La mirada de un escritor ante la sordidez del ¡®caso Marey¡¯
Un libro re¨²ne las cr¨®nicas que Mu?oz Molina public¨® en EL PA?S sobre el juicio por el secuestro del ciudanano hispanofranc¨¦s franc¨¦s a cargo de los GAL
Hubo un tiempo, entre mayo y julio de 1998, en que Antonio Mu?oz Molina bajaba por la ma?ana a las alcantarillas del Estado y no asomaba la cabeza hasta la tarde. Cuando sal¨ªa, se iba r¨¢pidamente a escribir de polic¨ªas corruptos, pol¨ªticos manchados de guerra sucia, esp¨ªas lenguaraces, magistrados justicieros y vengativos, estadistas por encima del bien y del mal¡ Tambi¨¦n de un tipo com¨²n, vendedor de muebles de oficina, al que sacaron en pijama de su casa y le encerraron 10 d¨ªas en una caba?a en un helado mes de diciembre. Se llamaba Segundo Marey y fue una de las primeras v¨ªctimas de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n, m¨¢s conocido como los GAL.
Fue secuestrado en 1983, durante el primer Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez, creyendo que era miembro de ETA. Falleci¨® en 2001, con graves secuelas f¨ªsicas y mentales. El juicio definitivo se celebr¨® 15 a?os despu¨¦s del secuestro. Mu?oz Molina, entonces ya con dos premios nacionales por sus novelas Un invierno en Lisboa y El jinete polaco, aport¨® su punto de vista sobre la causa en unas cr¨®nicas publicadas en EL PA?S, que se sumaban a la informaci¨®n m¨¢s period¨ªstica.
Hizo lo que denomina ¡°literatura de peri¨®dicos¡±, un g¨¦nero muy com¨²n en la tradici¨®n anglosajona con alg¨²n referente espa?ol como el periodista y escritor Manuel Chaves Nogales. ¡°Hay un malentendido muy extendido, sobre todo en Espa?a, que asocia la literatura solo a la ficci¨®n, y no tiene por qu¨¦ ser as¨ª¡±, explica el escritor, que ha vuelto a recordar aquellas horas en las pomposas estancias del Tribunal Supremo con motivo de la reciente publicaci¨®n de un libro que re¨²ne todas esas cr¨®nicas bajo el t¨ªtulo de La puerta de la infamia. Editado por la Huerta de San Antonio, los beneficios de la venta de esta obra ser¨¢n destinados a la rehabilitaci¨®n de la iglesia de San Lorenzo de ?beda, ciudad jienense en la que naci¨® Mu?oz Molina en 1956.
Fuera de aquellas cr¨®nicas qued¨® alg¨²n episodio sin contar. Son cosas que pasan cuando uno escribe sobre personas reales, de carne y hueso, con las que al d¨ªa siguiente, muy probablemente, te puedes topar. No era dif¨ªcil que esto sucediera a las puertas de la sala, donde todos se arremolinaban y se mezclaban: los acusados, los acusadores, los pol¨ªticos, los periodistas, la v¨ªctima.
Tenga usted cuidado
?¡°A veces me entusiasmaba escribiendo y con un personaje, que no voy a decir qui¨¦n es, me recre¨¦. Si las cr¨®nicas del juicio eran tragic¨®micas, esta se inclinaba claramente hacia la comedia. Me divert¨ª mucho escribi¨¦ndola. A la ma?ana siguiente, me vio ese sujeto por la calle y vino hacia m¨ª, acompa?ado por guardaespaldas con gafas oscuras. Se acerc¨® mucho, con esa cosa amenazante de la cercan¨ªa f¨ªsica, y me dijo, mientras me se?alaba con el dedo y me daba golpecitos en la solapa: ¡°Tenga usted cuidado y no sea tan gracioso¡±, rememora el autor.
Entre los condenados se hallaban los pol¨ªticos Jos¨¦ Barrionuevo, Rafael Vera (ambos luego parcialmente indultados por el Gobierno del PP presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar), Ricardo Garc¨ªa Damborenea y Juli¨¢n Sancrist¨®bal; los comisarios Francisco ?lvarez S¨¢nchez y Miguel Planchuelo; el subcomisario Jos¨¦ Amedo y polic¨ªas como Michel Dom¨ªnguez. Tambi¨¦n desfilaron como testigos Felipe Gonz¨¢lez, el exministro Javier Corcuera o el exdirector de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n. Y fue tambi¨¦n protagonista, a pesar de su ausencia en la sala, el juez Baltasar Garz¨®n, primer instructor del caso.
<IL>Adem¨¢s de la sordidez de todos los hechos y de la causa vinculada al terrorismo de Estado, el juicio puso de relieve la precariedad de ese mismo Estado, la penuria en la que se mov¨ªa la justicia y el trabajo antiterrorista de las fuerzas de seguridad. Michel Dom¨ªnguez fue involucrado en los GAL porque era uno de los escasos agentes que hablaban franc¨¦s. ¡°El trabajo antiterrorista de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa apenas se ha reconocido y se reconoce, y menos si eres progresista, que parece que no puedes decirlo¡±, apunta el escritor. </IL>
¡°Ha terminado el juicio, pero contin¨²a el s¨®rdido espect¨¢culo de la pol¨ªtica espa?ola¡±, concluye Mu?oz Molina en su ¨²ltima cr¨®nica. ?Ha cambiado mucho la pol¨ªtica desde entonces? ¡°El cambio m¨¢s importante, sin duda, es que ahora ya no hay terrorismo¡±, responde el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras de 2013.
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