La huella documental ins¨®lita de m¨¢s de 300 fusilados por el franquismo

Antonia Molla era una mujer de 61 a?os, analfabeta, casada con Francisco Dur¨¢, con quien ten¨ªa cuatro hijos y residente en Castalla, un municipio de monta?a situado a unos 30 kil¨®metros de Alicante. El 16 de diciembre de 1941 ingres¨® en la secci¨®n de mujeres del Reformatorio de Adultos de Alicante, la c¨¢rcel en la que fue encerrado tambi¨¦n el poeta Miguel Hern¨¢ndez, procedente de la Prisi¨®n de Mujeres de Mon¨®var, otra localidad alicantina. En su expediente penitenciario consta que se ignoran sus antecedentes y que es la primera vez que est¨¢ entre rejas. Tambi¨¦n se puede observar la cruz con la que se se?alan los documentos relativos a los fusilados durante la Guerra Civil y el franquismo. El dosier de Antonia es uno de los 302 que han aparecido en dos legajos de los fondos de Instituciones Penitenciarias que custodia el Archivo Hist¨®rico Provincial de Alicante (AHPA). Todos murieron frente al pelot¨®n: Antonia lo hizo el 21 de julio de 1942.

¡°Es ins¨®lito que aparezcan dos legajos enteros dedicados en exclusiva a fusilados¡±, asegura Mar¨ªa del Olmo, directora del AHPA. La ley de Memoria Hist¨®rica de 2007 allan¨® el camino para que llegara a sus instalaciones en tres tandas toda la documentaci¨®n procedente de la direcci¨®n general de Instituciones Penitenciarias, con fondos de expedientes datados entre 1934 y los a?os sesenta. ¡°Hasta ahora¡±, contin¨²a Del Olmo, ¡°hemos descrito unos 37.000 expedientes y nos quedan otros 10.000¡å, y los prisioneros ajusticiados ¡°iban apareciendo entre los presos¡± que no fueron condenados a la pena de muerte. Sin embargo, los legajos 15.934 y 15.937 han resultado especialmente siniestros. Contienen las fichas de 187 y 115 reclusos, respectivamente, entre ellos cinco mujeres en total. ¡°Y sobrecoge ver que en todos ellos aparece la cruz de los fusilados¡±, lamenta la historiadora.

Todos los expedientes pertenecen al Reformatorio de Adultos de Alicante, cuyo edificio aloja actualmente los juzgados de la ciudad, hasta que culminen las obras de la Ciudad de la Justicia, que se situar¨¢ justo enfrente. All¨ª fue encerrado Miguel Hern¨¢ndez en junio de 1941, unos meses antes que Antonia Molla, hasta su muerte por enfermedad el 28 de marzo de 1942. Las fichas de sus compa?eros de reclusi¨®n reflejan la actividad del pelot¨®n de fusilamiento entre junio de 1939 y el a?o 1945, mucho despu¨¦s del fin de la contienda. Entre los catalogados, ¡°hay bastantes militares¡±, como el teniente Roberto Garc¨ªa, un alcoyano de 34 a?os en el momento de su detenci¨®n que fue procesado en el juzgado militar especial de jefes y oficiales el 26 de mayo de 1939. En la documentaci¨®n de Garc¨ªa, casado y con un hijo, aparece tambi¨¦n la cruz azul sobre un texto que indica que est¨¢ ¡°cumplida [la] sentencia de muerte¡±.

El grueso de los enviados al pared¨®n son, sin embargo, ¡°personas de bajas clases sociales, obreros manuales, artesanos, sogueros o carpinteros¡±, se?ala Del Olmo, que padec¨ªan peores condiciones econ¨®micas y lo tuvieron mucho m¨¢s dif¨ªcil a la hora de huir al exilio. Como Manuel Carrillo, un pescador vecino de D¨¦nia que fue detenido cuando ten¨ªa 32 a?os por la Guardia Civil y entregado a la prisi¨®n de Alcoy en noviembre de 1940, tras ser sentenciado por un juzgado militar de su ciudad natal. Tras su traslado a la prisi¨®n alicantina, la portada de su expediente est¨¢ marcada con la cruz de los fusilados.

El ej¨¦rcito sublevado en 1936 va arrinconando a la Rep¨²blica hasta el ¨²ltimo parte, del 1 de abril de 1939, en el que Franco proclama que la guerra ha terminado. El puerto de Alicante se convierte en el ¨²ltimo reducto de los adeptos a la Rep¨²blica, que tratan de escapar por v¨ªa mar¨ªtima hacia el exilio. ¡°Como la guerra acaba aqu¨ª¡±, se?ala Del Olmo, ¡°la cantidad de detenciones realizadas es muy numerosa, inmensa con respecto al de otras provincias¡±. En su descripci¨®n de los expedientes para su inserci¨®n en la base de datos de los archivos de la Generalitat Valenciana (Savex), ponen a disposici¨®n de los interesados una informaci¨®n que hasta ahora no estaba accesible para su consulta.

La documentaci¨®n transferida desde Instituciones Penitenciarias traza tambi¨¦n un mapa de los campos de concentraci¨®n y centros penitenciarios que salpicaron la provincia de Alicante durante la Guerra Civil y tras su finalizaci¨®n. El AHPA ha podido documentar, por ejemplo, el uso de las dos fortalezas de Alicante, el Castillo de Santa B¨¢rbara y el de San Fernando, como campos de concentraci¨®n durante los primeros meses del r¨¦gimen franquista. Curiosamente, el ¨²nico que no aparece es el m¨¢s c¨¦lebre, el Campo de los Almendros, al que se condujo a los apresados en el puerto durante los ¨²ltimos coletazos del Gobierno leg¨ªtimo. ¡°Apenas dur¨® unos d¨ªas¡±, explica la directora del archivo dependiente de la Generalitat valenciana, ¡°y no ha quedado constancia escrita¡± de su actividad penitenciaria.