Los ¨²ltimos d¨ªas de Pablo Neruda, seg¨²n su ch¨®fer
Manuel Araya, v¨ªctima de la dictadura de Pinochet, denunci¨® en 2011 el asesinato del Nobel. ¡°Me pusieron una inyecci¨®n y me estoy quemando dentro¡±, le dijo el poeta
Unas cuatro horas antes de que Pablo Neruda muriese de ¡°c¨¢ncer de pr¨®stata¡±, el domingo 23 de septiembre de 1973, el hombre que lo cuidaba no pudo cumplir su pen¨²ltima misi¨®n, interrumpida por los militares: comprarle ¡°un medicamento que, supuestamente, aliviar¨ªa el dolor del poeta¡±. Cuarenta y dos a?os despu¨¦s, Manuel Araya considera que debe cumplir una ¨²ltima misi¨®n con Neruda: ¡°Ayudar a probar su asesinato¡±. Est¨¢ convencido de que el poeta no muri¨® por las causas oficiales. ?l es el ¨²nico testigo directo de los ¨²ltimos d¨ªas del Nobel de Literatura que sobrevive de aquellos momentos inaugurales del t¨²nel de la dictadura de Augusto Pinochet, iniciado el 11 de septiembre de 1973.
Manuel Araya ten¨ªa 27 a?os aquel domingo, v¨ªspera de un viaje de Neruda a M¨¦xico. Unos d¨ªas que recuerda ahora por tel¨¦fono, desde Chile, a sus 69 a?os. Hacia las seis y media de la tarde, sali¨® corriendo de la Cl¨ªnica Santa Mar¨ªa, de Santiago de Chile, cogi¨® el Fiat 125 blanco y se fue a comprar el medicamento. Cuatro militares con metralletas lo detuvieron. Araya les explic¨® quien era: ¡°Soy el secretario, el ch¨®fer y la persona que cuida de don Pablo Neruda, el Nobel de Literatura, y voy a comprarle un medicamento urgentemente¡±. Por toda respuesta lo hicieron bajar del auto, recibi¨® insultos, golpes, un disparo en una pierna¡ Despu¨¦s se lo llevaron a una comisar¨ªa donde fue interrogado y torturado, para luego dejarlo en el Estadio Nacional, donde la dictadura enviaba a los opositores para ser maltratados o hacerles desaparecer.
All¨ª pas¨® la noche. Al d¨ªa siguiente, el arzobispo Ra¨²l Silva Henr¨ªquez lo reconoci¨®. Tras la sorpresa inicial le dijo: ¡°Manuel, f¨ªjese que anoche muri¨® Pablito, a las diez y media¡¯. Araya exclam¨®: ¡°?Asesinos!¡±. El arzobispo pidi¨® a los militares que sacaran al ch¨®fer del Estadio. Algo que solo se logr¨® 42 d¨ªas despu¨¦s, con ropas prestadas, una barba muy larga y 33 kilos de peso. Su calvario acababa de empezar.
?nico testigo
Desde la muerte de Pablo Neruda hasta hoy, Manuel Araya ha estado pr¨¢cticamente en la sombra, silenciado y, tal vez, se salv¨® una segunda vez de la muerte, cuando, el 22 de marzo de 1976, su hermano Patricio fue desaparecido al haber sido confundido con ¨¦l, asegura. No volvieron a saber de ¨¦l. Para reafirmar su teor¨ªa recuerda que mataron a Homero Arce, secretario personal de Pablo Neruda, en 1977. ¡°A todos los colaboradores de Neruda los hicieron desaparecer. Yo soy la parte principal que queda viva¡±.
¡°Un d¨ªa volv¨ª a Santiago para no seguir exponiendo a mi familia. Viv¨ªa casi escondido en la casa de unos amigos. No ten¨ªa carn¨¦ de identidad, ni de conducir. Nadie me daba trabajo, hasta que en 1977 empec¨¦ de taxista. La dictadura termin¨® en 1990. Dos a?os despu¨¦s, empec¨¦ a trabajar en Pullmanbus, en la parte administrativa, hasta 2006, cuando me jubil¨¦".
Su contacto con Matilde Urrutia, la tercera mujer de Neruda, que falleci¨® en 1985, continu¨®. ¡°Ella nunca quiso hablar del asesinato. Romp¨ª relaciones con ella por eso. Quedamos enemistados. Yo toqu¨¦ muchas puertas en todo este tiempo. Incluso al presidente Eduardo Lagos. Nadie me escuch¨®¡±.
Llevaba varios a?os llamando a puertas para contar su versi¨®n sin que nadie le hiciera caso: ¡°Ni los pol¨ªticos, ni los medios de comunicaci¨®n chilenos; tal vez ten¨ªan miedo, no s¨¦ por qu¨¦¡±. Hasta que un periodista de la revista mexicana Proceso public¨® su historia en 2011. Despu¨¦s, el Partido Comunista y Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, presentaron una querella basada en su testimonio. En 2013, el cad¨¢ver del escritor fue exhumado, aunque los m¨¦dicos forenses no encontraron rastro de veneno.
