Brian de Palma: cine, verdad y mentiras
El director recibe un doble homenaje en forma de un premio y de un documental
Apa?re?ce sen?ta?do en me?dio de la es?tan?cia, co?mo un vo?lu?mi?no?so l¨ª?der es?pi?ri?tual que se dig?na a re?ci?bir a un sim?ple mor?tal.?Brian de Palma (Ne?wark, 1940) es?t¨¢ flan?quea?do por dos de sus ap¨®s?to?les, los di?rec?to?res Noah Baum?bach y Ja?ke Pal?trow, que han pre?sen?ta?do un mag?n¨ª?fi?co do?cu?men?tal so?bre su tra?yec?to?ria en la Mostra de Venecia. Las entrevistas no son el deporte favorito del director. No parece interesarle analizar su obra, ni tampoco que le hagan preguntas inc¨®modas, ni preguntas a secas.
Si ha hecho una excepci¨®n, no cuesta advertir que a rega?adientes, es por su deuda con este festival, donde ha presentado siete de sus pel¨ªculas desde los setenta, y que ayer le entreg¨® el premio Jaeger-Lecoultre Glory to the Filmmaker, una especie de colof¨®n a su admiraci¨®n infinita por De Palma. "Siempre es agradable recibir un premio, y m¨¢s en un festival que siempre ha reaccionado tan bien ante mi trabajo", afirma De Palma. Otra cosa que no le gusta, claro est¨¢, son las cr¨ªticas negativas. "Claro que no. A nadie le gusta que cr¨ªticos malhumorados destrocen sus pel¨ªculas", confirma.
?xitos y fracasos
A ¨¦l le ha sucedido en m¨¢s de una ocasi¨®n: sus ¨¦xitos son tan numerosos como sus fracasos. De toda esa generaci¨®n del Nuevo Hollywood que logr¨® infiltrarse en los grandes estudios "para hacer pel¨ªculas incre¨ªbles, antes de que los hombres de negocios volvieran a tomar el control", De Palma fue siempre el m¨¢s reacio a jugar al juego de Hollywood. En las d¨¦cadas posteriores, los estudios nunca confiaron del todo en este hombre empe?ado en ir por libre. Mientras los estudios le ped¨ªan un final obligatoriamente feliz, De Palma prefer¨ªa no dejar t¨ªtere con cabeza. ?Por eso no tuvo la misma carrera que algunos de sus amigos de entonces, como Steven Spielberg, George Lucas o incluso Martin Scorsese? "Hemos vivido en reinos distintos. Spielberg construy¨® un imperio. Es un tipo que trabaja todo el d¨ªa. Yo ser¨ªa incapaz de vivir as¨ª", sostiene.
Filmograf¨ªa seleccionada
Redacted (2007)
La dalia negra (2006)
Ojos de serpiente (1998)
Misi¨®n: Imposible (1996)
Atrapado por su pasado (1993)
La hoguera de las vanidades (1990)
Doble cuerpo (1984)
Los intocables de Eliot Ness (1987)
El precio del poder (1983)
Carrie (1976)
El fantasma del para¨ªso (1974)
De Palma tambi¨¦n fue criticado por su formalismo, que convert¨ªa su filmograf¨ªa en supuestamente vacua y desinteresada por los grandes asuntos pol¨ªticos que sacud¨ªan su ¨¦poca. Visionar de nuevo algunas de sus pel¨ªculas lo desmiente parcialmente. "Dir¨ªa que es al rev¨¦s: estoy mucho m¨¢s politizado que muchos de mis compatriotas, tal vez porque crec¨ª en el Nueva York de los sesenta", confirma. "Me he opuesto muchas veces a la doctrina estadounidense. He rodado pel¨ªculas contra Vietnam e Irak y me he posicionado contra la deriva que se viv¨ªa en Estados Unidos". As¨ª fue desde su primera pel¨ªcula, Saludos, sobre un grupo de hombres intentando encontrar astucias para evitar ser mandados a Saig¨®n ¡ªde la misma forma que logr¨® hacer ¨¦l mismo, haci¨¦ndose pasar por "comunista y homosexual"¡ª, y hasta la reciente Redacted, que criticaba la actuaci¨®n de los marines en Irak y su perversa manipulaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. Incluso pel¨ªculas como Carrie, donde Sissy Spacek era martirizada por sus compa?eros a causa de su diferencia, o Impacto, en la que John Travolta era perseguido por disponer de informaci¨®n sobre un crimen, contienen una mirada oscura de la sociedad estadounidense. "Por eso siempre me han vapuleado. Incluso hay comentaristas televisivos que han pedido que se me internara en un campo de concentraci¨®n", asegura.
