Bowie o el arte del misterio
El cantante, que mantiene el enigma de si volver¨¢ a los escenarios, publicar¨¢ nuevo disco
¡°Prefiero permanecer siendo un misterio. Nunca cuento mi historia y, en caso de hacerlo, la voy cambiando cada vez que alguien quiere que la cuente. No es que el esconder los hechos forme parte de mi imagen; es que se me olvida lo que dije el d¨ªa anterior y tengo que pensarlo todo de nuevo¡±. La cita pertenece a Andy Warhol, pero tambi¨¦n podr¨ªa haberla dicho David Bowie en cualquier momento de su trayectoria. Como su admirado Warhol, Bowie ha ido cambiando el guion de su personaje seg¨²n le ha convenido. Posiblemente, a ¨¦l no se le olvida lo que dijo el d¨ªa anterior, pero le interesa hacernos pensar que s¨ª. En cambio, s¨ª ha elegido concienzudamente ser un misterio. Sobre todo, en estos a?os en los que la tecnolog¨ªa ha conseguido evaporar el halo enigm¨¢tico que rode¨® a las estrellas del siglo pasado. Subsistir a ese cambio de costumbres es, ahora mismo, una de las estrategias de Bowie para sobrevivir como artista en una ¨¦poca en la que hijos y nietos en la escena, como James Murphy o Arcade Fire, tambi¨¦n sientan c¨¢tedra.
Hace unos d¨ªas salt¨® la noticia: Bowie publicar¨¢ un ¨¢lbum con nuevo material de estudio el 8 de enero. El texto, publicado por The Times, precisaba que hab¨ªa sido grabado en los estudios The Magic Shop de Nueva York y que estaba orientado hacia el jazz. Casi de manera inmediata, la web del artista hac¨ªa oficial la noticia ¡ªel ¨¢lbum se titula Blackstar y el 20 de noviembre se publicar¨¢ la canci¨®n hom¨®nima como avance¡ª, dando por inexacto cualquier otro comentario. Pero no parece necesario esperar al single para salir de dudas. El 6 de octubre se colgaba en YouTube un tr¨¢iler de la serie brit¨¢nica The last panthers ilustrado por los primeros 45 segundos de Blackstar. Ni rastro de jazz; solo un manto de sintetizadores y la voz de Bowie procesada electr¨®nicamente en lo que se adivina como uno de esos lentos crescendos que le acercan a su admirado Scott Walker. No obstante, la idea de Bowie virando hacia el jazz no es en absoluto descabellada. Sue (or in a Season of Crime), el sencillo que public¨® hace un a?o, era un ejercicio en dicho estilo realizado con el acompa?amiento de The Maria Schneider Jazz Orchestra. Sin embargo, la cara B del mismo, ¡®Tis a Pity She Was a Whore, segu¨ªa situ¨¢ndolo en el terreno del rock contempor¨¢neo.
Sea como sea, Bowie regres¨® envuelto en esa mezcla de conjeturas y acertijos que tanto le gusta y del que tanto partido sabe sacar. El 12 de octubre, John Giddings, promotor del festival de la isla de Wight, declaraba que el cantante brit¨¢nico le daba largas cuando se encontraban, dej¨¢ndole claro que no iba a hacer giras.
Como ya es habitual en estos casos, las palabras del promotor han terminado interpretadas y convertidas en una conclusi¨®n: Bowie nunca volver¨¢ actuar en directo. Cualquier artista experto en confundir al p¨²blico ¡ªcomo Warhol, como Bowie¡ª sabe que hay una parte de ese trabajo que se hace solo, sobre todo ahora que las redes sociales lo hacen por uno. Es cierto que un problema cardiaco hizo que Bowie suspendiera una gira en 2004, y que tard¨® casi 10 a?os en sacar su siguiente disco. Tambi¨¦n es cierto que no promocion¨® en directo ese ¨¢lbum, The Next Day, ni dijo que tuviera la intenci¨®n de hacerlo.
En realidad, Bowie jam¨¢s apunt¨® nada al respecto y lleva a?os sin hacerlo. A cambio, ha dejado que colaboradores de confianza, como el productor Tony Visconti, sean quienes hagan c¨¢balas al respecto ante la prensa. Pero Bowie nunca ha dicho que no vaya actuar y seguramente nunca lo diga.
Si un d¨ªa decide volver a los escenarios, aunque sea por unas horas, ya se encargar¨¢ de que sea un acontecimiento global, del mismo modo que lo fue, hace dos a?os, su regreso por sorpresa cuando la gente y los medios insist¨ªan en darle por moribundo. Bowie es un gran manipulador incluso en circunstancias tan macabras.
Volviendo a lo estrictamente musical: The Next Day fue un disco sobresaliente, de lo mejor que el artista hab¨ªa grabado en mucho tiempo y posiblemente, uno de los t¨ªtulos a tener en cuenta cuando se destaquen piezas clave en su discograf¨ªa. Bowie es consciente de que su papel como transformador de la m¨²sica pop ya pas¨®, pero que es importante mantener la dignidad art¨ªstica.
La posibilidad de acu?ar una nueva obra maestra a los 69 a?os no tiene por qu¨¦ ser una quimera, pero, para un hombre cuyo propio legado art¨ªstico ¡ªreeditado con distintas excusas una y otra vez¡ª parece ser su m¨¢xima competencia, una de las cosas m¨¢s sensatas que puede hacer es calcular sibilinamente la manera de relacionarse con su p¨²blico. Y permanecer as¨ª siendo un misterio.
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