La familia Allende se desnuda ante la c¨¢mara

Marcia solo conserva una foto con su abuelo Salvador. Ella es un beb¨¦ regordete al que su abuelo "el Chicho" tiene en brazos y mira con ternura. No recuerda nada de ¨¦l. Cuando su abuelo, el presidente Salvador Allende, fue derrocado el 11 de septiembre de 1973 por un golpe militar liderado por Augusto Pinochet, Marcia ten¨ªa apenas un a?o. Allende se suicid¨® ese mismo d¨ªa en el palacio presidencial de La Moneda. Fue el comienzo de una tormenta tr¨¢gica y dolorosa que se abati¨® sobre esa familia que busc¨® en el silencio un alivio a tanto horror.

El exilio, las angustias econ¨®micas y los suicidios se han ido sucediendo sobre ese n¨²cleo familiar desperdigado por el mundo que lideraba hasta hace poco la viuda del presidente, conocida como Tencha. A sus 43 a?os, Marcia Tambutti, ha roto con el refugio silencioso de una familia que proclamaba a los cuatro vientos la valent¨ªa pol¨ªtica y social del presidente Allende pero que ocultaba tenazmente todos los recuerdos del padre y el abuelo Salvador. Allende, mi abuelo Allende, premio al mejor documental en la ¨²ltima edici¨®n del Festival de Cine de Cannes, se ha presentado en la secci¨®n Zabaltegi de San Sebasti¨¢n.

Bi¨®loga, especialista en biodiversidad, Marcia se lanz¨® al mundo del documental ¨²nicamente por una necesidad personal, aunque luego su historia ha trascendido a muchas m¨¢s historias de miles de chilenos que han visto en este trabajo una puerta abierta a cerrar tambi¨¦n sus heridas. ¡°Mi abuelo representaba un s¨ªmbolo de democracia y congruencia y la familia, con mi abuela a la cabeza, denunci¨® siempre los atropellos de los derechos humanos durante al dictadura. Creo que mi familia dej¨® a un lado todos sus recuerdos personales para dedicarse a lo que sent¨ªa que era una misi¨®n que de alguna manera les oblig¨® a blindarse, a dejar la parte m¨¢s emotiva fuera por la cantidad de dolor que se iba acumulando. Perdieron el pa¨ªs, los ideales, sus amigos fueron detenidos y torturados. Mi abuela, que vivi¨® muy agitadamente sus a?os de viudedad, tuvo un papel incansable de denuncia, y posterg¨® de alguna manera a la familia para dedicarse a lo que ella consideraba como una misi¨®n. El silencio fue una reacci¨®n l¨®gica de autoprotegerse¡±.

Tambutti regres¨® expresamente a Chile desde su exilio en M¨¦xico en 2008, cuando se cumplieron los 35 a?os del golpe contra Allende y se ha quedado de manera definitiva. ¡°Ten¨ªa la esperanza de que transcurrido tanto tiempo har¨ªa m¨¢s f¨¢cil hablar del tema, pero creo que cuando un tema lo dejas atr¨¢s, lo bloqueas de alguna manera y lo digieres menos que si lo has conversado. As¨ª que no fue nada f¨¢cil arrancar recuerdos. Se hab¨ªa instalado una inercia de no hablar. Cuando yo preguntaba todo el mundo se pon¨ªa inc¨®modo¡±.

Marcia Tambutti, que ha tardado ocho a?os en realizar el documental, escarb¨® en fotos, pel¨ªculas, documentos, convers¨® horas y horas con su abuela, ya muy deteriorada, con su madre, su t¨ªa y sus primos. Tambi¨¦n con amigos cercanos a Allende. No ha ocultado nada. Se habla de los suicidios de su t¨ªa Beatriz, secretaria personal del presidente, que se quit¨® la vida con 33 a?os en Cuba en 1976, y el de Laura, la hermana del presidente que, muy enferma ya, se arroj¨® por una ventana cuando las autoridades chilenas no le permitieron volver a su pa¨ªs a morir.

Las im¨¢genes reales de la vida pol¨ªtica de aquellos a?os se mezclan con conversaciones con las personas m¨¢s cercanas. Su persistencia en indagar en tantas emociones y secretos guardados bajo mil llaves arroj¨® luz sobre muchas cosas pero, por encima de todas, han vivido como familia la liberaci¨®n que les ha supuesto enfrentarse juntos a todo un pasado oculto.