Todos quieren un Bond en su pa¨ªs
Hollywood se ha abierto al mundo y sus pel¨ªculas recorren el globo a cambio de ayudas econ¨®micas o escenarios imposibles de reproducir
Pocas cosas son tan brit¨¢nicas como Bond, James Bond. El Big Ben, la Torre de Londres y el agente al servicio de su Majestad. Y sin embargo, todos quieren hacerlo suyo. ¡°Todos quieren un Bond en su pa¨ªs¡±, confirm¨® a este diario Dennis Gassner, dise?ador de producci¨®n de las tres ¨²ltimas entregas del esp¨ªa, incluida la que hoy se estrena, Spectre.?En esta ocasi¨®n, M¨¦xico y Austria, adem¨¢s de Italia o Marruecos, se salieron con la suya. Una versi¨®n edulcorada refiere una conversaci¨®n que Sam Mendes, el director, mantuvo con Gassner. Le pidi¨® dos claros extremos para la vig¨¦sima cuarta pel¨ªcula de Bond. ¡°Uno ardiente y otro g¨¦lido¡±, le dijo. Gassner llev¨® la pel¨ªcula al coraz¨®n del Z¨®calo de la Ciudad de M¨¦xico y a lo alto de una monta?a en Austria.
Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, productores de la cinta, aseguran que la elecci¨®n de M¨¦xico est¨¢ perfectamente justificada en una trama que utiliza las celebraciones del D¨ªa de Muertos como punto de partida de una historia donde aquellos que parec¨ªan estar muertos cobran vida. ¡°Podr¨ªa haber sido Brasil o Nueva Orleans¡±, comenta Gassner recordando otros pa¨ªses con festejos en torno a sus muertos. Pero no fue as¨ª. ¡°La cooperaci¨®n mexicana fue incre¨ªble. Sin ella no habr¨ªa sido posible esta pel¨ªcula¡±, reconoci¨® Daniel Craig a EL PA?S.
Spectre est¨¢ considerado ya entre los filmes m¨¢s caros de la historia del cine
Con una taquilla mundial acumulada de 6.270 millones de d¨®lares a lo largo de sus 53 a?os de historia, no es de extra?ar que todos los pa¨ªses quieran oler las mieles de Bond. Y los 14 millones de d¨®lares que M¨¦xico le dio a esta producci¨®n, seg¨²n la revista Variety,?hicieron realidad el deseo. Esta cifra que nadie hace oficial es solo un pellizco de lo mucho que ha costado Spectre. Seg¨²n uno de los correos electr¨®nicos filtrados durante el ataque cibern¨¦tico que sufri¨® Sony, coproductor de la cinta, su costo asciende muy por encima de los 300 millones de d¨®lares. Es considerado ya?entre los filmes m¨¢s caros de la historia del cine. Fuentes cercanas a la producci¨®n aseguran que la cifra final es mucho m¨¢s cercana a los 250 millones de d¨®lares. Un oc¨¦ano donde los 14 millones mexicanos son una gota de agua. Pero todo ayuda.
Spectre es solo la ¨²ltima de las cintas que lleva al espectador por el mundo a cambio de incentivos fiscales o ayudas econ¨®micas. Desde grandes sagas como El Hobbit o Los juegos del hambre a peque?as pel¨ªculas, como la filmograf¨ªa reciente de Woody Allen, Hollywood se ha abierto al mundo. ¡°No se trata tanto de la ayuda econ¨®mica sino de conseguir escenarios imposibles de reproducir¡±, justifica Francis Lawrence, realizador de las ¨²ltimas entregas de Los juegos del hambre y que utiliz¨® el antiguo aeropuerto de Berl¨ªn y una barriada parisina en la segunda parte de Sinsajo. ¡°Luego se negocian los incentivos¡±, se sincer¨®.
¡°Nos aliment¨® una atm¨®sfera embriagadora, vibrante, contagiosa"
En el caso de Spectre, Mendes asegura que adem¨¢s de la profesionalidad del equipo mexicano la viudad aport¨® energ¨ª a su pel¨ªcula. ¡°Nos aliment¨® una atm¨®sfera embriagadora, vibrante, contagiosa, llena de talento, arquitectura, luz y gente¡±, dice el realizador, que considera el inicio de Spectre el mejor arranque de todas las pel¨ªculas de Bond, con la participaci¨®n de m¨¢s de 1.500 personas. La escena super¨® todas sus expectativas e incluso las de los mexicanos, dado que el escenario recreado tiene poco que ver con las verdaderas celebraciones del D¨ªa de muertos.
Como recuerda Gassner, las pel¨ªculas de Bond son pura ficci¨®n, aunque se sientan reales. ¡°Realidad aumentada¡±, la llama. ¡°Lo importante es que la gente se anime a visitar una ciudad como M¨¦xico e inviertan al menos dos horas en conocer su Museo de Antropolog¨ªa¡±, invit¨® Christoph Waltz, el actor que encarna al nuevo villano de Bond. Un buen resumen de lo que en Hollywood llaman el ¡°efecto Se?or de los anillos¡±: que el cine ponga a un pa¨ªs en el mapa. As¨ª sucedi¨® cuando Peter Jackson rod¨® en Nueva Zelanda las aventuras de Tolkien.?
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