Sinsajo 2: La revoluci¨®n se llama J.Law

En ingl¨¦s J.Lo y J.Law suenan casi igual. Ingeniosas abreviaturas para ingeniosas mujeres que han revolucionado Hollywood. La primera, Jennifer L¨®pez, la estrella hispana que m¨¢s all¨¢ de su talento y sus curvas fue la primera ¡°latina¡± que consigui¨® como actriz un sueldo por encima del mill¨®n de d¨®lares. Tres lustros m¨¢s tarde Jennifer Lawrence se ha convertido en la mujer mejor pagada de la industria?con un sueldo de 20 millones de d¨®lares y una fortuna que en 2015 lleg¨® a los 52 millones. Una guerrera tanto dentro como fuera de la pantalla, ya sea con el personaje de Katniss Everdeen capaz de levantar en armas a toda una naci¨®n en la saga de Los juegos del hambre o en su propia cruzada por la igualdad de g¨¦neros que tiene a sus compa?eras de profesi¨®n, desde Sandra Bullock a Emma Watson pasando por Meryl Streep, unidas en el aplauso.

Lawrence es una guerrera fuera de la pantalla en su propia cruzada por la igualdad de g¨¦neros?

¡°No es un problema de dinero. No tengo queja¡±, se sincer¨® la joven de 25 a?os con EL PA?S. ¡°Es un problema de respeto. Me parece bien que me paguen menos que a un hombre si ¨¦l trabaja m¨¢s¡±, a?adi¨®. No hay contrici¨®n por llamar a los hombres ¡°gente afortunada por tener un pene¡± en su reciente carta abierta. El deseo de todo su discurso es el de inspirar a las mujeres, que no se sientan v¨ªctimas y se sumen a la conversaci¨®n. ¡°Estoy encantada de servir de plataforma¡±, a?adi¨®.

De otras revoluciones no quiere hablar tanto. Defiende la saga millonaria que protagoniza como algo m¨¢s que una de aventuras para el p¨²blico adolescente. En su opini¨®n la saga de Los juegos del hambre muestra sin glamour las consecuencias de la guerra, un mensaje que le gusta mostrar. ¡°Tambi¨¦n habla de los sacrificios personales que hay que hacer para conseguir el cambio¡±, continu¨®. Eso s¨ª, en su discurso no sale de sus personajes o de la trama de ficci¨®n. Incluso preguntas cercanas al tema que trata la pel¨ªcula como la actual crisis de refugiados que vive Europa se quedan sin respuesta. ¡°No s¨¦ lo suficiente del tema para poder contestar¡±, se justific¨®. La iron¨ªa hace que uno de los lugares donde se rod¨® la cinta en Berl¨ªn, el majestuoso edificio del que fue el aeropuerto de Tempelhof, convertido para Sinsajo Parte 2 en el Distrito 2 y los t¨²neles del Capitolio, sea ahora en la realidad uno de los campos de refugiados en Alemania.

M¨¢s cerrado es el silencio durante la premi¨¨re de esta semana en Los ?ngeles. Lionsgate ha cancelado cualquier entrevista en la alfombra roja ¡°en respeto a los recientes acontecimientos en Par¨ªs¡± y obviamente para evitar cualquier pregunta sobre el tema a las estrellas de esta saga que ya ha superado los 2.000 millones de d¨®lares en la taquilla internacional con sus tres entregas anteriores.

En su opini¨®n la saga de Los juegos del hambre muestra sin glamour las consecuencias de la guerra

A¨²n as¨ª, J.Law sigue viendo Los juegos del hambre como una historia que deja poso. ¡°Porque estamos empezando a perder la sensibilidad, a perder el contacto con la realidad¡±, asegur¨® contenta con la respuesta que la obra de Suzanne Collins ha tenido entre sus fans a lo largo de estos a?os. Tampoco se llama a enga?o y reconoce que no todos saldr¨¢n concienciados con la posibilidad de luchar por un mundo mejor y con menos desigualdades. ¡°Los hay que solo van a ver la cinta por el brillo de sus explosiones¡±, reconoci¨®.

Acabada esta saga a Lawrence le espera otra realidad. Un estreno, Joy, de nuevo junto a David O.Russell que podr¨ªa conseguirle este a?o una cuarta candidatura al Oscar. Y otros dos estrenos para el a?o que viene. Una ajetreada agenda que como todos los a?os pondr¨¢ en pausa para pasar las pr¨®ximas festividades junto a su familia en Kentucky (Estados Unidos). ¡°Esa es mi realidad, la de dar caza a los locos que me persiguen hasta la puerta de mi casa. Pero hasta en eso he mejorado. Ya no me lo tomo a la tremenda. Simplemente llamo a la polic¨ªa¡±, anunci¨® la estrella para desanimar al que lo lea.