Con el tiempo, muchos de aquellos fracasos ser¨ªan aclamados por las generaciones posteriores. Por ejemplo, Scarface (El precio del poder), un ¨¦xito moderado en su tiempo, se ha convertido hoy en todo un icono de la cultura hip hop. "Una pel¨ªcula siempre se mide respecto a la moda dominante. Si est¨¢s en sincron¨ªa con ella, ser¨¢s celebrado. Si no lo est¨¢s, ser¨¢s criticado", asegura. "Por ejemplo, las pel¨ªculas que hice en los setenta, durante la eclosi¨®n del movimiento feminista, me valieron ser tratado de mis¨®gino. Se dijo que abogaba por matar a las mujeres. Me doli¨®, porque obviamente era falso", explica De Palma.
Verdad y manipulaci¨®n
De Palma creci¨® en un suburbio de Filadelfia con una familia "infeliz". Una vez, cuando era peque?o, su madre le pidi¨® que persiguiera a su padre, un cirujano que le dejaba asistir a sus operaciones, para descubrir si le estaba enga?ando con otra. De Palma se arm¨® de una c¨¢mara de fotos y un cuchillo hasta que le oblig¨® a confesar. ?Fue ese un episodio fundacional para su cine? "Supongo que cuando pasas tu infancia escondido entre los ¨¢rboles y espiando ventanas desarrollas una actitud de voyeur", admite. Godard dijo una vez que el cine eran 24 verdades por segundo. "Para m¨ª, es todo lo contrario. El cine es una manipulaci¨®n continua. En el fondo, un director no hace m¨¢s que mentir. Sea cual sea la historia que quiere contar, el resultado siempre es ficci¨®n, incluida la telerrealidad", afirma.
"He sido un estilista visual, pero en el cine de hoy me siento solo"
Si se le pregunta cu¨¢l ha sido su contribuci¨®n al cine, Brian De Palma responde sin reflexionar. ¡°He sido un estilista visual. Lo aprend¨ª todo de Alfred Hitchcock y luego intent¨¦ extender su visi¨®n en mi trabajo. En el cine de hoy en d¨ªa me siento solo. Aparte de Steven Spielberg y Quentin Tarantino, no hay muchos que hagan lo mismo que yo¡±, asegura el director que populariz¨® en su d¨ªa el uso de la pantalla partida o los planos de 360 grados. ¡°Ahora eso ya no se hace, porque las pantallas se han vuelto demasiado peque?as, por lo que todo el mundo rueda de manera api?ada¡±, concluye con un gesto de disgusto.
Tampoco le gusta al director de El precio del poder o Los intocables c¨®mo se filma hoy a las actrices. Afirma incluso que la belleza ha desaparecido de la gran pantalla en los tiempos actuales. "Ya no las iluminan como en los a?os 30, 40 o 50. Todo se hace con la luz de las c¨¢maras digitales. Por eso las actrices ya no son como Greta Garbo, Audrey Hepburn, Grace Kelly o Ingrid Bergman", afirma con gesto de enfado. ?Tal vez sea porque los personajes femeninos se han vuelto m¨¢s naturales que inalcanzables? "No, es solo para ahorrar dinero. Y yo no considero que una mala iluminaci¨®n sea algo natural", concluye.
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