Ingres, un vanguardista en el siglo XIX
El Prado se abre a un grande de la historia de la pintura que, sin embargo, no tiene obras en las colecciones p¨²blicas espa?olas Ejerci¨® su influjo en artistas como Picasso, Matisse o Dal¨ª
Solo por sus retratos, Jean-Auguste-Dominique Ingres (Montauban, 1780 ¡ª Par¨ªs, 1867) habr¨ªa ocupado un lugar privilegiado en el podio del arte. Pero ¨¦l fue mucho m¨¢s que el retratista de odaliscas fascinantes, mujeres en el ba?o turco y personajes de la alta sociedad. Considerado como el ¨²ltimo gran disc¨ªpulo de Rafael, Ingres es la gran figura de la pintura del XIX y fecundador de las vanguardias del siglo XX a trav¨¦s de las obras de Picasso, Matisse, Picabia, Dal¨ª o Man Ray.
Ausente en las colecciones p¨²blicas espa?olas (solo la Casa de Alba posee la pintura Felipe V imponiendo el Tois¨®n de Oro al mariscal de Berwick), la exposici¨®n que el martes abrir¨¢ sus puertas al p¨²blico en el Prado es un acontecimiento en el que han participado el Louvre y el Museo Ingres de Montauban, su localidad natal, heredero de su legado. La exposici¨®n re¨²ne 60 obras esenciales en su prol¨ªfica carrera (muri¨® con 86 a?os) y permanecer¨¢ abierta hasta el 27 de marzo. Patrocinada por la Fundaci¨®n AXA, ser¨¢ inaugurada oficialmente el pr¨®ximo lunes por la reina Letizia.
Miguel Zugaza, director del museo, quiso ayer que la presentaci¨®n a la prensa fuera un homenaje a Francia por los terribles atentados ocurridos hace una semana. Justo en estos d¨ªas de luto han viajado desde Par¨ªs la mayor parte de los cuadros que integran la exposici¨®n, sin que se registrara ning¨²n problema. "Agradecemos la generosidad de los museos prestadores, el Louvre y el Ingres de Montauban", dijo Zugaza, "en la figura de un artista que lo es todo para la historia del arte de Francia y de toda Europa y que, adem¨¢s, tuvo una notable influencia en un grupo de artistas espa?oles. Autor de los episodios m¨¢s bellos de toda la pintura del XIX, encarna una de las personalidades m¨¢s universales del gran pa¨ªs que es Francia".
La exposici¨®n, comisariada por Vincent Pomar¨¨de, director del departamento de pintura del Louvre en colaboraci¨®n con Carlos Gonz¨¢lez Navarro, conservador de El Prado, est¨¢ organizada por orden cronol¨®gico a trav¨¦s de los retratos esenciales del artista. Lienzos y dibujos se alternan en las paredes para incidir en la extraordinaria calidad de Ingres como dibujante. "En su impulso rom¨¢ntico por la b¨²squeda de la belleza ideal", explica Gonz¨¢lez Navarro, "sum¨® su fascinaci¨®n por el pasado cl¨¢sico a su fascinaci¨®n por el arte de Rafael. Engrandeci¨® el retrato, el desnudo y la pintura de historia. Sus extraordinarias dotes como dibujante le llevaron a la c¨²spide de esta disciplina y mostraron su inagotable b¨²squeda de la perfecci¨®n".
Vincent Pomar¨¨de eligi¨® 30 im¨¢genes para desgranar la obra de Ingres y para detallar su concepto de la exposici¨®n. Para empezar, pos¨® su mirada sobre el autorretrato que cierra la muestra, realizado cuando el artista ten¨ªa 78 a?os, prestado por la Galer¨ªa de los Uffizi.
Para la primera parte, Pomar¨¨de ha escogido los desnudos m¨¢s acad¨¦micos de Ingres. "Como pintor se form¨® con su padre y con Jacques-Louis David. Con estos primeros desnudos persegu¨ªa el premio de la Academia de Roma, algo que logr¨® y que le convirti¨® muy pronto en un artista muy solicitado".
Ese ¨¦xito temprano hizo que fuera muy criticado en el ambiente art¨ªstico y que a ra¨ªz del gran retrato de Napole¨®n Bonaparte vestido de emperador, aquellas cr¨ªticas arreciaran entre sus colegas. Pero su carrera como retratista no par¨® por esos desprecios p¨²blicos, ni mucho menos. Pr¨®ximos al Napole¨®n cuelgan dos retratos deslumbrantes: El se?or Bertin, periodista escritor y coleccionista, y La Condesa de Haussonville, prestada por la Frick Collection de Nueva York.
El DNI de un genio del arte
Jean-Auguste Dominique Ingres nace en la localidad francesa de Montauban el 29 de agosto de 1780 y muere en Par¨ªs el 14 de enero de 1867.
En 1796 se instala en Par¨ªs. All¨ª empieza su formaci¨®n bajo la tutela del maestro Jacques-Louis David.
En 1806 viaja a Roma, donde permanecer¨¢ 18 a?os. Descubre la pintura de Rafael y el Quattrocento italiano.
Cultiv¨®, desde par¨¢metros cercanos al romanticismo, el retrato, el desnudo femenino y la pintura orientalista, entre otros temas y g¨¦neros.
Para el experto franc¨¦s, una de las obras m¨¢s significativas del af¨¢n renovador de Ingres es Edipo y la esfinge (1808), un ¨®leo neocl¨¢sico en el que el desnudo masculino retoma los modelos griegos en un insuperable juego de luces.
Los desnudos femeninos
Sus grandiosos desnudos femeninos ocupan la parte central del recorrido. All¨ª est¨¢ con todo su esplendor La gran odalisca (1814) con sus tres v¨¦rtebras de m¨¢s para conseguir un movimiento corporal ins¨®lito hasta entonces, una de las obras m¨¢s influyentes de la pintura moderna; Ruggiero libera a Ang¨¦lica (1819), que se considera el paradigma del erotismo contempor¨¢neo, o Ba?o turco (1862), tela en la que el pintor plasma su pasi¨®n por la repetici¨®n y exalta las curvas femeninas. Explica Pomar¨¨de: "Esta obra es pura m¨²sica en su sucesi¨®n de curvas. Ingres pinta el cuerpo femenino en todos los estados y posiciones con un elegante aura er¨®tica. No es de extra?ar que su contemplaci¨®n perturbara el concepto de arte de muchos grandes artistas del siglo XX, entre ellos, Pablo Picasso".
Babelia
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