El artista de las subastas
Jussi Pylkkane, considerado el mejor adjudicador del mundo, protagoniz¨® esta semana en Christie¡¯s la segunda venta m¨¢s cara de la historia
Subido a su tribuna de madera, Jussi Pylkkanen adopta una de sus ya cl¨¢sicas posturas como de tai chi. Brazo derecho estirado, mano abierta hacia el exterior. Cabeza erguida y girada, mirada fija en un punto justo por encima de los dedos. Brazo izquierdo flexionado, antebrazo paralelo al suelo con la mano al frente y, sujeta entre las yemas de los dedos medio y pulgar, la legendaria maza de madera que le acompa?a desde hace m¨¢s de 20 a?os.
De repente: ¡°?Vendido!¡±. El tronco gira, la corbata violeta se balancea y el brazo derecho ejecuta una especie de mort¨ªfero saque de ping pong, mientras el izquierdo se alza levemente antes de bajar con fuerza. La maza golpea la madera de la tribuna produciendo una percusi¨®n leve y seca. As¨ª suena un modigliani vendi¨¦ndose por 158 millones de euros a un antiguo taxista chino convertido en multimillonario coleccionista de arte.
El Nu couch¨¦ de Modigliani se convirti¨® el pasado lunes en la segunda venta m¨¢s cara de la historia en una subasta, despu¨¦s de Les Femmes d¡¯Alger de Picasso, que el propio Pylkkanen vendi¨® el pasado mes de mayo por ocho millones m¨¢s.
Los expertos dicen que un buen subastador puede lograr un incremento de entre un 10% y un 20% en el precio final de un lote. Y Jussi Pylkkanen, de 52 a?os, es el mejor subastador del mundo. Sab¨ªa mejor que nadie lo que ten¨ªa entre manos cuando lleg¨® el lote estrella de la primera de las cinco subastas de noviembre de Christie¡¯s en Nueva York. Las vanguardias de principios del siglo XX, la pintura que sacudi¨® los cimientos de lo convencional, son el ¨¢rea de especializaci¨®n de Pylkkanen. Y esta era una obra maestra indiscutible.
Los expertos dicen que un buen subastador puede lograr entre un 10% y un 20% de incremento en el precio final de un lote
Un poderoso desnudo femenino, pintado en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, que provoc¨® tal esc¨¢ndalo cuando se exhibi¨® en la primera y ¨²ltima exposici¨®n individual de Modigliani en la galer¨ªa Berthe de Par¨ªs que la polic¨ªa requiri¨® el cierre inmediato de la muestra. El cuadro no hab¨ªa salido nunca a la venta en sus cien a?os de vida hasta el lunes. Un g¨¦nero de primera para que Pylkkanen desplegara todo su oficio y su pompa.
¡°Esto es muy complejo psicol¨®gicamente¡±, explicaba Pylkkanen hace un a?o, sentado en su despacho de la sede londinense de Christie¡¯s. ¡°Tiene algo de combate, como los cristianos y los leones. Tiene t¨¢ctica. Pasi¨®n. Secretismo. Aprendes mucho sobre los seres humanos. Debes ser intuitivo. Esa es una habilidad esencial. Puedes parar. Arrancar. Tienes 60 segundos. Es lo que dura m¨¢s o menos cada venta. Es muy r¨¢pido. Debes dise?ar c¨®mo lo vas a hacer. Las tres pes son importantes: pulso, preparaci¨®n y prestancia. Puede surgir un cambio repentino, un incidente dram¨¢tico, y debes mantener el control. Y ?panaaash! Llega Lionel Messi. No puedes ense?ar a ser un subastador. Todos somos similares, pero algunos somos muy buenos en determinadas cosas¡±.
La del lunes fue una subasta tensa, con seis personas compitiendo por una mujer desnuda. Nueve minutos en los que Pylkkanen se sab¨ªa, una noche m¨¢s, en el centro del mundo del arte.
?Cu¨¢nto vale una mirada de Pylkkanen, un lev¨ªsimo arqueo de las cejas que le dice al comprador: ¡®Vamos, sabes que esta pieza tiene que ser tuya¡¯?
