Drogas: la org¨ªa ling¨¹¨ªstica
Este es el primer diccionario existente sobre materia ling¨¹¨ªsticamente tan rica, y su consulta desvela ¨¢reas enteras del espa?ol coloquial
El mundo de la adquisici¨®n, consumo y disfrute de sustancias estupefacientes o embriagantes ilegales se desenvuelve en una aut¨¦ntica org¨ªa l¨¦xica. Ya sea porque su consumo comenz¨® en ambientes marginales o carcelarios, porque su comercio est¨¢ fuera de la ley o porque los grupos que las usan usan claves para comunicarse sin ser entendidos, el caso es que hay una asombrosa proliferaci¨®n de palabras que aluden a objetos, procedimientos y sensaciones relacionados con las drogas. Unas son palabras de jerga, otras son pr¨¦stamos de otras lenguas, algunas son met¨¢foras, otras juegos de palabras. Muchas han estado en uso en un periodo concreto, para nunca m¨¢s volver¡ o reaparecer al cabo de unos a?os. A ello hay que sumar nombres cient¨ªficos, marcas comerciales, denominaciones oficiales¡
F¨¦lix Rodr¨ªquez (ling¨¹ista especializado en pr¨¦stamos, y que ha compilado obras sobre otros campos minados del l¨¦xico, como un Diccionario gay-l¨¦sbico), ha reunido en esta obra m¨¢s de tres mil t¨¦rminos. Las fuentes son variadas: prensa, obras literarias, c¨®mics y pel¨ªculas que reflejan el ambiente del consumo, recopilaciones de argot, etnograf¨ªas de grupos de usuarios, y por ¨²ltimo, entrevistas personales del autor con clientes de narcosalas en grandes ciudades espa?olas.
La obra est¨¢ precedida por un jugoso ensayo inicial que hace hincapi¨¦ en la variedad de este vocabulario (que aparte de cr¨ªptico muchas veces quiere ser ingenioso), y recuerda las muchas aportaciones del argot de la droga al lenguaje coloquial general (colgarse, mono, subid¨®n¡). El diccionario presenta entradas acompa?adas por citas extensas, que proporcionan datos enciclop¨¦dicos y muchas veces permiten fechar usos; tambi¨¦n tiene sin¨®nimos y etimolog¨ªas, no siempre f¨¢ciles (costo por ¡®hach¨ªs¡¯ vendr¨ªa del nombre de una planta tropical, presente en lat¨ªn y griego, pero ?hay contaminaci¨®n con coste?). Las ¨²ltimas p¨¢ginas organizan tem¨¢ticamente el extenso vocabulario (por preparaci¨®n, personas, efectos, lugares¡).
Como ejemplo, tomaremos s¨®lo uno de los muchos hilos que se entrecruzan en la obra, el relacionado con el hach¨ªs, que puede provenir del contrabando de un camello (si ven¨ªa oculto en su cuerpo ser¨¢ culero); el consumidor pillar¨¢ un talego, luego con el papel o s¨¢bana liar¨¢ el canuto (o chiri), que se compartir¨¢ circulando entre los asistentes (si alguno lo retiene oler¨¢ a u?a), hasta que no quede m¨¢s que la colilla o chicharra; el consumo producir¨¢ un coloc¨®n, o tal vez un ceguer¨®n, y con mala suerte una p¨¢lida.
Este es el primer diccionario existente sobre materia ling¨¹¨ªsticamente tan rica, y su consulta desvela ¨¢reas enteras del espa?ol coloquial y recuerda la creatividad de unos hablantes que, por necesidad o juego, han disfrazado lo que dec¨ªan.
Diccionario de la droga: vocabulario general y argot. F¨¦lix Rodr¨ªquez Gonz¨¢lez. Arco Libros. Madrid. 2014. LVI+564 p¨¢gs.
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