¡°Hoy nadie puede so?ar hoy con 15 minutos de anonimato¡±
El reputado pensador brit¨¢nico alerta contra los falsos mitos del progreso
El pensador brit¨¢nico John Gray (1948) suele ser descrito ¨Caunque ¨¦l no est¨¦ de acuerdo- como una suerte de profeta de la fatalidad. Con su ataque a la teor¨ªa sobre el fin de la historia, ensamblada por Francis Fukuyama en el albor del derrumbe del muro de Berl¨ªn, y certeros vaticinios como el desastroso escenario del Irak posb¨¦lico o el colapso bancario mundial que anticipaba en Falso amanecer. Los enga?os del capitalismo global, su nombre traspas¨® las hechuras de una reputada carrera acad¨¦mica para entrar en el radar medi¨¢tico. A principios del nuevo milenio, el ¨¦xito de su libro Perros de Paja. Reflexiones sobre los humanos y otros animales se convirti¨® en un superventas para sorpresa del propio autor, que en obras sucesivas ha seguido abundando en los falsos mitos de la modernidad y el progreso. Hoy retirado de la vida docente, el anta?o profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Oxford y de Pensamiento Europeo en la London School of Economics sigue siendo uno de los fil¨®sofos contempor¨¢neos m¨¢s atendidos. Gray (South Shields, Inglaterra, 1948) vuelca ahora su deslumbrante erudici¨®n en el nuevo t¨ªtulo El alma de las marionetas (Sexto Piso), un estudio sobre c¨®mo el ser humano persigue el espejismo de la libertad, pretendiendo in¨²tilmente desafiar sus limitaciones a trav¨¦s del conocimiento.
Pregunta. Entonces, la idea de libertad ?Es s¨®lo una ilusi¨®n o hay que reformularla?
Respuesta. Lo que necesitamos es entender la variedad de ideas y creencias que ya tenemos sobre lo que significa y sobre qu¨¦ nos aportar¨¢, plantearnos si es cierto que la libertad supone el m¨¢ximo de oportunidades para hacer elecciones sobre nuestra vida. Los seres humanos desean otras cosas que pueden competir con esa libertad. Mir¨¢ndolo desde un contexto m¨¢s pol¨ªtico, tiene significados muy diferentes en la variedad de culturas y de individuos. Por ejemplo, en los pa¨ªses occidentales se ha asumido en los ¨²ltimos diez o veinte a?os que si la tiran¨ªa es derribada, si se derroca a un dictador monstruoso, habr¨¢ m¨¢s libertad que antes. Pero eso no es necesariamente cierto y los hechos lo confirman. Una mujer, una persona gay o el miembro de una minor¨ªa religiosa ?se siente m¨¢s libre ahora que en el Irak de Saddam Hussein? Sugerir¨ªa que no. Una parte del pa¨ªs est¨¢ controlada por el Estado Isl¨¢mico (EI), que es todav¨ªa m¨¢s desp¨®tico, pero sobre todo la ausencia de cualquier gobierno o Estado en Irak, o en Libia, que es la consecuencia de las intervenciones occidentales, puede ser m¨¢s amenazadora para el sentimiento de libertad que casi todas las dictaduras.
P. Ha sido muy cr¨ªtico con la guerra de Irak y las intervenciones occidentales en la regi¨®n. ?Se puede cometer los mismos errores en Siria?
R. En Siria, combatir al Estado Isl¨¢mico significa cooperar con [Bachar el] Assad. No es una elecci¨®n agradable, pero s¨ª obligatoria moralmente, aunque se trate de una dictadura terrible. Pero no tanto como el EI, el grupo yihadista m¨¢s ambicioso, salvaje y cruel de cuantos han emergido; tambi¨¦n el m¨¢s sofisticado. Y que adem¨¢s representa una amenaza directa para Europa.
P. No cree que el conocimiento nos haya convertido en seres m¨¢s civilizados...
R. O m¨¢s racionales. El conocimiento no es intr¨ªnsecamente liberador, procura poder al ser humano para hacer cosas. No soy un relativista, ni creo que la ciencia sea otro mito. Es un conjunto de pr¨¢cticas humanas que genera todo tipo de formas de conflicto, pero una instituci¨®n con la que crece el conocimiento. Hoy sabemos mucho m¨¢s que hace cien a?os y el avance no es s¨®lo continuo sino tambi¨¦n acelerado. El punto clave es que se ha alcanzado un momentum en que gran parte de ese cocimiento ser¨¢ preservado. Pero mientras el progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico es imparable, en t¨¦rminos de ¨¦tica, de pol¨ªtica, de civilizaci¨®n, lo que se ha ganado a lo largo de generaciones puede perderse en un instante.
P. ?Existe el riesgo de una vuelta atr¨¢s?
R. Le voy a poner un ejemplo. En febrero de 2003, y eso fue antes de la guerra de Irak y de Abu Ghraib, publiqu¨¦ un art¨ªculo defendiendo la tortura que era, por supuesto, una s¨¢tira muy dura, pero algunos llegaron a pensar que lo dec¨ªa de forma genuina. Cuando lo escrib¨ª no hab¨ªa apenas nadie que cuestionara que la prohibici¨®n de la tortura era inamovible, se cre¨ªa que formaba parte permanente del escenario moderno, especialmente en las democracias liberales del mundo. Pero entonces el expresidente de Estados Unidos, de la democracia suprema, dijo que el waterborading (t¨¦cnica de ahogamiento simulado) era aceptable. No soy ning¨²n profeta, hab¨ªa indicios. Uno, que ya antes de la guerra de Irak algunos grupos en Am¨¦rica argumentaban a favor de legalizar la tortura. Y en segundo lugar, si se acababa invadiendo Irak, algo de lo que yo estaba convencido, iba a tratarse de una guerra neocolonial como la de Argelia, donde hubo tortura a una escala colosal. Pens¨¦ que volver¨ªa la tortura y que ser¨ªa defendida como una suerte de pr¨¢ctica liberal.
