Catalu?a m¨ªnima
Jordi Canal consigue explicar la historia de una comunidad hist¨®rica con normalidad, anteponiendo el rigor a la manipulaci¨®n, en menos de trescientas p¨¢ginas
En estos momentos de confusi¨®n que vivimos (con el 27 de septiembre a la vuelta de la esquina), hay que saludar el singular logro que supone entregarnos una completa y documentada historia de Catalu?a en menos de trescientas p¨¢ginas de formato reducido. Escrita por un historiador catal¨¢n vinculado a la ?cole des Hautes ?tudes en Sciences Sociales de Par¨ªs, el ¨¦xito consiste en algo que pudiera parecer muy simple: explicar la historia de una comunidad hist¨®rica con normalidad, anteponiendo el rigor a la manipulaci¨®n y ¡°la historia cr¨ªtica a la historia p¨²blica¡±, una tarea semejante a la que hace unos meses llevara a cabo Roberto Fern¨¢ndez (el rector de la Universidad de Lleida) con su excelente monograf¨ªa Catalu?a y el absolutismo borb¨®nico. Historia y pol¨ªtica (Cr¨ªtica, 2014), igualmente merecedora de la m¨¢xima divulgaci¨®n.
La Historia m¨ªnima nos lleva de la mano a trav¨¦s de todos los hitos de la historia pol¨ªtica, econ¨®mica, social y cultural de Catalu?a, desde los primeros tiempos hasta el pasado mes de agosto de 2015. As¨ª desfilan ante el lector la Marca Hisp¨¢nica (o extremo sur del imperio carolingio en los siglos IX y X en las tierras que ser¨¢n la Catalunya Vella), la aparici¨®n de Catalu?a (¡°una entidad particular que requer¨ªa tener un nombre¡± en el siglo XII tras incorporar la Catalunya Nova), la uni¨®n din¨¢stica con el reino de Arag¨®n (tambi¨¦n en el siglo XII), la conquista de Mallorca y Valencia (siglo XIII), la expansi¨®n por el Mediterr¨¢neo (siglos XIII y XIV), la crisis bajomedieval (siglo XV), la uni¨®n din¨¢stica de la Corona de Arag¨®n con Castilla (fines del siglo XV), la inserci¨®n de la Corona de Arag¨®n en la ¡°monarqu¨ªa compuesta¡± de los Austrias y de los Borbones (siglos XVI-XVIII), la convivencia en el seno del Estado-naci¨®n de Espa?a (siglo XIX), la proclamaci¨®n de un ¡°Estado aut¨®nomo dentro de la Rep¨²blica espa?ola¡± (1931), la Guerra Civil (con sus secuelas: derrota, exilio, sometimiento, represi¨®n), la resistencia antifranquista (con el PSUC, el partido de los comunistas catalanes, como ¡°principal referente opositor¡±), la restauraci¨®n de la Generalitat (1977) y la sucesi¨®n de Gobiernos aut¨®nomos hasta nuestros propios d¨ªas, en que hay abierto un proceso independentista que busca su refrendo en las pr¨®ximos elecciones.
Dentro de esta narrativa lineal, el autor no reh¨²ye ninguna cuesti¨®n pol¨¦mica, sino que abre ventanas al tratamiento de tem¨¢ticas espec¨ªficas, como puede ser la utilizaci¨®n de los signos de identidad: el himno de Els segadors (incorporado por el Orfe¨® Catal¨¤ en 1892) la senyera (ya presente en el Cant de la senyera de 1896), la Diada del 11 de septiembre y sus diferentes lecturas, el Bar?a (y su carga simb¨®lica de ser ¡°m¨¦s que un club¡±) o incluso la nova can?¨® y su contribuci¨®n a la difusi¨®n de la maltractada lengua catalana.
Especial inter¨¦s presentan la discusi¨®n del sentido de la uni¨®n din¨¢stica de los Reyes Cat¨®licos, de las motivaciones del Corpus de Sang de 1640 o de la Guerra de Sucesi¨®n con su secuela de sustituci¨®n de un sistema pol¨ªtico tradicional por un absolutismo centralista, pero que conllevaba al mismo tiempo los beneficios de un reformismo ilustrado que permiti¨® (o propici¨®) el gran crecimiento econ¨®mico del siglo XVIII (ya estudiado magistralmente por Pierre Vilar): agricultura intensiva, auge de la industria, expansi¨®n de los intercambios, aprovechamiento de las oportunidades americanas (nunca vedadas por cierto a Catalu?a).
A finales del siglo XIX y principios del XX se produce un salto cualitativo en la evoluci¨®n de la conciencia nacional catalana o, incluso m¨¢s apropiadamente, aparece la idea de Catalu?a como una naci¨®n enfrentada a un ¡°Estado espa?ol artificial y prescindible¡±. El autor se?ala cuatro elementos fundamentales: una coyuntura favorable, el descontento con la construcci¨®n del Estado-naci¨®n espa?ol, la existencia de una ¨¦lite dirigente y la presencia de unas ¡°tradiciones, conciencias, realidades, experiencias y se?as de identidad¡±, elementos todos ellos que hab¨ªan sido puestos de manifiesto por la corriente de la Renaixen?a y su valoraci¨®n de la lengua y de la historia de Catalu?a.
Es esta realidad la que hoy d¨ªa no puede soslayarse ni minusvalorarse. Pese a que Catalu?a es una sociedad mestiza (donde se lee por igual a Montserrat Roig y a Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n y donde Llu¨ªs Llach convive con Miguel Poveda), no menos cierto es que existe un profundo sentido de identidad diferenciada. De ah¨ª que, como concluye Jordi Canal, el proceso independentista no pueda ser despachado simplistamente (aunque ambos datos sean ciertos) enfrentando los errores del Gobierno catal¨¢n (que ha disimulado con el rearme nacionalista su pol¨ªtica de recortes y de corruptelas) a la par¨¢lisis y el cerrilismo del Gobierno espa?ol del Partido Popular. Sin duda habr¨¢ que buscar (y pronto) una soluci¨®n verdaderamente imaginativa.
Historia m¨ªnima de Catalu?a. Jordi Canal. Turner. Madrid, 2015. 298 p¨¢ginas. 14,90 euros.
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