El caso se ha reavivado por la biograf¨ªa Neruda. El pr¨ªncipe de los poetas (Ediciones B), del historiador alicantino Mario Amor¨®s, cuya principal revelaci¨®n avanz¨® EL PA?S el pasado jueves: el informe secreto del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, enviado el 25 de marzo de 2015, al magistrado Mario Carroza Espinosa, encargado del proceso. El documento, basado en pruebas testimoniales y documentales, se?ala que ¡°resulta claramente posible y altamente probable la intervenci¨®n de terceros¡± en la muerte del Nobel. Adem¨¢s, un equipo forense internacional investiga la presencia del estafilococo dorado en el cuerpo del poeta. Se trata de un germen que alterado gen¨¦ticamente y aplicado en altas dosis puede ser letal. El equipo cient¨ªfico se ha fijado marzo de 2016 para dictaminar un caso sin precedentes: descifrar el ADN de ese germen, detectar su ¨¢rea y si fue alterado por alg¨²n equipo militar, teniendo en cuenta que la dictadura chilena utiliz¨® armas qu¨ªmicas para eliminar a la gente, reconoci¨® Carroza Espinosa.
El golpe de Estado
Araya naci¨® el 29 de abril de 1946, en el hospital de Melipilla. Fue bautizado como Manuel del Carmen Araya Osorio. Era el primog¨¦nito del matrimonio de Manuel y Mar¨ªa, que tendr¨ªa trece hijos. No termin¨® los estudios, pero con 14 a?os se traslad¨® a Santiago. All¨ª empez¨® a trabajar en el Partido Comunista. Cuando en 1970 Salvador Allende fue elegido candidato a la presidencia, Araya lo acompa?¨® en las campa?as. Todos esos d¨ªas vuelven ahora a su memoria:
¡°En 1972, cuando Neruda regresa al pa¨ªs, y deja la embajada en Francia, para ayudar a Allende en el caos que vive Chile, el Partido Unidad Popular me asigna a ¨¦l. Paso a ser su guardaespaldas, su secretario y su ch¨®fer. Con ¨¦l viv¨ª en la casa de Isla Negra. Neruda ten¨ªa flebitis en la pierna derecha y cojeaba a veces. Estaba en tratamiento de c¨¢ncer de pr¨®stata pero no estaba ag¨®nico. Era un hombre de m¨¢s de cien kilos, robusto, de buena mesa y fiestas, y muy cordial y bueno con la gente¡±.
Historia de un caso
Manuel Araya naci¨® en Melipilla (Chile), en 1946. Con 14 a?os se fue a Santiago. Empez¨® a trabajar en el Partido Comunista.
En 1970 con Salvador Allende como candidato a la presidencia forma parte de la campa?a.
En 1972 lo asignan como guardaespaldas, secretario y ch¨®fer de Pablo Neruda.
El 11 de septiembre de 1973, d¨ªa del golpe de Estado de Pinochet, est¨¢ con Neruda en su casa de Isla Negra.
El d¨ªa 12 se instala frente a Isla Negra un buque de guerra con ca?ones y allanan la casa.
El d¨ªa 19 Neruda es trasladado a la Cl¨ªnica Santa Mar¨ªa de Santiago. El d¨ªa 22 el embajador de M¨¦xico acuerda el traslado del poeta a su pa¨ªs.
El d¨ªa 23 a Neruda, seg¨²n Araya, le aplican una inyecci¨®n en el est¨®mago y muere seis horas despu¨¦s.
La noche del 23 Araya es llevado a una comisar¨ªa y es interrogado y torturado. 42 d¨ªas despu¨¦s sale. Vive semiolculto. En 1977 empieza a trabajar de taxista.
En 2011 Araya denuncia el asesinato en la revista Proceso. El Partido Comunista y Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, se querellan y se abre la causa.
En 2016 el magistrado Mario Carroza Espinosa dictar¨¢ sentencia.
¡°El 11 de septiembre de 1973, cuando Pinochet da el golpe de Estado, est¨¢bamos en Isla Negra. Ese d¨ªa ¨¦l iba a hacer una especie de inauguraci¨®n de Cantalao, unos terrenos que hab¨ªa comprado, en El Quisco, donde quer¨ªa construir una residencia para escritores de todo el mundo. Pero a las cuatro de la ma?ana o¨ª la campanita con la que ¨¦l me llamaba para decirme que acababa de escuchar en una radio argentina que se preparaba un golpe de Estado. Ese d¨ªa entran en el palacio de La Moneda y asesinan a Allende. Yo hab¨ªa aflojado unos tubos del televisor para que ¨¦l no viera lo que pasaba. Pero se entera, claro. Todo el pa¨ªs entra en toque de queda. Nos quedamos sin tel¨¦fono. Isla Negra se llena de carabineros. ¡®Nos van a matar a todos¡¯, dec¨ªa don Pablo. Hablaba de la Guerra espa?ola, de lo que hizo Franco¡ Neruda se daba valor¡±.