P. Y en Europa vemos c¨®mo regresan los fantasmas del pasado reciente ...
R. Exactamente. Creo que el ser humano suele responder del mismo modo ante las mimas circunstancias. Cuando en 2007 me preguntaban sobre las consecuencias de la crisis financiera en Europa, ya dije que si los altos niveles de desempleo y la angustia social se prolongaban durante varios a?os, con unos pol¨ªticos que no pareciera que hicieran mucho para mejorar las cosas, entonces algunos sectores de la poblaci¨®n empezar¨ªan a culpar a las minor¨ªas tradicionales, a los inmigrantes, los jud¨ªos, los gay, los gitanos¡?No ha ocurrido eso ya ? Y se alega que estamos mucho m¨¢s desarrollados, que hemos llegado a un nivel en la civilizaci¨®n europea en el que resultar¨ªa imposible, que tenemos el marco UE¡ Palabrer¨ªa. Hay por ejemplo un riesgo serio en el este de Europa de que esta crisis de inmigrantes genere episodios de conflicto, de que se afiancen Estados semiautoritarios que movilicen a la poblaci¨®n contra las minor¨ªas
P. Se le ha retratado como un pesimista apocal¨ªptico ?C¨®mo lo lleva?
R. Es infantil, muestra cu¨¢n profundo es el enga?o de los comentaristas y los pol¨ªticos. En octubre de 1989, publiqu¨¦ un art¨ªculo en Am¨¦rica sobre Francis Fukuyama, antes de que apareciera su libro pero dos meses despu¨¦s de su (famoso) art¨ªculo. Y sostuve que aquella visi¨®n de que la historia ha terminado s¨ª era apocal¨ªptica. Lo que yo constato es que la historia reanuda su curso normal, el de los conflictos ¨¦ticos, nacionales y religiosos, conflictos sobre los recursos, entre Estados, las guerras, el derrumbe de los mercados¡ As¨ª sucedi¨® en gran parte del siglo XX y en siglos anteriores. No comparto esa idea de que estamos viviendo una era diferente.
P. Su obra proyecta enorme escepticismo sobre las utop¨ªas del mundo moderno y sobre la propia condici¨®n humana ?Es in¨²til la ambici¨®n de mejorar el mundo?
R. ?Y qu¨¦ significa mejorar el mundo? ?Hacerlo de un modo en que sea permanente? Eso es imposible. No pretendo ser un profeta, pero creo que la tarea es proteger, incluso extender, la civilizaci¨®n, incluso sabiendo que la barbarie se repite continuamente.
P. En una era de ilimitado desarrollo tecnol¨®gico ?Seremos capaces de controlar sus consecuencias?
R. No hay un ¡°nosotros¡±, la humanidad no es un agente colectivo. Las tecnolog¨ªas avanzan en un mundo de conflictos humanos y lo que ocurrir¨¢ es que esas invenciones, ese nuevo conocimiento, ser¨¢ utilizado con finalidades diferentes y opuestas. Se ajustar¨¢ a est¨¢ndares ¨¦ticos y benignos y contribuir¨¢ a que vivamos mejor y durante m¨¢s tiempo¡.. Pero al mismo tiempo producir¨¢ nuevos delitos, opresi¨®n y atrocidades. Regreso al punto de partida, el conocimiento no es intr¨ªnsecamente bueno o malo.
P. En su ¨²ltimo libro denuncia la abolici¨®n de la privacidad
R. Andy Warhol dec¨ªa que todo el mundo puede conseguir 15 minutos de fama, y yo, que nadie puede so?ar hoy con 15 minutos de anonimato. Si eres muy muy rico quiz¨¢ puedas encriptar parte de tu vida, recrear la privacidad. Pero para los dem¨¢s creo que la p¨¦rdida de privacidad ser¨¢ permanente, y s¨ª, eso es una regresi¨®n, pero Internet resulta muy beneficioso en otros aspectos. Casi todas las tecnolog¨ªas son ¨¦ticamente ambiguas, e incluso pol¨ªticamente, porque se sol¨ªa decir en los primeros d¨ªas de Internet que liberar¨ªa a la gente del Estado, pero no lo ha hecho ni lo har¨¢. Est¨¢ posibilitando nuevas formas de vigilancia y no s¨®lo por el Estado o las grandes compa?¨ªas¡
P. Y la revoluci¨®n tecnol¨®gica ha tra¨ªdo tambi¨¦n el terror del islamismo radical¡
R. ?Quien hubiera podido predecir que utilizar¨ªan la red para publicidad sus atrocidades? Eso es lo ¨²nico realmente nuevo sobre esos grupos. Las atrocidades, lamentablemente, no lo son.. ha habido violaciones utilizadas como arma de guerra, y masivamente en Europa, el secuestro de ni?os, la voladura de edificios¡ Pero el recurso a las nuevas tecnolog¨ªas para aterrorizar y para reclutar es un ejemplo de c¨®mo son usadas para los fines m¨¢s b¨¢rbaros.
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