Marta Etura, una santa de luz
La actriz encarna a Teresa de Jes¨²s en una coreograf¨ªa de Chevi Muraday
?Qu¨¦ hubiera sido de Santa Teresa sin sus manos? Teresa fue (a¨²n hoy es) mente, pasi¨®n, fe y cuerpo; y sus manos los canales que transmitieron su legado. Manos que toman protagonismo en algunos momentos de Teresa (Ora al alma), sobre todo las del creador de esta pieza, el core¨®grafo y bailar¨ªn Chevi Muraday (Madrid, 1969), que son en las que se apoya la santa, encarnada en Marta Etura (San Sebasti¨¢n, 1978). Unas manos que desprenden luz, "porque la abulense era luz", explica Muraday.
Teresa (Ora al alma) se estrena el pr¨®ximo s¨¢bado 26 de septiembre en Lienzo Norte, el centro de Exposiciones y Congresos de ?vila. Es la segunda vez que Etura colabora en una coreograf¨ªa de Losdedae, la compa?¨ªa de Muraday. La primera fue Return, que, aunque contin¨²a girando, ya pueden mirar con algo de perspectiva y se dan cuenta de lo que les ha supuesto, de la visibilidad que les ha dado. "Es una importante muesca en el cintur¨®n", apunta el core¨®grafo. Se quedaron con "ganas de m¨¢s". Cuando la Fundaci¨®n V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, en colaboraci¨®n con la Obra Social La Caixa, propusieron a Muraday participar en las celebraciones de los 500 a?os del nacimiento de la santa, volvi¨® a contar con la actriz donostiarra. Recordaba algunas conversaciones que hab¨ªan mantenido sobre c¨®mo viven su espiritualidad, donde se coloca cada uno en ese aspecto. No solo bailaban en Return, se conoc¨ªan de antes. Etura fue su alumna en la escuela de Cristina Rota, nunca perdieron el contacto, el t¨¢ndem funciona.
La luz que emana la santa y sus textos es protagonista en Teresa (Ora al alma), tanto su presencia como su ausencia es un elemento fundamental. Los cubos met¨¢licos que aparecen en escena hacen un juegos de espejos, contenedores de agua, leitmotiv de la pieza. Santa Teresa compara los cuatro grados de oraci¨®n con las cuatro formas de regar un huerto, las cuatro aguas: la que se lleva en cubos, el agua de noria, la que procede del r¨ªo y la lluvia. Estos conceptos se reflejan en los movimientos que comienzan como si se acarreara agua desde un pozo para ir in crescendo elevando el grado de oraci¨®n hasta llegar a la apoteosis final. El agua est¨¢ presente f¨ªsicamente, en im¨¢genes proyectadas o en sonido. Un agua que limpia y purifica a una santa cuyo anhelo es llegar a Dios.
Teresa es una mujer irreverente y subversiva que cautiva a Etura que le ofrece su cuerpo sin el peso de pensar en todas las actrices que se han puesto en su piel antes que ella. "Me involucro en el personaje desde lo que surge de m¨ª, sin la presi¨®n de lo que ya se haya hecho". Reconoce que cuando baila puede bajar un poco su nivel de autoexigencia. "Yo bailo, pero no puedo decir que soy bailarina", dice con modestia, Muraday apostilla: "Es una gran int¨¦rprete". Trabaja para perder la rigidez y ganar libertad, es la mejor manera de dar rienda suelta a la creatividad. "Bailando no pienso, solo importa el aqu¨ª y el ahora. Me ha ense?ado a no anticiparme, no puedes empezar un paso antes de acabar otro, como en la interpretaci¨®n. No resulta cre¨ªble si est¨¢s pensando en algo que va a venir y no en lo que est¨¢s diciendo". La actriz se nutre de la bailarina y al contrario, sus dos facetas suman.
Y suman tambi¨¦n las tres bailarinas y la soprano dram¨¢tica, Ver¨®nica Ronda, que acompa?an a Etura y a Muraday sobre el escenario, sobre todo a Teresa, en sus oraciones y lecturas. Tremendo esfuerzo de interpretaci¨®n el de Ronda en la escena inicial en el que vela por la santa postrada en su lecho, refugio suyo y de sus libros. Y es que Losdedae buscan simbolismo en cada objeto. Muraday lo controla todo. Tiene la capacidad, casi religiosa, de estar dentro y fuera del escenario, de estar sobre las tablas y ver c¨®mo queda el conjunto y cuando no, se f¨ªa plenamente de los ojos de David Picazo, director de escena y dramaturgia de esta y de otras tantas piezas de la compa?¨ªa.
Si se viven malos tiempos para la l¨ªrica, aqu¨ª desborda y hay ya programada una gira de 18 funciones por toda Espa?a y el n¨²mero contin¨²a aumentando, para llevar la contraria. Ya lo hizo Teresa, no hay otra manera de ser mujer en el siglo XVI y que 500 a?os despu¨¦s se siga recordando su nacimiento.
Babelia
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