¡°Al d¨ªa siguiente, ponen frente a Isla Negra un buque de guerra con ca?ones. El embajador de M¨¦xico le ofrece asilo. El d¨ªa 14 llegan los militares y allanan la casa. Nos asustamos. Neruda habla con su m¨¦dico, el doctor Roberto Vargas Salazar, que le dice que el 19 de septiembre en la Cl¨ªnica Santa Mar¨ªa se iba a quedar vac¨ªa la pieza 406. Los militares no le quer¨ªan dar el salvoconducto, as¨ª es que se tuvo que decir que estaba mal y deb¨ªa salir para recibir tratamiento; la ¨²nica forma de sacarlo era por razones humanitarias¡±.
¡°El d¨ªa 19 viajamos en el auto, de Isla Negra a Santiago. Tardamos como unas cinco horas, cuando lo normal eran dos. Fue un d¨ªa horrible. Nos detuvieron varias veces. En Melipilla nos hicieron bajar y tirar al suelo. Nos hicieron pasar miedo. El hostigamiento fue terrible. Llegamos como a las seis de la tarde. No dejamos solo a Neruda nunca. Todos los d¨ªas me qued¨¦ a dormir por las noches, sentado en una silla, y Matilde en una salita de la entrada principal de la pieza¡±.
¡°El d¨ªa 22 le entregan el salvoconducto y acuerda con el embajador mexicano, Gonzalo Mart¨ªnez Corbal¨¢, viajar el lunes 24. Ese mismo 22 lo visita en la Cl¨ªnica Radomiro Tomic y le cuenta que V¨ªctor Jara fue asesinado. Neruda se desespera".
Un domingo negro
"Al d¨ªa siguiente, domingo 23, me dice que vaya a Isla negra con La patoja, como le dec¨ªa a Matilde, a traer el equipaje. Nos vamos y ¨¦l se queda con su hermanastra Laurita. Cuando estamos casi de vuelta, a las cuatro de la tarde, ¨¦l llama a la Hoster¨ªa Santa Helena y pide que le digan a Matilde que se vaya como un tiro para la cl¨ªnica. Cuando llegamos veo a Neruda con la cara roja. ¡®?Qu¨¦ pasa don Pablo!¡¯, le pregunto. ¡®Me pusieron una inyecci¨®n en el est¨®mago y me estoy quemando por dentro¡¯, me contest¨®. Fui al ba?o, cog¨ª una toalla, la moj¨¦ y se la puse en el est¨®mago. Cuando estoy en eso entra un m¨¦dico y me dice: ¡®Como ch¨®fer debe ir a comprar Urogot¨¢n¡¯, yo no sab¨ªa qu¨¦ era, solo despu¨¦s supe que era para la gota¡±.
Sali¨® y nunca pudo volver.
¡°Cuando voy en el auto me interceptan otros dos autos. Se bajan cuatro hombres con metralleta y me golpean. Me dicen de todo: hijo de mi madre, de mi abuela¡ Les digo quien soy. ¡®?Vamos a matar a los comunistas!¡¯, gritaban. Me llevan a la comisar¨ªa y me interrogan y torturan. Quer¨ªan que les dijera d¨®nde estaban los l¨ªderes comunistas, y con qui¨¦n se reun¨ªa Neruda. Les digo que solo se re¨²ne con escritores. Al final me llevan al Estadio Nacional. Al d¨ªa siguiente el arzobismo Silva Henr¨ªquez me da la noticia".
En 2011 Manuel Araya dice que Pablo Neruda es asesinado. Se abre el proceso. El cad¨¢ver es exhumado en abril de 2013 y en noviembre de ese mismo a?o el equipo cient¨ªfico dictamina que no ha encontrado rastro de veneno. En enero de 2015 la presidenta Michelle Bachelet designa unos abogados para que investiguen el caso en el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior. As¨ª es como el 25 de marzo env¨ªan la conclusi¨®n de sus investigaciones al magistrado Mario Carroza Espinosa que lo incorpora en el secreto del sumario.
Manuel Araya espera el veredicto. Su ¨²ltima misi¨®n con Pablo Neruda est¨¢ cumplida. Lo han escuchado. En 2016, ya con 70 a?os, sabr¨¢ en qu¨¦ termina todo. Ahora en Chile es primavera, como aquellos d¨ªas de 1973, pero siente fr¨ªo y afirma: ¡°Estoy m¨¢s tranquilo que nunca¡±.
Babelia
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