Venezuela censura la trasmisi¨®n de la serie ¡®La reina del sur¡¯
La producci¨®n, basada en la obra hom¨®nima de Arturo P¨¦rez-Reverte, iba a comenzar a emitirse este lunes
La Comisi¨®n Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela ha pedido a la empresa de televisi¨®n satelital Directv que suspenda las promociones y la transmisi¨®n en el pa¨ªs de la teleserie La reina del sur, que empezar¨ªa a emitirse a partir de hoy a trav¨¦s de uno de los canales incluidos en la parrilla de programaci¨®n.
El director general del organismo regulador, William Castillo, ha afirmado en la comunicaci¨®n enviada a la operadora que la serie se inscribe dentro del subg¨¦nero de la narconovela, ¡°que exalta y promueve una serie de antivalores [¡] y se glorifica la vida de las personas involucradas en el delito de narcotr¨¢fico¡±. Todo ello, sugiere la misiva, contraviene el art¨ªculo 3 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisi¨®n y Medios Electr¨®nicos (Ley Resorte), expone a los ni?os y adolescentes a la virulencia de sus contenidos, y lesiona sus derechos.
La ley venezolana establece que los canales de televisi¨®n son corresponsables de la formaci¨®n de la ciudadan¨ªa. En otras ocasiones, Conatel ha impedido que se transmitan los trabajos audiovisuales sobre la cultura del narcotr¨¢fico, aunque poco puede hacer ante la fren¨¦tica circulaci¨®n de esas creaciones en los comercios que venden v¨ªdeos piratas.
La Reina del Sur, una adaptaci¨®n hecha por la venezolana Valentina P¨¢rraga del libro hom¨®nimo del escritor espa?ol Arturo P¨¦rez-Reverte, fue transmitida por la cadena estadounidense Telemundo y grabada entre Espa?a, M¨¦xico, Colombia, Marruecos y Estados Unidos. Cuenta el periplo vital de Teresa, una mujer que huye desde Culiac¨¢n, en el Estado mexicano de Sinaloa, hasta Melilla despu¨¦s del asesinato de su novio narcotraficante.
?Un Gobierno moralista?
En los ¨²ltimos a?os la cr¨ªtica se ha centrado en la supuesta hipocres¨ªa de las decisiones de suspender ciertas emisiones. El comunic¨®logo Marcelino Bisbal dijo hace algunos a?os que el Gobierno venezolano era extremadamente moralista con lo que ocurre fuera de su entorno, pero inmoral con lo que ocurre puertas adentro. Hasta aquel a?o, el Ejecutivo hab¨ªa permitido la emisi¨®n de historias sobre narcotraficantes sin mayores reparos. El cartel de los sapos (2008) y Las mu?ecas de la mafia (2010) tuvieron una sinton¨ªa aceptable en un horario para adultos y sin desbancar a las producciones nacionales de la preferencia del p¨²blico local. En aquellos a?os, a¨²n el brazo de la Ley Resorte no hab¨ªa alcanzado a la televisi¨®n por suscripci¨®n.
En octubre de 2010, los canales Venevisi¨®n y Televen transmit¨ªan dos narconovelas muy seguidas por el p¨²blico ¡ªRosario Tijeras y El Capo¡ª pero tuvieron que suspenderlas de s¨²bito por ¨®rdenes de Conatel. En un pa¨ªs fatalmente polarizado como Venezuela la noticia se lee bajo esas luces.
Mientras el r¨¦gimen invoca su responsabilidad de protector de los derechos de los usuarios, y en especial de los ni?os y los adolescentes, los m¨¢s conocidos especialistas, en su mayor¨ªa adversarios del chavismo, han denunciado que esas decisiones tratan al televidente como un ser indefenso e incapaz de evaluar las ficciones con criterios, y pretenden trasladar la culpa de la creciente violencia venezolana a la emisi¨®n de contenidos violentos en la televisi¨®n.
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