tal vez por miedo o por conveniencia¡±, explica Trapero, que admite que le fascin¨® la figura del hijo. ¡°Un tipo como Alejandro ten¨ªa todo para no involucrarse. ?Por qu¨¦ secuestrar a sus propios amigos? Es perverso. Est¨¢ claro que lo hizo por dinero. El caso Puccio se estudia criminol¨®gicamente fuera de Argentina¡±.

¡°Todo el mundo est¨¢ muy sorprendido del ¨¦xito¡±, explica Trapero, que est¨¢ hoy en Venecia para la proyecci¨®n de su pel¨ªcula en competici¨®n oficial. ¡°Incluso para m¨ª, que confiaba en la historia, super¨® las expectativas. Lo m¨¢s importante es que la gente se emociona. El cine tiene esa capacidad. La semana pasada me abr¨ª una cuenta de Twitter y veo la reacci¨®n. Est¨¢ generando mucho debate. Para eso me dediqu¨¦ al cine, porque como espectador me pasaba eso¡±.

'El clan¡¯ se proyecta hoy en el Festival de Venecia en la secci¨®n oficial

El director, que pertenece a la generaci¨®n de oro del cine argentino, desconf¨ªa de las supuestas f¨®rmulas del ¨¦xito de Hollywood. ¡°Las f¨®rmulas dicen que la gente no quiere ver la realidad, que prefieren ver otra cosa. Muchos me dec¨ªan: ¡®No, Pablo, en tus pel¨ªculas siempre hablas de estos mundos y la gente quiere ver otras cosas¡¯. Y es falso. Creo que a la gente que vivi¨® esa ¨¦poca le sirvi¨® para reflexionar. No hay mucho sobre ese periodo de transici¨®n entre la dictadura y la democracia. Hay un vac¨ªo, nos ha costado horrores encontrar archivos de la ¨¦poca. Fue un momento muy doloroso, yo era peque?o y hab¨ªa mucho escepticismo, mucha angustia¡±.

La parte oscura

Muchas de las ¨²ltimas pel¨ªculas argentinas que han triunfado hablan, como esta, de la parte oscura de este pa¨ªs. ¡°Debatir siempre nos dio salud¡±, dice Trapero. ¡°Lo que se llama nuevo cine argentino explot¨® en 2001, cuando estall¨® la crisis econ¨®mica, porque la gente tambi¨¦n necesitaba debatir en ese momento. A m¨ª me pas¨® con Elefante blanco, con Carancho, con Leonera.Salieron leyes que cambiaron cosas por esas pel¨ªculas. Pero fue un proceso m¨¢s lento que esta. Aqu¨ª a las 48 horas ya estaba arrasando¡±.

La pel¨ªcula trata de secuestros y asesinatos ocurridos en Argentina

Trapero inicia ahora un periplo por Venecia, San Sebasti¨¢n, Toronto. Conf¨ªa en que fuera la historia se ver¨¢ de otra manera, porque los argentinos s¨ª conocen el caso. Tambi¨¦n puede volar como Relatos salvajes. ¡°Creo que la manera de contar ciertos temas que tenemos algunos autores argentinos, el compromiso con nuestras historias, hace que cruzando la frontera sobreviva la emoci¨®n que queda. Veo mucha curiosidad con El clan. Para empezar est¨¢ coproducida por los hermanos Almod¨®var, y se ha vendido a varios pa¨ªses en Europa. Creo que tal vez en Espa?a funcione porque puede hacer reflexionar sobre sus similitudes con el propio proceso del franquismo y la Transici¨®n. Yo vengo de una familia de origen espa?ol, de Segovia, me acuerdo de c¨®mo se hablaba de la llegada de la democracia a Espa?a. Adem¨¢s, all¨ª ni siquiera hubo un juicio a la dictadura como el que tuvimos en Argentina con el proceso a las Juntas¡±.

El clan ya ha impactado a dos millones de argentinos con un ingrediente: Trapero ha convertido en un personaje terror¨ªfico a Guillermo Francella, el actor c¨®mico m¨¢s conocido de Argentina, recordado como compa?ero de Ricardo Dar¨ªn en El secreto de sus ojos.