Beethoven y la apoteosis de la danza
Simon Rattle y la Filarm¨®nica de Berl¨ªn triunfan en Par¨ªs con su ciclo de las sinfon¨ªas del compositor y con la 'S¨¦ptima', en particular
Cada ¨¦poca tiene su propio ideal sonoro de Beethoven. Y ninguna orquesta los ha representado mejor que la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en sus visitas a Par¨ªs con sus respectivos titulares. Hubo uno expresivo y wagneriano de Arthur Nikisch en la primera actuaci¨®n aqu¨ª de la orquesta alemana en el Cirque d¡¯hiver en 1897. Otro volc¨¢nico y espiritual con Wilhelm Furtw?ngler en el podio de la Sala Pleyel en 1928. Luego vino ese giro hacia la objetividad y lo monumental encarnado por Herbert von Karajan en su integral de las sinfon¨ªas del Theatre de Champs-Elys¨¦es en 1960. Y ahora en 2015 tenemos los efectos est¨¦ticos de la revoluci¨®n historicista que evidencia el ciclo sinf¨®nico de Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955) en la nueva Philharmonie. Las mismas notas en las mismas partituras, tocadas por la misma orquesta, pero con resultados sonoros completamente diferentes. Est¨¢ claro que Beethoven fluye y cambia. Nadie escucha dos veces la misma sinfon¨ªa como tampoco se ba?a dos veces en el mismo r¨ªo.
CICLO BEETHOVEN
Annette Dasch, soprano. Eva Vogel, mezzo-soprano, Christian Elsner, tenor. Franz-Josef Selig, bajo. Rundfunkchor Berlin. Orquesta Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Sir Simon Rattle, director.
Beethoven: Sinfon¨ªas 1-9 & Obertura Leonora 1.Par¨ªs, Philharmonie 1, Grande Salle, 3-7 de noviembre de 2015.
El reto planteado por Rattle de dirigir las nueve sinfon¨ªas de Beethoven en cinco d¨ªas consecutivos ha sido un rotundo ¨¦xito en Par¨ªs. Lo fue el mes pasado en Berl¨ªn y lo ser¨¢ las dos pr¨®ximas semanas en Viena y Nueva York (o en mayo de 2016 en Tokio). La Filarm¨®nica de Berl¨ªn se adapta con virtuosismo y flexibilidad a las exigencias de utilizar plantillas m¨¢s reducidas, tempi m¨¢s ligeros, limitaci¨®n del vibrato y una inusitada precisi¨®n en la articulaci¨®n, el fraseo y la din¨¢mica. El director ingl¨¦s tampoco renuncia a explotar elementos de la tradici¨®n sonora de la orquesta, algo que fue especialmente evidente en la Novena, planteada globalmente con una est¨¦tica m¨¢s cercana a Karajan que a Harnoncourt. Pero Rattle tiene su propia personalidad y logra, con ayuda de la magn¨ªfica ac¨²stica de la Philharmonie de Par¨ªs, una soberbia paleta din¨¢mica plagada de detalles de articulaci¨®n y fraseo nunca escuchados con tal claridad, donde sigue fielmente la edici¨®n B?renreiter de Jonathan del Mar. Su Beethoven resulta m¨¢s ret¨®rico que dram¨¢tico, y esa preeminencia por los detalles declamatorios impide lo clim¨¢cico, algo patente en la Marcia f¨²nebre de la Eroica.
Los cinco programas combinaban las sinfon¨ªas de Beethoven por pares de afinidades con la Novena como cenit. No se trata de un viaje cronol¨®gico sino m¨¢s bien afectivo que funciona a la perfecci¨®n d¨ªa tras d¨ªa; incluso en el programa m¨¢s corto con la Segunda y la Quinta se a?adi¨® la obertura Leonora I como complemento. Rattle reserv¨® para la segunda parte de los primeros cuatro conciertos las principales sinfon¨ªas (Eroica, Quinta, Sexta y S¨¦ptima), que han sido claramente lo mejor de este ciclo. En cada una subray¨® un elemento central por encima del resto: lo transgresor en la Eroica, lo discursivo en la Quinta, lo pict¨®rico en la Pastoral y lo danzable en la S¨¦ptima; ¨¦sta ¨²ltima, que Wagner caracteriz¨® precisamente como ¡°la apoteosis de la danza¡±, ha sido lo m¨¢s inolvidable de estos cinco d¨ªas. La Novena result¨®, por el contrario, bastante m¨¢s convencional en comparaci¨®n con el resto, aunque cont¨® con un buen coro y con la destacada participaci¨®n del bajo Franz-Josef Selig en lugar de Dmitry Ivashchenko que indicaba el programa de mano.
Dudo que pueda escucharse hoy un ciclo Beethoven con este nivel de excelencia. Por el escenario de la Philharmonie parisina han desfilado estos d¨ªas las grandes estrellas de la orquesta berlinesa como el flautista Emmanuel Pahud, el obo¨ªsta Albrecht Mayer y el clarinetista Andreas Ottersamer, entre otros muchos. E incluso se cont¨® con invitados como el trompista Eric Terwilliger de la Orquesta de la Radio de Baviera. Y tampoco falt¨® representaci¨®n espa?ola con el violista murciano Joaqu¨ªn Riquelme.
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