La curiosidad seg¨²n Manguel
El escritor argentino se embarca en un singular y ambicioso viaje que abarca la pluralidad de sus intereses, sus vivencias personales y su vida dedicada a la lectura
Podr¨ªa sonar raro que un autor entre cuyas actividades figura la de traductor, y que como tal ha vertido al espa?ol algunos libros, sea en esta ocasi¨®n ¨¦l mismo traducido al idioma del pa¨ªs que le vio nacer. No lo es, sin embargo, para quien sepa algo de este n¨®mada escritor, que naci¨® en Buenos Aires, creci¨® en Tel-Aviv, donde su padre era embajador de Argentina, y ha vivido en Francia, Inglaterra, Italia, Tahit¨ª y Canad¨¢, donde reside desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas y cuya nacionalidad adopt¨®. De hecho, la obra de Alberto Manguel es tan variada como la de su peripat¨¦tica existencia: ficci¨®n y no ficci¨®n, teatro, antolog¨ªas y traducciones.
Una historia natural de la curiosidad, la obra que ahora publica Alianza Editorial, tiene un poco de todo esto, de sus plurales intereses, de sus vivencias personales, que afloran constantemente, y de una vida dedicada a la lectura, a la lectura con may¨²sculas; esto es, a la de las grandes obras de la literatura y del pensamiento (tambi¨¦n, claro, a otras no tan selectas).
Es dif¨ªcil encasillar este libro ¡ªde lectura no necesariamente f¨¢cil¡ª, yo dir¨ªa que precisamente por su grandeza, por la ambici¨®n que anima todas y cada una de sus p¨¢ginas. Pero hay dos ejes que lo vertebran: la curiosidad ¡ª¡°tengo curiosidad por la curiosidad¡± anuncia desde el principio¡ª y la Divina Comedia de Dante, un libro al que, confiesa Manguel, lleg¨® tarde, ¡°justo antes de cumplir los sesenta¡± y que ¡°desde la primera lectura, se convirti¨® en ese libro absolutamente personal y, al mismo tiempo, carente de horizontes¡±.
¡°Una de las experiencias compartidas por la mayor¨ªa de los lectores¡±, escribe, ¡°es el descubrimiento, tarde o temprano, de permite como ning¨²n otro una exploraci¨®n de uno mismo y del mundo, que parecer ser inagotable y que, al mismo tiempo, enfoca la mente en los detalles m¨¢s min¨²sculos, de una manera ¨ªntima y singular. Para algunos lectores, ese libro puede ser un cl¨¢sico reconocido, como las obras de Shakespeare o Proust, por ejemplo; para otros, es un texto menos conocido o que concita un reconocimiento menos generalizado, pero que por razones inexplicables o secretas, resuena en ese lector con un eco profundo. En mi caso, a lo largo de mi vida, ese libro ¨²nico ha ido cambiando; durante muchos a?os fueron los Ensayos de Montaigne o Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas, las Ficciones de Borges o el Quijote, Las mil y una noches o La monta?a m¨¢gica. Ahora no lejos de la proverbial ¡®edad avanzada¡¯, ese libro que para m¨ª lo abarca todo es la Divina Comedia de Dante¡±.
Coherentemente con su preferencia, cada uno de los 17 cap¨ªtulos de esta Historia natural de la curiosidad se abre con una l¨¢mina de la Divina Comedia, a la que sigue el t¨ªtulo, siempre una pregunta: ¡®?Qu¨¦ es la curiosidad?¡¯, ¡®?Qu¨¦ queremos saber?¡¯, ¡®?C¨®mo razonamos?¡¯, ¡®?C¨®mo vemos lo que pensamos?¡¯, ¡®?C¨®mo preguntamos?¡¯, ¡®?Qu¨¦ es el lenguaje?¡¯, ¡®?Qui¨¦n soy?¡¯¡ Como se ve, preguntas no triviales, preguntas que atraviesan constantemente los infiernos, para¨ªsos y purgatorios personales de todos los humanos, no importa cu¨¢l sea su condici¨®n social o cultural. Preguntas que han ocupado las vidas de pensadores de todo tipo, fil¨®sofos, cient¨ªficos, historiadores, ensayistas¡ y que permiten a Manguel reflexionar acerca de los grandes libros y autores de la historia de la humanidad: Homero, S¨®crates-Plat¨®n, los textos de las grandes religiones, Virgilio, santo Tom¨¢s de Aquino, Galileo, Hume, Goethe, Dickens, Dostoyevski, Joyce, Rachel Carson, Primo Levi, Oliver Sacks¡, adem¨¢s, por supuesto, de sus queridos Montaigne, Lewis Carroll, Borges, Cervantes y Thomas Mann Y as¨ª, como si se tratara de un oscilante e imprevisible camino, que responde al dise?o de una mente a la vez juguetona y profunda, insegura en la seguridad de que lo m¨¢s importante es la curiosidad, pasan por los ojos del lector, hacia el dep¨®sito insondable de su mente, los grandes temas de la humanidad: justicia, guerras, enfermedad, vida y muerte, esclavitud, culturas e identidades sociales o de g¨¦nero, amor, orgullo, avaricia, cambio clim¨¢tico, Dios, bombas at¨®micas o Auschwitz.
Al final de la ¡°entrada personal¡± al ¨²ltimo cap¨ªtulo (¡°?Qu¨¦ es verdadero?¡±), Alberto Manguel escribe: ¡°Todos sabemos que los acontecimientos que experimentamos, en su sentido m¨¢s pleno y profundo, sobrepasan los l¨ªmites del lenguaje. Que ning¨²n relato de cualquier suceso de nuestra vida, incluso el m¨¢s peque?o, puede hacer verdadera justicia a lo que ha tenido lugar y que ning¨²n recuerdo, por intenso que sea, puede ser id¨¦ntico a la cosa recordada. Tratamos de contarnos lo que pas¨® pero nuestras palabras siempre se quedan cortas y aprendemos, despu¨¦s de muchos fracasos, que la mayor aproximaci¨®n a una versi¨®n veraz de la realidad s¨®lo puede encontrarse en los relatos que nos inventamos. En nuestras ficciones m¨¢s poderosas, bajo la telara?a de la narraci¨®n puede discernirse la complejidad de la realidad, como un rostro que es una m¨¢scara. La mejor manera que tenemos de decir la verdad es mentir¡±.
Sin mentir, pero s¨ª llev¨¢ndonos a trav¨¦s del inabarcable universo de las obras de la realidad imaginada y de la realidad reconstruida, Manguel nos ha dado una obra, personal, muy personal, naturalmente, que constituye una inestimable gu¨ªa en el siempre complejo y duro oficio de orientarnos en la vida y en la historia, del pasado, del presente y del futuro. Y es que, repito su frase, ¡°los acontecimientos que experimentamos sobrepasan los l¨ªmites del lenguaje¡±.
Una historia natural de la curiosidad. Alberto Manguel. Traducci¨®n de Eduardo Hojman. Alianza. Madrid, 2015. 544 p¨¢ginas. 22 euros
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