Demonios somos todos
Despu¨¦s de los horrores de la II Guerra Mundial, la literatura intent¨® proponer explicaciones m¨¢s complejas al horror de ciertos actos infames
Al principio de nuestras literaturas, el mal no es humano. En la epopeya de Gilgamesh, es un toro salvaje que el rey y su compa?ero matan. En la historia anglosajona de Beowulf, es un monstruo llamado Grendel (y tambi¨¦n su madre) cuya guarida est¨¢ en un pantano. En el libro de G¨¦nesis es la serpiente, y en el de Job es el demonio, que apuesta con Dios. Poco a poco, el mal empez¨® a parecerse a nosotros, y con ello cobr¨® tonos m¨¢s sutiles. En la literatura espa?ola aparecen la Celestina, el ciego que abusa del Lazarillo, el comendador de Fuenteovejuna, los duques que se burlan de Alonso Quijano, Don Juan Tenorio. Son malvados sutiles cuya crueldad (los cr¨ªticos declaran) nace de antecedentes sociol¨®gicos, psicol¨®gicos, pol¨ªticos que, sin embargo, no sirven (el lector siente) para entender a la madre de Grendel o al demonio.
En la literatura infantil, los malvados tambi¨¦n tienen razones, pero ¨¦stas tampoco son importantes para entender las acciones del personaje: la madrastra, la bruja, el ogro necesitan ser malos para que La Cenicienta, Hansel y Gretel y Pulgarcito tengan finales felices; si el lector entiende que son tambi¨¦n envidiosos, avaros y celosos, su maldad esencial es una calidad mayor que la suma de las otras.
El Marqu¨¦s de Sade entendi¨® esto cuando dio a sus s¨¢dicos razones filos¨®ficas: el lector escucha estas razones, pero el mal de las acciones sigue estremeci¨¦ndole sin justificaci¨®n v¨¢lida. Despu¨¦s de los horrores de la II Guerra Mundial que otorgaron visibilidad universal al mal que antes pens¨¢bamos (equivocadamente) estaba s¨®lo en los cuentos, la literatura intent¨® proponer explicaciones m¨¢s complejas al horror de ciertos actos infames. Aparecen entonces historias del mal cotidiano cuyos protagonistas inmorales adquieren en la p¨¢gina una parad¨®jica calidad heroica: el mal redimido porque es aceptado por la v¨ªctima (Sombras de Grey) o porque comete actos brutales en nombre de la v¨ªctima (la saga de Hannibal Lecter). Sabemos que el mal fue siempre actual, inefable e incomprensible. Quiz¨¢s la literatura, aunque no logre explicarlo, sea nuestra manera de decir el mal y confrontarlo.
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