Jussi Pylkkanen lleva vendiendo arte desde que, siendo una estudiante de Literatura inglesa en Oxford, compraba piezas menores en Christie¡¯s para revend¨¦rselas a los padres de sus amigos. Su familia se traslad¨® de Finlandia a Reino Unido, cuando ¨¦l era una beb¨¦, en busca de una oportunidad profesional para la madre en la emergente industria de la moda. La colecci¨®n de vidrio escandinavo que adorna las estanter¨ªas de su despacho revela el exquisito gusto por la decoraci¨®n n¨®rdica que epat¨® a los vecinos de la suburbial Cobham, en Surrey, donde la familia se hizo construir una casa modernista.
Un d¨ªa un directivo de Christie¡¯s le recomend¨® que ingresara en la escuela de la casa si lo que persegu¨ªa era una carrera en el mundo el arte. All¨ª aprendi¨®, no solo historia del arte, sino ¡°a mirar a los objetos con m¨¢s atenci¨®n, a diferenciar la calidad¡±. A mediados de los ochenta empez¨® a trabajar en la casa de subastas londinense. Pas¨® por los departamentos de viejos maestros y de impresionismo y, mientras escalaba puestos en la empresa, recibi¨® otro consejo crucial.
Despu¨¦s de 30 a?os de carrera en la casa,? Pylkkanen es una instituci¨®n en el mundo del arte
El entonces presidente de la empresa, Christopher Davidge, le sugiri¨® salir de la trastienda y convertirse en subastador. ¡°La gente tiene que saber qui¨¦n eres¡±, le dijo. ¡°Y la mejor manera de lograrlo es coloc¨¢ndote delante de los coleccionistas cuatro veces al a?o¡±.
As¨ª lo hizo y, despu¨¦s de 30 a?os de carrera en la casa, Jussi Pylkkanen es una instituci¨®n en el mundo del arte. El a?o pasado Patricia Barbizet sucedi¨® a Steven Murphy al frente de Christie¡¯s, y Pylkkanen se convirti¨® en su segundo, con el cargo de presidente global de una empresa que, en los ¨²ltimos a?os, ha dejado atr¨¢s a su eterno rival, Sotheby¡¯s.
El arte carece de un valor intr¨ªnseco. La pieza m¨¢s cara de Modigliani hasta el pasado lunes era una escultura que se vendi¨® el a?o pasado por casi 68 millones de euros. ?Cu¨¢nto vale entonces la mujer desnuda de Modigliani? ?158 millones? ?Uno m¨¢s? ?Diez menos? ¡°Las formas convencionales para establecer los precios son inadecuadas en el caso de art¨ªculos exclusivos como son las obras de arte. En lugar de utilizar alg¨²n tipo de proceso de consenso para valorar el esfuerzo art¨ªstico, la subasta utiliza la competici¨®n y el ego para conseguir el precio m¨¢s elevado posible¡±, explica Don Thompson en su best seller de 2009 El tibur¨®n de 12 millones de d¨®lares. ?Cu¨¢nto vale una mirada de Pylkkanen, un lev¨ªsimo arqueo de las cejas que le dice al comprador: ¡®Vamos, sabes que esta pieza tiene que ser tuya¡¯?
El mercado de las subastas de arte lleva a?os rompiendo un r¨¦cord tras otro en una din¨¢mica que muchos creen insostenible. Unos hablan de burbuja, otros de la alteraci¨®n de las reglas de un juego que ahora es global. Para Jussi Pylkkanen, privilegiado observador de la escena desde lo alto de su tribuna de madera, es tan sencillo como que ¡°el arte es la nueva religi¨®n¡±. ¡°Este mundo se ha convertido en algo muy atractivo para mucha gente¡±, explica. ¡°Cuando yo estudiaba en Oxford, les dec¨ªa que quer¨ªa trabajar en este mundo y me contestaban que estaba loco. Eso era en 1983. Ahora los j¨®venes coleccionan y la atracci¨®n tur¨ªstica m¨¢s visitada de Londres no es el palacio de Buckingham ni la abad¨ªa de Westminster: es la Tate. Ser capaz de pagar tanto por un objeto es incre¨ªble. Pero lo mismo sucede en cada nivel del mercado. Comprar arte te introduce en una comunidad global. Es un estilo de vida. Como me dec¨ªa mi abuelo, solo se vive una vez. Y los poetas, los cr¨ªticos de teatro y los pintores ven la vida de una manera diferente. Con¨®celos. S¨¦ amigo de ellos. Forma parte de esa comunidad. Yo lo hice, y es maravilloso¡±.
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