¡°De alguna manera, todos estamos atrapados por las drogas¡±
Don Winslow habla de 'El C¨¢rtel', su monumental inmersi¨®n en el mundo del narco y del fracaso y la hipocres¨ªa de la lucha contra las drogas
![Juan Carlos Galindo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F620b005d-c42a-49dc-8cbc-b141c2a302c9.png?auth=eb8c16416c5863967bfa6134e52480f2571a16e684d4e04d48b58132f68067de&width=100&height=100&smart=true)
![Don Winslow BCNegra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HQFDKL45EJZBFSXDSADU2UC7UA.jpg?auth=98a8bb4d2665da9603a8607a7ebb4337a6f6240d538cc3beef19ccc20de998f3&width=414)
¡°No entiendo c¨®mo alguien puede tener buena conciencia y consumir coca¨ªna para divertirse, sabiendo que es producida y comerciada por violadores, asesinos en masa y traficantes de personas. Todos somos El Cartel, claro. Creo que la gente mira al libro y cree que el t¨¦rmino se refiere solo a los c¨¢rteles en s¨ª mismos, ya sabe, Sinaloa¡ S¨ª, ellos son El Cartel, pero las agencias federales, las c¨¢rceles, los abogados, los ej¨¦rcitos, la gente que se droga, los bancos que lavan el dinero que termina en negocios legales, etc. tambi¨¦n lo son. Es decir, de una manera u otra todos estamos atrapados por las drogas¡±.
Odio la novela enigma, donde al final ha sido el mayordomo y todo el mundo es tan limpio. He estado all¨ª y no es as¨ª, es sucio, es horrible
Don Winslow (Nueva York, 1953) aguijonea conciencias con sus preguntas inc¨®modas contra el buenismo de EE UU y Europa en la lucha contra el narco. El autor estadounidense charla con EL PA?S poco despu¨¦s de bajarse del avi¨®n que le ha tra¨ªdo a Madrid para promocionar El C¨¢rtel, su monumental retrato del submundo del narcotr¨¢fico con el que gan¨® el IX Premio RBA de Novela Negra. ¡°No estamos perdiendo la guerra contra las drogas, la hemos perdido y nunca deber¨ªamos haberla iniciado. Es s¨®lo un gigantesco negocio, una industria en la que los narcos y quienes luchan contra ellos mantienen una relaci¨®n simbi¨®tica¡± responde sin pesta?ear cuando se le pregunta por los esfuerzos de EE UU o M¨¦xico. ¡°Llevamos 45 a?os en esta lucha, la guerra m¨¢s larga que nunca ha librado EE UU y para nada¡± remata con un gesto amable que poco tiene que ver con el panorama que describe.
Don Winslow no podr¨ªa ir tranquilo por el mundo dando estos titulares si no se hubiera pasado 16 a?os de su vida inmerso en el mundo criminal de las drogas, como testigo, levantando acta. Seis a?os, primero, para escribir El poder del perro y diez m¨¢s despu¨¦s para rematar este enorme fresco a medio camino entre el thriller, la novela pol¨ªtica y el documental. En ¨¦l, el agente de la DEA Art Keller y el jefe del c¨¢rtel de Sinaloa, Ad¨¢n Barrera, protagonistas de El poder del perro, se vuelven a ver las caras como modernos Ahab y Moby Dick, en caza perpetua, obsesionados hasta la muerte.
No entiendo c¨®mo alguien consumir coca¨ªna para divertirse, sabiendo que es producida? por violadores y asesinos en masa
Pero ahora todo es mucho m¨¢s complejo, violento y s¨¢dico. La realidad es tan brutal y la documentaci¨®n que hay detr¨¢s de la novela tan exhaustiva que todo corr¨ªa el riesgo de no ser cre¨ªble. ¡°Es lo m¨¢s complicado¡±, explica. ¡°No quieres glorificar a esa gente pero han de ser reales. A veces le¨ªa cosas que no me pod¨ªa creer. Otras veces, decid¨ª no escribir sobre cosas que sab¨ªa que eran ciertas porque no cre¨ªa que el lector pudiese aguantarlas. Tampoco quer¨ªa esterilizar esa violencia. Odio la novela enigma, donde al final ha sido el mayordomo y todo el mundo es tan limpio. He estado all¨ª y no es as¨ª, es sucio, es horrible¡±, explica.
