James Dean, por James Dean
Philippe Besson fantasea en el libro ¡®Vive deprisa¡¯ sobre el m¨ªtico actor La obra cuenta su biograf¨ªa a trav¨¦s de la gente que le rode¨®
?Alguien sabe de verdad que le pasaba por la cabeza a James Dean? Probablemente quien m¨¢s cerca estuvo fue Dennis Stock, el fot¨®grafo. Pero hubo mucha m¨¢s gente en su vida, desde familiares a amigos, amantes y novias. El escritor franc¨¦s Philippe Besson ¨Cautor de Son fr¨¨re, Un chico italiano o Un instante de abandono- juguetea con la biograf¨ªa del m¨ªtico actor ¨Cdel que hoy se cumplen sesenta a?os de su muerte- en Vive deprisa (Alianza editorial). Es una biograf¨ªa ficcionada porque cada cap¨ªtulo est¨¢ escrito en primera persona, reproduciendo la voz del personaje que protagoniza ese episodio: algunos de ellos como su madre, su padre, sus t¨ªos o el mismo Dean aparecen en varios momentos de esta epopeya coral.
Philippe Besson sale bien parado de este reto usando esos sesenta episodios para que el lector aprehenda la vida y los sentimientos de Dean en 200 p¨¢ginas. Ya desde la primera p¨¢gina, el franc¨¦s rinde culto al hombre que analiza abriendo su relato con la famosa frase de Willard Motley en Llamad a cualquier puerta: ¡°Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cad¨¢ver¡±. La primera en hablar es la madre del actor, Mildred Dean, de soltera Wilson, que arranca as¨ª: ¡°Me mor¨ª el 14 de julio de 1940. Jimmy ten¨ªa nueve a?os¡±. Y retrocede hasta el d¨ªa que conoci¨® a su futuro marido, un rubio Winton Dean del que cay¨® perdidamente enamorada.
En realidad el escritor se ha planteado la novela como un documental en el que habla todo el que tuviera cierta importancia en la vida de Dean, incluido Donald Turnupseed, el conductor del Ford Tudor Cup¨¦ contra el que el 30 de septiembre de 1955 se estrell¨® el Spyder 550 de Dean. Entre medias, mucha sinceridad. Como Rock Hudson, al que Besson le hace decir: ¡°Me han preguntado por activa y por pasiva c¨®mo es que no me enamor¨¦ de ¨¦l. Yo, que he estado con tantos hombres, yo, que lo pagu¨¦ con mi vida, por lo visto deber¨ªa haberme sentido atra¨ªdo por ¨¦l. Pero uno no va hacia el diablo. Y si te vas con ¨¦l, lo haces a ciegas, sin saber que es el diablo¡±. O Elizabeth Taylor, que le conoce en el rodaje de Gigante e inmediatamente ve sus similitudes con Montgomery Clift: ¡°Los hermanos peque?os que nos inventamos, que mimamos y que tratamos de salvar de las tormentas, acaba siendo arrastrados por el hurac¨¢n. Yo era fuerte. Mucho m¨¢s fuerte. Los sobreviv¨ª medio siglo¡±. Tambi¨¦n Sal Mineo, enamorado con locura de Dean, y roto por su muerte: ¡°Qu¨¦ quiere que le diga, Am¨¦rica, esta gran naci¨®n, no es m¨¢s que una madre monstruosa, una hija de puta que devora a sus triunfadores y sus ¨ªdolos¡±.
Besson logra que su libro se lea de forma r¨¢pida y fluida, cuando en realidad ha debido de ser muy complicado de escribir, al reproducir la forma de hablar de cada personaje (Elia Kazan, George Stevens, Nicholas Ray, Natalie Wood, Tennessee Williams, Pier Angeli¡) y absorber todos los datos biogr¨¢ficos y los pensamientos y sentimientos de ellos.
Por Vive deprisa aparecen Marlon Brando, que apenas le conoci¨® una hora, cuando visit¨® el rodaje de Al este del ed¨¦n (¡°Parec¨ªa saber lo que quer¨ªa. M¨¢s tarde fui a ver sus pel¨ªculas y entonces comprend¨ª. Me di cuenta de que era un puto genio¡±), Dennis Stock, fot¨®grafo que debe su fama a los m¨ªticos retratos de Dean, y al que agradece su carrera... Y por supuesto, aparece Dean, que en la ¨²ltima l¨ªnea suspira: ¡°?Ves, mam¨¢? Yo ten¨ªa raz¨®n; no hemos estado separados mucho tiempo¡±.
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