Jorge Volpi: ¡°Dividir a M¨¦xico entre malos y buenos es manique¨ªsmo¡±
El escritor narra en 'Las elegidas' la explotaci¨®n sexual de mexicanas en Estados Unidos
Jorge Volpi (Ciudad de M¨¦xico, 1968) recorre en Las elegidas (Alfaguara) el submundo de la prostituci¨®n de mujeres mexicanas en los campos de fresas de Estados Unidos. Escrito en verso, con un explotador llamado El Chino como eje de rotaci¨®n, ficciona la historia real de una familia de Tenancingo, un pueblo mexicano de tradici¨®n proxeneta ¨Cse dice que desde antes de la colonia¨C que en los noventa ramific¨® su oscuro negocio al gran mercado norteamericano. En su nueva novela, Volpi (Premio Planeta 2012 por La tejedora de sombras) despliega el camino de fatalidad y miserias morales de la migraci¨®n sexual con un lenguaje de jerga relampagueante.
Pregunta. ?Cu¨¢nto tiene de lengua popular y cu¨¢nto de inventando?
Respuesta. Es una reinvenci¨®n de lo que asumimos como lenguaje popular de M¨¦xico, particularmente de la zona fronteriza entre Tijuana y San Diego. No busqu¨¦ una trasposici¨®n realista del lenguaje sino un lenguaje parecido pero imaginario, alej¨¢ndome del realismo puro. Es algo muy presente en la tradici¨®n de la literatura mexicana, con Juan Rulfo como mejor ejemplo. Tiene que ver con encontrar una propuesta est¨¦tica en el lenguaje popular.
P. Y la forma narrativa es el verso.
R. S¨ª, es una novela en verso. Yo no soy poeta ni he escrito poes¨ªa, pero us¨¦ el recurso del verso para obtener lirismo, sonoridad.
P. ?Por qu¨¦ el tema de la prostituci¨®n mexicana en Estados Unidos?
R. Me pareci¨® un fen¨®meno tan interesante como terrible de doble explotaci¨®n, de mujeres secuestradas en su pueblo de M¨¦xico, transportadas a los campos de fresas en Estados Unidos y esclavizadas all¨ª para dar servicios sexuales a migrantes mexicanos sin papeles, a su vez explotados en Estados Unidos.
P. ?Tenancingo es un pueblo maldito?
R. S¨ª, se ve como un lugar terrible. La leyenda es que desde la ¨¦poca prehisp¨¢nica este pueblo se dedica a la prostituci¨®n, aunque por supuesto en Tenancingo tambi¨¦n hay gente normal. Pero de lo que no hay duda es de que desde mediados de siglo pasado hay familias dedicadas a la explotacion infantil y de mujeres. Cuando vas all¨ª sientes cierto ambiente extra?o. Ves casas grandes que uno no se imaginar¨ªa encontrar en un pueblo mexicano. Ves en la carretera decenas de chicas formadas para ir a los hoteles de paso.
P. ?C¨®mo definir¨ªa moralmente a El Chino?
R. Es el jefe de la familia. Se va de Tenancingo sin nada y termina siendo un mafioso con poder en Estados Unidos, perdiendo todo l¨ªmite ¨¦tico. Pero me parece m¨¢s compleja la figura de su mujer, que empieza siendo explotada y termina convirti¨¦ndose en explotadora. Es una caracter¨ªstica de la naturaleza humana: la violencia se reproduce y hay quienes comienzan siendo v¨ªctimas y terminan convirti¨¦ndose en verdugos.
P. ?En M¨¦xico la moralidad es un espacio m¨¢s difuso de lo normal?
R. S¨ª, ese fue uno de los problemas terribles de la guerra contra el narco, que parec¨ªa dividir M¨¦xico entre buenos y malos. Los muertos eran los malos. Pero esos malos, incluso si eran malos de verdad, no dejan de ser ciudadanos mexicanos que por unas condiciones determinadas se convirtieron en criminales. Dividir a M¨¦xico entre malos y buenos es manique¨ªsmo. El crimen organizado genera unas zonas de grisura moral que abarcan un espectro social muy amplio. Esto no se reduce a qui¨¦nes son buenos y qui¨¦nes son malos.
P. ?Y qu¨¦ descubre un hombre de s¨ª mismo novelando el sometimiento de la mujer?
R. Descubres uno de los peores lados de lo que significa ser var¨®n. Los peores lados del machismo. Al meterte en la piel de un padrote [proxeneta] terminas por ver con m¨¢s claridad esos aspectos oscuros. Una obra de ficci¨®n te permite vivir otras vidas, identificarte con las v¨ªctimas y tambi¨¦n con los verdugos, con los que compartimos resabios y tentaciones.
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