El carpintero de Sergio Mendes
Ning¨²n brasile?o ha vendido tantos discos en Estados Unidos como Sergio Mendes. Y nada hac¨ªa presagiar que pudiera gustar de esa forma a los norteamericanos cuando Herb Alpert y Jerry Moss le contrataron para el sello A&M. Pero su primer elep¨¦ al frente de Brasil ¡¯66 fue todo un ¨¦xito: con Mas que nada, cantada en portugu¨¦s, encaram¨¢ndose a los primeros puestos de las listas.
Mendes hab¨ªa dado con su piedra filosofal: una novedosa combinaci¨®n de grandes canciones en ingl¨¦s, ritmos brasile?os suavizados y dos sugerentes voces femeninas: Lani Hall y Janis Hansen ¨Cpoco despu¨¦s Karen Philipp¨C. As¨ª llegar¨ªan Night and day, The look of love, The fool on the hill ¨Ccon el que vendi¨® m¨¢s singles que los propios Beatles¨C, los premios Grammy, Brasil ¡¯77 y ¡¯88, y tambi¨¦n su boda con Gracinha Leporace, la cantante que hab¨ªa ocupado en la banda el lugar de Lani Hall, ya se?ora -y hasta el d¨ªa de hoy¨C de Herb Alpert.
Estudiante de piano cl¨¢sico y aspirante a concertista, Sergio Mendes se nutri¨® de pianistas de jazz como Bud Powell y Horace Silver, mientras la bossa nova empezaba a proyectarse al mundo desde R¨ªo de Janeiro. Con solo 19 a?os se hab¨ªa ganado reputaci¨®n de buen pianista. Cruzaba en el ferry la bah¨ªa de Guanabara, desde su Niter¨®i natal hasta el barrio de Copacabana, para ir a tocar con su tr¨ªo en el Little Club o el Bottle?s Bar del famoso Beco das Garrafas. En 1961 public¨® su primer disco, el instrumental Dance moderno, y organiz¨® el Sexteto Bossa Rio, para una joya discogr¨¢fica como Voc¨º ainda n?o ouviu nada, con m¨²sicos capaces de tocar con el saxofonista Cannonball Adderley en Nueva York o el guitarrista Barney Kessell en Los ?ngeles.
Hace m¨¢s de 50 a?os que tiene su residencia en California. Aunque en 1992, con el premiado Brasileiro, renov¨® lazos con su pa¨ªs de origen, grabando tambores de escuela de samba y blocos afros, en patios y calles de R¨ªo y Salvador de Bah¨ªa, y dando voz a nuevos artistas como Carlinhos Brown. Llevaba casi un decenio sin grabar cuando, en 2006, un admirador, will.i.am., llam¨® a su puerta. Primero le convenci¨® para colaborar con The Black Eyed Peas en un corte de Elephunk; despu¨¦s para firmar el impactante Timeless, producido por el propio will.i.am. con participaciones de Justin Timberlake, Erykah Badu o el mism¨ªsimo Stevie Wonder. La versi¨®n electr¨®nica y rapera de Mas que nada fue usada por Nike en su campa?a para el Mundial de F¨²tbol de 2006. Y fue a un Sergio Mendes rejuvenecido que recurrieron para las bandas sonoras de las pel¨ªculas de animaci¨®n R¨ªo y R¨ªo 2.
En 1971 hab¨ªa decidido instalar un estudio de grabaci¨®n en el garaje de la casa comprada en Encino. Durante los seis meses que dur¨® la obra, Sergio Mendes y el carpintero que le hab¨ªan recomendado hicieron buenas migas. Y han continuado vi¨¦ndose de vez en cuando. Claro que algunas cosas han cambiado. El estudio fue destruido por el terremoto del 17 de enero de 1994. Y el joven carpintero, que aspiraba a ser actor y lleg¨® a casa de Mendes con el pelo largu¨ªsimo, barba y pantal¨®n roto, finalmente logr¨® su sue?o de trabajar en el cine. Incluso se hizo un nombre en Hollywood: se llama Harrison Ford.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.