¡°Entre Messi y Cristiano Ronaldo, Proust"
El ganador del Premio FIL 2015 responde al carrusel de preguntas de este peri¨®dico
Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) acaba de recibir el Premio FIL 2015, su segundo galard¨®n en Am¨¦rica Latina, un continente que forma parte de su geograf¨ªa literaria y vital.
?Cu¨¢l es el ¨²ltimo libro que ley¨® que le hizo re¨ªrse a carcajadas?
Me he re¨ªdo siempre a carcajadas con libros de Gonzalo Su¨¢rez y Flann O?Brien, y con todos los autores preferidos por Su¨¢rez y O?Brien, y con los autores que los preferidos, a su vez, prefer¨ªan.
?Qui¨¦n es su lector perfecto?
El m¨¢s inteligente que alcanzo a imaginar.
?Qu¨¦ libros tiene en su mesa de dormir?
Los diarios de Emilio Renzi, de Ricardo Piglia.
?Cu¨¢l es su rutina diaria para escribir?
Aunque ¨¦sta parece la pregunta m¨¢s inocente del mundo, algunos escritores pensamos que es la m¨¢s perturbadoramente personal e invasiva.
?Escucha m¨²sica para escribir?
Spotify, sin cesar. Luz Casal, hace unos minutos. The War on Drugs en este momento.
?Qu¨¦ personaje literario se asemeja a usted?
?Seguro que nacimos para vivir?
?Junto a qui¨¦n le gustar¨ªa sentarse en una fiesta?
No elegir¨¦ a nadie porque el resto de la humanidad podr¨ªa tom¨¢rselo a mal.
?Qu¨¦ libro le regalar¨ªa a un ni?o para introducirlo a la literatura?
Si estuvi¨¦ramos en los a?os 50, dir¨ªa La isla del tesoro, de Stevenson. Pero hoy no s¨¦. Tal vez un libro conectado con algo empotrado en la pared, montado en un ¡°enchufe de cajillo¡±, o algo por el estilo.
??A usted qui¨¦n le contaba historias o le le¨ªa de peque?o?
Mi t¨ªo Celerino. Y mi abuelo Saturnino. Eran formidables, recuerdo que daban m¨¢s importancia al estilo que a la trama. ?C¨®mo le dir¨ªa yo? Eran m¨¢s ensayistas que narradores.
?Qu¨¦ lugar no se acaba nunca para usted en el mundo?
Hay ciudades de las que nunca se me ocurre marcharme, porque tengo la impresi¨®n de que vivo en ellas. Barcelona, Par¨ªs, Buenos Aires, M¨¦xico DF, Shangh¨¢i, Dubl¨ªn, Nueva York, Lima, Bogot¨¢.
?Su viaje m¨¢s loco?
El viaje en el Tequila Express. Noviembre de 1992. Fuimos del DF a Guadalajara. Disparos al aire. Un grupo de escritores fuera de s¨ª. El tren atraves¨® M¨¦xico a lo largo de una noche pavorosa.
?Qu¨¦ libro le hubiese gustado haber escrito?
Uno que explicara a fondo, por ejemplo, lo aburrido y tambi¨¦n lo absurdo que resulta llamarse siempre de la misma forma, cuando uno ha sido muy diferentes personas a lo largo de la vida.
Si pudiera adquirir cualquier pintura ?cu¨¢l ser¨ªa?
No acabo de verme en el papel de alguien que compra una pintura. Y si me regalaran alguna, La Gioconda, por ejemplo, me crear¨ªan un buen problema, tendr¨ªa que ponerla debajo de la cama. Creo que ya vivo bien como vivo.
?Qu¨¦ cambiar¨ªa de usted mismo?
Soy como el granjero que fuma en pipa en Yo y mi chimenea, de Hermann Melville. Planto cara a una supuesta ¡°necesidad de mejoras¡± en casa, porque detr¨¢s de ellas atisbo la destrucci¨®n de mi pipa.
?Cu¨¢ndo fue m¨¢s feliz?
Cuando empec¨¦ a tener detractores agresivos, a los que se a?adieron los paletos habituales. Fue la se?al de que para m¨ª todo cambiaba para bien.
?Con qui¨¦n le gustar¨ªa quedar atrapado en un ascensor?
Me guardar¨¦ muy mucho de decir con qui¨¦n, no sea que tome medidas de protecci¨®n.
?Lo ¨²ltimo que compr¨® y le encant¨®?
En Buenos Aires compr¨¦ Bellas Artes, del argentino Luis Sagasti. Es un libro que explica c¨®mo funciona el mundo. Bueno, Sagasti narra en un instante lo que en realidad es bien largo de contar. El libro es directamente genial.
?Lo que est¨¢ deseando comprarse?
Todo lo que perd¨ª.
?El espacio favorito en su casa?
No lo busco, quiz¨¢s porque me disgusta la idea de querer situarse en la vida. ?Se ha fijado usted en los que con tal de situarse en el mundo hacen todo lo que pueden para parecer situados?
?En su nevera siempre hay¡?
Silencio y oscuridad, que yo sepa.
?Alg¨²n sitio que le inspira?
Dec¨ªa Blanchot que s¨®lo conservaremos la inspiraci¨®n si no la miramos; procuro seguir el consejo.
?El mejor regalo que ha recibido?
Camin¨¢bamos este verano perdidos con Paula por la ciudad de Hangzhou, en la China profunda, cuando, sin esperarlo, fuimos a parar a un lago gigantesco. En la orilla, unas parejas bailaban al dictado de un pick-up. Sent¨ª que hab¨ªa llegado al centro de mi viaje. Me sent¨¦ y llor¨¦.
?Sue?o recurrente?
Una vez, al irme de un hotel de Chicago, alguien me present¨®, por error, una factura de miles de d¨®lares y lo pas¨¦ mal porque la aterradora situaci¨®n era la misma de mi sue?o m¨¢s recurrente.
Si pudiera tener un ¡°superpoder¡±...
Sin duda, preferir¨ªa no tenerlo. Qu¨¦ lata.
?De peque?o quer¨ªa ser?
Peque?o, muy peque?o.
En una fiesta de disfraces ?de qu¨¦ se disfrazar¨ªa?
De hombre invisible, supongo.
?Messi o Cristiano?
Proust.
?Libro electr¨®nico o digital?
Un conjunto de hojas impresas, unidas por un lado, es decir, encuadernadas y protegidas con tapas, tambi¨¦n llamadas cubiertas. Y dentro, una obra maestra.
?Qu¨¦ merece la pena en la vida?
Morirse de risa.
Babelia
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