El kitsch en Auschwitz
'En el para¨ªso', de Matthiessen, incurre en la prosa de agencias de viajes y en la cursiler¨ªa. El lector interesado har¨¢ bien en recurrir a los grandes de la literatura concentracionaria
Tadeusz Borowski, escritor polaco y sobreviviente de Auschwitz, es (junto con Primo Levi, Jorge Sempr¨²n, Imre Kert¨¦sz, Varlam Shal¨¢mov y Jean Am¨¦ry) uno de los m¨¢s destacados representantes de la literatura escrita a ra¨ªz de y a menudo despu¨¦s de la experiencia de los campos de concentraci¨®n; tambi¨¦n es el objeto de estudio de Clements Olin, el poeta y acad¨¦mico estadounidense que participa de ¡°una semana de homenaje, oraci¨®n y meditaci¨®n silenciosa¡± en Ausch?witz en el invierno de 1996.
Ni Olin ni la reuni¨®n en Auschwitz son reales; s¨ª los hechos sucedidos all¨ª y ampliamente documentados, que Peter Mat?thiessen parece considerar (sin embargo) poco conocidos por el lector, de all¨ª que se valga de la supuesta semana en Auschwitz, de su protagonista y de una pareja de j¨®venes polacos para aleccionar al lector acerca de asuntos como el antisemitismo, el riesgo de relativizar los hechos hist¨®ricos, la responsabilidad individual de los descendientes de v¨ªctimas y perpetradores, los v¨ªnculos entre justicia y venganza, el concepto de testimonio, la culpa del sobreviviente, Ana Frank, la verg¨¹enza alemana, el car¨¢cter ¡°elegido¡± del pueblo jud¨ªo, la naturaleza del Vaticano, el amor, la trascendencia y, en l¨ªneas generales, ¡°la capacidad insondable que tiene el hombre para hacer el mal¡±.
En el para¨ªso participa de la convicci¨®n (mayoritaria en numerosas literaturas, tambi¨¦n en la espa?ola, desafortunadamente) de que s¨®lo se puede escribir del horror horrorosamente y del mal absoluto absolutamente mal. En sus mejores momentos, este libro de Matthiessen de pretensiones did¨¢cticas incurre en la prosa de agencia de viajes (¡°En el lado norte, en su complejo vallado de un kil¨®metro y medio de ancho m¨¢s o menos, est¨¢n los cimientos de lo que queda de la peque?a ciudad de viejos establos que se usaban como barracones para los presos masculinos¡±, etc¨¦tera); en los peores, se hunde en la cursiler¨ªa: las estrellas son ¡°r¨ªgidas hasta la lobreguez¡±, el fr¨ªo es una ¡°tumultuosa inversi¨®n t¨¦rmica¡±, todos los muros est¨¢n ¡°agrietados¡±, la maleta del personaje es (inevitablemente) una ¡°vieja maleta¡±, los maquinistas del ferrocarril s¨®lo pueden ser ¡°hombres de caras ¨¢speras y sucias de holl¨ªn (¡) royendo mendrugos negros¡±, las ¡°moradas se abalanzan sobre la carretera como si huyeran de las oscuras hileras de ¨¢rboles perennes que bajan desfilando por las laderas blancas de las colinas de m¨¢s all¨¢, como si fueran regimientos prusianos¡±, etc¨¦tera.
El lector debe arrastrarse por algo m¨¢s de doscientas p¨¢ginas de buenas intenciones y prosa como la citada; su compensaci¨®n es escasa: el descubrimiento de la implicaci¨®n personal de Olin en el tema concentracionario (un whodunit excepcionalmente torpe) y su historia de amor con una monja (¡°El Se?or ha querido que esta hermana de Cristo y este buen hombre, su hermano jud¨ªo, se conozcan aqu¨ª en el G¨®lgota¡±, dice ella). El trazo grueso con que est¨¢ contado todo, la simplificaci¨®n hasta lo grotesco de la historia de Polonia, la caricatura de alemanes y polacos y un conocimiento nulo de la naturaleza de la estancia en Auschwitz, incluso de la m¨¢s breve, hacen que la implicaci¨®n del lector sea nula.
¡°El arte (¡) es el ¨²nico camino que puede llevar a la comprensi¨®n de esa maldad suprema que trasciende todo entendimiento¡±, sostiene un personaje (102). Se trata de una contradicci¨®n involuntaria (si la maldad ¡°trasciende todo entendimiento¡±, el arte no puede aportar a su ¡°comprensi¨®n¡±), pero tambi¨¦n da cuenta del hecho de que no todo el arte puede contribuir a ese entendimiento (en el hipot¨¦tico caso de que esta sea su funci¨®n) y desde luego no el que pone de manifiesto En el para¨ªso. El lector interesado har¨¢ bien en recurrir a los nombres importantes de la literatura concentracionaria antes que al kitsch de sus entusiastas.
En el para¨ªso. Peter Matthiessen. Traducci¨®n de Javier Calvo. Seix Barral. Barcelona, 2015. 256 p¨¢ginas. 18,90 euros
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