Autoparodia
Donald Trump present¨® 'Saturday Nigh Live', bail¨® y cant¨® 'hip-hop' y recibi¨® algunas puyas. Pudo pulir el guion, y result¨® un humor demasiado blanco para un personaje tan oscuro
Servidumbres de la pol¨ªtica espect¨¢culo: los candidatos espa?oles pasan por El hormiguero, El larguero o el programa de Bert¨ªn Osborne, y luego alguno se escaquea de los debates de verdad. Los pol¨ªticos de EE UU no faltan a un debate de los muchos que se celebran all¨ª, pero tambi¨¦n hacen de presentadores por un d¨ªa del veterano programa c¨®mico Saturday Night Live, donde tienen que interpretar el guion escrito por quienes les satirizan cada semana.
Antes se sometieron al juego Sarah Palin o John McCain; Barack Obama o Hillary Clinton se limitaron a salir en alg¨²n sketch. Ahora ocup¨® el escenario de SNL (visto en Canal +) Donald Trump. M¨¢s que pol¨ªticamente incorrecto, el aspirante a la Casa Blanca es un insensato extremista. Sin problemas de timidez, aunque s¨ª de rigidez. Pero conoce el medio y jug¨® bien sus cartas: admite que negoci¨® el guion para quitar escenas ¡°subidas de tono¡±.
As¨ª que el SNL m¨¢s esperado sali¨® menos ¨¢cido de lo habitual. A¨²n as¨ª Trump recibi¨® alguna puya: Larry David le grit¨® ¡°?racista!¡±, pero a?adi¨® que cobraba por decirle eso, y al anfitri¨®n, como ¡°hombre de negocios¡±, le pareci¨® bien. El mejor golpe se lo dio Michael Che: ¡°Cuando oigo hablar a un rico blanco de volver a los buenos viejos tiempos, mis sentidos de negro sienten un hormigueo¡±.
Por lo dem¨¢s, un humor demasiado blanco para un tipo tan siniestro. Bail¨® y cant¨® un hip-hop de Drake, se sent¨® triunfal en el despacho oval (con una imitadora de su esposa y su hija de verdad), recibi¨® de Pe?a Nieto un cheque para el muro con M¨¦xico y ejerci¨® su conocida afici¨®n a insultar en Twitter. Debi¨® sonarle a gloria el aplauso de un p¨²blico nada af¨ªn a ¨¦l. No se o¨ªa la protesta a las puertas del Rockefeller Center.
SNL logr¨® un pico de audiencia pero recibi¨® palos en la prensa y las redes. Cunde el mosqueo: ya no se trata de que los humoristas ridiculicen a los pol¨ªticos, sino de que estos aprovechen para blanquear su imagen. Para hacerse los simp¨¢ticos... hasta dentro de cuatro a?os.
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