Muse, la especie invasora o lo que sobrevivi¨® del punk
Al tr¨ªo nada le parece tan loco como para ser descartado. Pero su propuesta, como el ¨¢lbum 'Drones', es irrepetible
Har¨¢ unos tres a?os salt¨® la noticia de que un cangrejo de origen norteamericano se hab¨ªa instalado en el delta del Ebro. La especie hab¨ªa llegado hasta all¨ª de forma accidental. Se descartaba que el animalillo hubiese cruzado el Atl¨¢ntico a nado. Estaba claro que hab¨ªa sido el hombre quien hab¨ªa, de manera fortuita, introducido en la zona una especie invasiva y voraz que amenazaba el ecosistema y que pod¨ªa da?ar seriamente la producci¨®n de mejillones y ostr¨®n. ¡°Es un gran resistente, puede sobrevivir a salinidades y temperaturas muy diversas¡±, advert¨ªa entonces un bi¨®logo local.
Har¨¢ unos 40 a?os se invent¨® una cosa llamada punk rock. Desde las alcantarillas de Nueva York cruz¨® al Atl¨¢ntico a pu?etazos y lleg¨® a Londres para instalarse all¨ª y tratar de terminar con las especies musicales entonces preponderantes, sobre todo, con el rock sinf¨®nico.
Muse no sabemos si es una especie invasora o una raza que sobrevivi¨® al diluvio del punk e incluso al apocalipsis de Internet
Como el cangrejo norteamericano, no logr¨® su cometido. Hoy comemos mejillones de Sant Carles de la R¨¢pita y existe Muse, esa banda erigida bas¨¢ndose en todas esas ideas que Queen o Genesis debieron tener en los ensayos pero que descartaron por rid¨ªculas. A este tr¨ªo brit¨¢nico nada le parece suficientemente loco como para ser descartado. Igual no son irresistibles en su postulado musical, que sigue siendo una ensalada en la que alguien olvid¨® meter lechuga, pero, sin duda, son irrepetibles. Lo que hacen ellos en directo solo lo pueden hacer hoy los grandes del pop. Su espect¨¢culo es igual de bomb¨¢stico que el de Lady Gaga. Pero con m¨¢s ropa.
Nadie sino Muse podr¨ªa concebir un disco como este Drones, su s¨¦ptima referencia. En ¨¦l crean una suerte de ¨®pera rock alrededor de la clonaci¨®n, la inteligencia artificial y dem¨¢s orwellianas met¨¢foras aplicadas a la realidad tecnol¨®gica del siglo XXI. Aunque, al final, en la mitad de los temas parece que de lo que realmente est¨¢n hablando es de la separaci¨®n de su l¨ªder, Matt Bellamy, de la que fuera su esposa, la actriz Kate Hudson. Se les ve tratando de contener sus afanes de dominaci¨®n interplanetaria para presentar algunos de los temas m¨¢s contenidos desde su irrupci¨®n en el panorama musical hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando ten¨ªan las ideas, pero les faltaba el presupuesto. Al final, claro, sucumben a su realidad y se abandonan no a uno, sino a dos temas (¡®The Globalist¡¯ y ¡®Drones¡¯) que funcionar¨ªan como cat¨¢rtico ep¨ªlogo.
¡°Una especie invasora no tiene por qu¨¦ tener efectos negativos¡±, comentaba el bi¨®logo para explicar que la llegada del cangrejo no ten¨ªa por qu¨¦ provocar el p¨¢nico. Muse no sabemos si es una especie invasora o una raza que sobrevivi¨® al diluvio del punk e incluso al apocalipsis de Internet que redujo el concepto megaestrella al de diva con Instagram, pero lo cierto es que, para la salud del ecosistema musical, se necesitan bandas como estas, que comen de todo.
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