El demonio hace re¨ªr
El Circo de los Horrores trae a Madrid un espect¨¢culo circense y de terror, el 'Cabaret Maldito', un espect¨¢culo arriesgado de discurso lenguaraz
"?Que levante la mano el que haya robado alguna vez!". Cuando el demonio y su s¨¦quito de cabareteros circenses y terror¨ªficos interpela al p¨²blico a gritos, casi el 70% se confiesa culpable. El que personifica al mism¨ªsimo diablo sobre un escenario es Suso Silva, actor y director de su compa?¨ªa El circo de los horrores, que se encuentra en Madrid para representar el que considera su mejor espect¨¢culo. La obra que simboliza el infierno y que parad¨®jicamente se representa en el Escenario Puerta del ?ngel de Madrid desde el 22 de octubre, lleva por nombre Cabaret maldito y es la tercera parte de una trilog¨ªa teatral arriesgada en las formas y lenguaraz en el discurso.
Durante casi dos horas y media, 35 artistas dan vida a una noche canalla entre acrobacias circenses, n¨²meros impresionantes, mon¨®logos ir¨®nicos y bailes sensuales donde los bailes, el humor y la p¨¦rdida de la verg¨¹enza del p¨²blico son los protagonistas.
"Nunca el terror hab¨ªa sido tan divertido", le dijo un d¨ªa una se?ora de 70 a?os al director. El enclave, un circo de capa negra, recibe al espectador con fuegos, m¨²sica estruendosa y personajes aparentemente que asustan a los visitantes mientras encuentran su silla. Pero el Cabaret maldito no es un circo al uso, sino que alterna el espect¨¢culo circense con el cabaret y el humor descarado. Por eso, cada vez que un artista se lanza al p¨²blico con un mon¨®logo improvisado, las preguntas inc¨®modas sobre sexo sacan las risas y aplausos del resto de los espectadores.
"Quien viene al show se vende al mism¨ªsimo diablo, al sexo, a la lujuria, a la fama y al poder", explica Silva. "Esto es una terapia de la risa porque actuamos sin tab¨²es". Tanto, que los tacos constantes e incluso alg¨²n strip-tease muy cuidado est¨¢n presentes en el repertorio no apto para todos los p¨²blicos; los ni?os se quedan fuera. "?Que si es soez? Puede ser, pero ni m¨¢s ni menos que lo que somos en la calle. Somos gamberros y hablamos de sexo llanamente, pero eso es lo que les gusta a los j¨®venes". No cuesta creerlo por las carcajadas de la sala.
Para Suso Silva, el reto de combinar teatro, terror y humor no ha sido f¨¢cil. Tras ganar el premio de Circo en 2003 se plante¨® renovar el concepto que se ten¨ªa sobre el circo, al que consideraba denostado. "El galard¨®n me oblig¨® a recuperar la dignidad perdida de la profesi¨®n y a buscar al p¨²blico joven inapetente". En 2007 form¨® su compa?¨ªa el Circo de los Horrores en honor a la pel¨ªcula de los a?os 20 que lleva el mismo nombre. Silva, que siempre fue un apasionado de las pel¨ªculas en blanco y negro, encontr¨® en el vampiro Nosferatu el ¡°perfecto maestro de ceremonias¡±, y es su apariencia la que da vida al protagonista de su historia como Pr¨ªncipe de las tinieblas.
El circo es circo sin animales ni payasos. Al menos para Silva, que no est¨¢ dispuesto a arriesgar su trabajo con lo que suscita rechazo entre la gente joven. "Los payasos me producen vomitera y, adem¨¢s, de ni?o ten¨ªa pesadillas con ellos". Aunque en este cabaret hay uno travestido, el protagonista no aboga por ellos. Para este director, del mimetismo y elegancia de cl¨¢sicos como Charlie Rivel, Ramper o Brock, no queda rastro. "Para m¨ª un payaso no es el de colores, sino un personaje de cara limpia, de traje negro".
El circo de los horrores, que llega de colgar el cartel de entradas agotadas en M¨¦xico este a?o, contin¨²a la gira con su trilog¨ªa de terror por Espa?a y seguir¨¢ por Europa con su elenco de artistas de todo el mundo en la b¨²squeda de un concepto diferente: el diablo no da miedo, sino que hace re¨ªr.
Babelia
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