El libro describe los peores a?os de la guerra contra la droga, una lucha militarizada y llena de cr¨ªmenes, decapitaciones, asesinatos en masa y violaciones publicitados por los narcos hasta el v¨®mito. ¡°Ellos quer¨ªan ser quienes contaran la historia y eso es una postura muy sofisticada, especialmente para un criminal. Primero acallaron a los medios tradicionales y luego aprovecharon la anarqu¨ªa de internet y las redes sociales y pusieron a gente a trabajar en ello. Ahora puedes verlo en directo desde casa. Es de locos¡±.
El Chapo Guzm¨¢n y la Pax narc¨®tica
El asunto nos lleva a uno de los grandes protagonistas de la novela, Pablo Mora. Un periodista que ama Ju¨¢rez y su trabajo y sufre porque ve c¨®mo ambos mueren. ¡°Son los verdaderos h¨¦roes¡±, asegura Winslow, que ha dedicado la novela a decenas de periodistas asesinados durante los ¨²ltimos a?os en M¨¦xico. ¡°Es casi imposible ser un periodista honesto en M¨¦xico. Lo que no entiende la gente en Europa y EE UU es que la corrupci¨®n no es una elecci¨®n para muchos¡±.
Cervantes y El Lazarillo de Tormes fueron los primeros en hablar de ladrones, putas, chulos y todo ese submundo
Winslow sonr¨ªe cuando se pregunta por uno de sus temas preferidos, Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, del que Barrera es un trasunto literario. ¡°No se escap¨® por ese t¨²nel. ?Por favor! ?Es rid¨ªculo! La violencia estaba subiendo y el Gobierno decidi¨® que saliese porque es el ¨²nico que tiene el poder y el prestigio para controlar la situaci¨®n, para ser el Padrino¡±, asegura mientras desliza una de sus teor¨ªas favoritas: la Pax narc¨®tica de Sinaloa. A saber: que el Gobierno mexicano ha colaborado pasivamente, cuando no activamente, con este c¨¢rtel para ayudarle a controlar la situaci¨®n. ¡°?Un t¨²nel y dos guardas que estaban jugando a las cartas en vez de vigilar? Vamos, dame algo m¨¢s¡±, afirma divertido, mientras cuenta an¨¦cdotas sobre el gran jefe narco.
La alargada sombra de lo visto
Hijo de una familia humilde de madre bibliotecaria y padre marinero, Winslow ama los libros y vivir de ellos. De vocaci¨®n temprana y ¨¦xito tard¨ªo, el autor de Salvajes trabaj¨® de gu¨ªa tur¨ªstico y detective privado antes de poder dedicarse de lleno a la escritura, en la que se inici¨® con la serie del detective Neal Carey. ¡°?Sabes?. No s¨¦ ni c¨®mo sali¨®, yo s¨®lo trataba de hacer algo divertido y homenajear a Elmore Leonard o Lawrence Block, a los que le¨ªa para matar el tiempo mientras hac¨ªa turnos de vigilancia como detective¡±. Hablar de literatura le devuelve el brillo a los ojos: ¡°?Influencias? James Ellroy y Roberto Bola?o, por ejemplo. James Crumley y muchos m¨¢s del g¨¦nero. Me gusta tambi¨¦n referirme Cervantes y El Lazarillo de Tormes, la primera vez en la literatura occidental que alguien se habl¨® de ladrones, putas, chulos y ese submundo en el que se est¨¢ mejor que en el de las princesas y los sue?os¡±, cuenta torrencialmente, sin rastro de jet lag, feliz.
Pero el mundo del narco tiene demasiado poder y su sombra regresa. En los finales tristes de Winslow s¨®lo hay muerte, exilio o redenci¨®n. Descartadas las dos primeras, el autor busca salida. ¡°Ahora quiero escribir otra novela de Neal Carey pero no s¨¦ c¨®mo. No he olvidado lo que he visto estos diez a?os. No he podido. Esta vez es mucho peor que con El Poder del perro y he visto cosas que no puedo ignorar. Hac¨ªa grandes esfuerzos al final de cada jornada, sal¨ªa a correr, a hacer surfing, cocinaba para mi mujer, pero no he tenido ¨¦xito, no lo he podido dejar atr¨¢s. Me gustar¨ªa decir otra cosa, ser¨ªa genial, pero no, para nada¡±, concluye, consciente de que, en efecto, todos estamos atrapados por El Cartel.
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