Cambiar para sobrevivir
Con 'Achtung baby', U2 experiment¨® un acto de renovaci¨®n art¨ªstica que dio pie a uno de sus mejores ¨¢lbumes
U2 llegaron a lo m¨¢s alto con The Joshua tree (1987) y Rattle & Hum (1988), obras que consagraron a los irlandeses como guardianes de las ra¨ªces del rock, un proceso que les pas¨® factura. En 1990 el cuarteto se part¨ªa en dos mitades, Bono y The Edge ¨Cque afrontaba entonces un divorcio- en una; en la otra, Adam Clayton y Lary Mullen Jr. De hecho fue este ¨²ltimo quien, en medio de una disertaci¨®n pol¨ªtica del cantante, puso el dedo en la llaga: ¡°No has escrito ninguna canci¨®n nueva. ?D¨®nde est¨¢n las canciones?¡±.
Para atajar la crisis de identidad se fueron a una ciudad aquejada de lo mismo, el Berl¨ªn inmediatamente posterior a la ca¨ªda del muro. La iniciativa fue de Eno, que a?os atr¨¢s ya utiliz¨® la ciudad como laboratorio para solventar la crisis creativa de David Bowie, e instal¨® al grupo en los estudios Hansa, los mismos donde en 1977 se grab¨® Heroes. All¨ª comenz¨® a finales de 1990 una transici¨®n que Bono terminar¨ªa definiendo como ¡°el sonido de cuatro hombres derribando el ¨¢rbol de Joshua¡±, y que cristaliz¨® con Achtung baby, un acto de renovaci¨®n art¨ªstica que tambi¨¦n acab¨® dando pie a uno de sus mejores ¨¢lbumes. El t¨¢ndem formado por Eno y Daniel Lanois ¨Cresponsables desde The unforgettable fire (1984) del sonido que les hab¨ªa convertido en emblema de un nuevo rock- firmaba la producci¨®n; Flood, que acabar¨ªa siendo un nombre fundamental para el rock alternativo de la nueva d¨¦cada, realiz¨® las mezclas. As¨ª fue como U2 renov¨® su sonido sin pervertir la ¨¦pica que les hab¨ªa hecho universales.
La ruptura con el pasado se manifestaba desde la apertura del ¨¢lbum. Zoo station introduc¨ªa sonidos sint¨¦ticos en la paleta musical de los nuevos mes¨ªas del rock tradicional. Al frente, Bono, buscando la conexi¨®n con un cambio de d¨¦cada marcada por los ritmos del hip hop, el acid house y una nueva ola electr¨®nica. Cambios radicales que no alteraron la esencia de la canciones del grupo, que mientras fijaba su mirada en el futuro, reivindicaba los riffs stonianos en Even better than the real thing (de hecho, el ¨¢lbum estuvo a punto estuvo de llamarse Cruise down Main Street, un juego de palabras que homenajeaba a los Stones mientras alud¨ªa a los misiles crucero en la primera guerra tecnol¨®gica de la historia, la del Golfo). Otros indicios de que el coraz¨®n irland¨¦s del cuarteto segu¨ªa latiendo con fuerza a pesar del oscuro barniz urbano y europeo del que hac¨ªan gala en su transformaci¨®n, eran Who¡¯s gonna ride your wild horses y, sobre todo, One, destinada a convertirse en uno de los cl¨¢sicos de la banda, tanto como para ser un tema requerido habitualmente en ceremonias nupciales en Inglaterra, para mayor disgusto de The Edge.
Con Achtung baby los U2 cl¨¢sicos conviv¨ªan con su versi¨®n posmoderna, esa en la que Bono reconfiguraba su personaje p¨²blico tras una gafas negras mientras entonaba The fly, mostrando sus nuevas inclinaciones funk ¨Cvarios de los sencillos del ¨¢lbum fueron remezclados por especialistas en m¨²sica de club como Paul Oakenfold-. Sorprend¨ªa tambi¨¦n su disposici¨®n para saltar de lo sagrado a lo profano, al trasladar la historia de Judas a un club gay ¨CUntil the end of the world-, y tambi¨¦n una sana voluntad de re¨ªrse de s¨ª mismos. Con Achtung baby, U2 consigui¨® un hito m¨¢s all¨¢ de las ventas -18 millones de discos despachados-, lograron adaptarse a una nueva d¨¦cada cuya senda marcar¨ªan grupos como Nirvana y Oasis. U2 abrazaron el presente y sus seguidores bailaron encantados sus nuevos ritmos. Una nueva ¨¦poca comenzaba tambi¨¦n para el cuarteto.
Babelia
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