Renoir apesta
La producci¨®n de este pintor es totalmente prescindible, carece de chispa y de inter¨¦s
A primeros de octubre, parecer¨ªa, el movimiento se organizaba desde Instagram ¡ªque es el lugar donde muchas cosas comienzan ahora¡ª y de all¨ª pasaba a las mism¨ªsimas puertas del Museo de Bellas Artes de Boston, uno de los m¨¢s famosos del mundo por su magn¨ªfica colecci¨®n de impresionistas, entre ellos Renoir. Dicho movimiento, Renoir Sucks at Painting, traducido libremente como Renoir apesta como pintor, enfatizaba la idea del franc¨¦s como un artista terrible que hab¨ªa que sacar urgentemente del museo, pues era absurdo que conviviera con otras obras maestras que all¨ª se custodian. El peque?o grupo, que se manifestaba a las puertas de dicha instituci¨®n, llevaba carteles donde se pod¨ªan leer frases del tipo Dios odia a Renoir. Era urgente expulsarle de las salas. ?C¨®mo puede la gente decir que es un buen pintor?, se comentaba. ?Han mirado de verdad sus obras? Porque los ¨¢rboles son bellos y lo que ¨¦l pinta es absurdo. ?Por qu¨¦ le gusta al p¨²blico? ?Porque est¨¢ en un museo?
?C¨®mo puede la gente decir que es un buen pintor? ?Han mirado de verdad sus obras? Porque los ¨¢rboles son bellos y lo que ¨¦l pinta es absurdo
Confieso que la noticia me hizo mucha gracia. Yo tambi¨¦n creo que Renoir apesta, que salvo algunas obras muy aisladas, su producci¨®n no es solo totalmente prescindible, sino que est¨¢ muy mal pintada y carece de chispa y de inter¨¦s. Esas ni?as de caras con coloretes, esas mujeres imposibles, esos paisajes reiterados¡ son un poco pesadilla y, aunque no sostengo un cartel pidiendo su expulsi¨®n de los museos respetables, cuando los visito intento no detenerme ni un minuto delante de sus lienzos ¡ªtal vez sea cierto que Dios odia a Renoir¡ª.
Sin embargo, y m¨¢s all¨¢ de la pura an¨¦cdota y de mis gustos personales, lo que parece interesante de la noticia es observar c¨®mo la peque?a pol¨¦mica ha tenido eco y algunas respuestas por parte de la cr¨ªtica, que ha dicho, claro, que Renoir es un buen pintor, apelando justo a esas pocas obras que no apestan y que se han convertido en cl¨¢sicas. Y lo que parece m¨¢s interesante incluso es que alguien ¡ªparece que pariente de Renoir¡ª ha entrado en la discusi¨®n hablando del precio que alcanzan las obras en el libre mercado como garant¨ªa.
As¨ª que de pronto esta peque?a noticia, este juego casi igual que otros juegos en los cuales unos se ponen en contra y otros a favor y hasta acaban por salir a la calle y exigir a un museo que descuelgue unas obras que consideran horrendas, un insulto para el resto de ¡°grandes maestros¡± que pueblan las salas, nos hace reflexionar sobre el motivo ¨²ltimo por el cual algunas obras est¨¢n en un museo y se venden a altos precios en el mercado y porque se venden a precios tan altos no se sacan de las salas del museo y los espectadores van a verlas porque est¨¢n en el museo y alcanzan altos precios de ventas. Dicho de otro modo, nos da de bruces con la idea misma de la ¡°calidad¡±, lo que est¨¢ bien o mal hecho, qui¨¦n lo decide y c¨®mo se negocia tambi¨¦n desde las instituciones. No se trata de un tema menor, muy al contrario, dado que dicha ¡°calidad¡± se ha convertido a lo largo de la historia en un lugar para las exclusiones, en especial de las minor¨ªas y en particular de las mujeres artistas, borradas argumentando a veces su no excesiva ¡°calidad¡±. ?Vale la pena descolgar un caravaggio para colgar un artemisia gentileschi menor? Pero ?menor c¨®mo? ?Como la mayor parte de la producci¨®n de Renoir? Aunque claro, Artemisia Gentileschi igual no alcanza las grandes cifras de los impresionistas en el mercado. En fin, que igual merecer¨ªa la pena preguntarse qu¨¦ hacen colgados en los museos algunos de los supuestos grandes pintores y qui¨¦nes siguen faltando.
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