¡°Las palabras como pu?os se ven en tertulias de televisi¨®n¡±
Gallego de Lugo. Fil¨®logo, catedr¨¢tico, director de la Real Academia Espa?ola. Cela, Valle, Quevedo, Torrente... son sus referencias
?Estamos usando las palabras como pu?os? Una de las utilidades de las palabras es golpear con ellas. No s¨®lo sirven para lo justo, sino para lo injusto. M¨¢s que hablar como nos da la gana, caemos en el recurso continuo de las frases hechas, y muchas veces m¨¢s para agredir que para otra cosa. Hay una generalizaci¨®n del insulto que es poco creativa y muy reiterada; eso significa un empobrecimiento del lenguaje.
?Y por qu¨¦? Una de las circunstancias m¨¢s llamativas que ocurre ahora es la nueva era tecnol¨®gica, que como dijo McLuhan ven¨ªa a sustituir a la de Gutenberg. Esta potenciando la oralidad. La red y el medio digital est¨¢n potendiando de nuevo la escritura en la Red. Esto est¨¢ rejuveneciendo la escritura como forma de traslaci¨®n de la comunicaci¨®n frente a ese predominio enorme de lo oral.
Todo se dice. O se grita. La televisi¨®n parece una audiovisi¨®n. Es simplemente una radio que se ha mejorado porque hay horas y horas que consisten simplemente en un grupo de personas que hablan, muchas veces discuten, y en ese tipo de programas es donde s¨ª, efectivamente, yo veo que hay mucho uso de las palabras como pu?os.
?Le asusta? No debemos sentir susto ante lo que simplemente es progreso; quiz¨¢ la tendencia natural ante cualquier gran novedad sea precisamente el susto, pero yo procuro corregir esa tendencia porque creo que son procesos imparables. Y en general para bien. Es cierto que puede haber regresiones, pero en general la evoluci¨®n existe. Vamos siempre a m¨¢s y la tecnolog¨ªa y la ciencia ayudan a ello.
?Peligros? Las revoluciones tienen una incidencia muy directa sobre el lenguaje; hoy en d¨ªa hay una enorme posibilidad de que el mimetismo, para lo bueno y para lo malo, se extienda como un aut¨¦ntica plaga de langosta. Pero susto no siento.
?Es siempre progreso lo que escucha? No, hay posibilidades de regresi¨®n. Lo que digo es que, en general, la historia de la civilizaci¨®n ha ido avanzando, y la ciencia y la tecnolog¨ªa han sido siempre instrumentos fundamentalmente de avance. La energ¨ªa at¨®mica fue un avance que permiti¨® cosas buenas; pero permiti¨® tambi¨¦n Hiroshima y Nagasaki. Todo tiene una doble cara.
?Hemos dejado entrar la charla de bar ante las grandes audiencias? En muchas ocasiones s¨ª. Las personas procur¨¢bamos ser discretas al hablar ante auditorios que no conoc¨ªamos a fondo. Ahora ocurre lo contrario: personas de lo com¨²n cuando tienen delante una alcachofa se expresan de una manera totalmente desbocada. Hay como una obscenidad de la intimidad, por decirlo con una frase de la fil¨®sofa Rosa M. Rodr¨ªguez Magda.
?Podr¨ªa decirse que se premia la desverg¨¹enza? Creo que s¨ª. Nada es gratuito: hay muchos programas de televisi¨®n (los reality shows) en los que la elecci¨®n de personas no es gratuita sino estudiada... Hay una prima a favor de la desverg¨¹enza.
La crisis afecta al lenguaje. ?Ha afectado a la capacidad de la Academia de cumplir sus objetivos? Nos ha afectado y nos afecta. Pero hasta el momento no ha repercutido en la p¨¦rdida de productividad; todo lo contrario. En lo econ¨®mico, en los buenos momentos, el Estado asignaba una cantidad que no sobrepasaba m¨¢s del 50% de su presupuesto; en estos a?os su aportaci¨®n ha bajado un 60%. La Academia viv¨ªa de la venta de sus obras, y el mundo editorial registra una crisis de venta. La tercera fuente es la Fundaci¨®n Pro-Rae. Y financieramente ya sabemos c¨®mo est¨¢n las cosas. Si la Academia no encuentra otras fuentes, esos remanentes se terminar¨ªan y s¨ª que habr¨ªa un problema muy grave.
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