La fogata de las vanidades

¡°?Conozco novelistas que sean felices? Dir¨¦ que s¨ª¡­ pero son mal¨ªsimos¡±, afirma Quim Monz¨® en uno de los testimonios que va conformando, con la complicidad de otros autores como Enrique Vilamatas y Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, un informal coro griego en esta comedia metaliteraria y metacinematogr¨¢fica que marca el debut en la direcci¨®n de largos de Manolo V¨¢zquez, hijo del hom¨®nimo historietista que cre¨® a Anacleto, las hermanas Gilda y a ese alter ego moroso que era el T¨ªo V¨¢zquez. Si hici¨¦ramos caso a las palabras de Monz¨®, tendr¨ªamos que convenir en que ?lex Pareja, el protagonista que encarna con bien modulado patetismo Jacob Torres, tiene que ser, a la fuerza, un gran escritor, vista su facilidad para alcanzar la excelencia en el ingrato arte de ser infeliz. No obstante, La maniobra de Heimlich deja claro que no hay nada ¨Cni el poder de la literatura¨C que redima a este personaje marcado por la p¨¦rdida (de afectos, lectores, pudor y talento).

Revelando una tendencia a la autoficci¨®n l¨²dica digna de su padre, V¨¢zquez cuenta la historia de un novelista que, diez a?os despu¨¦s de haber declarado que jam¨¢s adaptar¨ªa al cine aquella novela en la que convirti¨® en materia literaria la muerte de su novia, se dispone a contradecirse a s¨ª mismo escud¨¢ndose en una revelaci¨®n m¨ªstica. El escritor recurre a un cineasta ¨Cestupendo Miki Esparb¨¦ en contenida y precisa encarnaci¨®n del propio V¨¢zquez¨C para ejecutar la representaci¨®n ritual/espectacular de la muerte de su novia, mientras intenta rehacer, con narcisista torpeza, vida y carrera. El guion lo firma el novelista Javier Calvo, que no desaprovecha la ocasi¨®n de articular una mirada ¨¢cida sobre los c¨ªrculos presuntamente cool de la escena cultural barcelonesa: ?ser¨¢ consciente la periodista Bibiana Ballb¨¦ del potencial autopar¨®dico de su cameo?

La maniobra de Heimlich podr¨ªa emparentarse con los dos largos del colectivo Pioneros del siglo XXI ¨CMi loco Erasmus (2012) y Taller Capuchoc (2014)¨C por esa compartida obsesi¨®n por los infiernos de la creaci¨®n ¨Cel creador devorado por una obra que es su propio infierno- y la com¨²n idea de Barcelona como s¨ªntoma colectivo de un patol¨®gico estado espiritual, pero las estrategias narrativas son distintas y a V¨¢zquez le conviene incrementar su esfuerzo por acu?ar su identidad, por encontrar un tono y un estilo capaces de medirse con la singularidad de trazo que ten¨ªan las historietas de su progenitor.

En una de las escenas de la pel¨ªcula, dos personajes participan en una performance con uniformes nazis y desnudos que, acto seguido, es sancionada como demasiado obvia por el reconocido artista perform¨¢tico Joan Morey. La misma cr¨ªtica se podr¨ªa reciclar para apuntar a las debilidades de esta opera prima por lo dem¨¢s tan libre, insidiosa y sofisticada: o una mayor sutileza en el registro o todo lo contrario ¨Csu exasperaci¨®n, su desbordamiento grotesco¨C podr¨ªan haber conjurado esa sospecha de obviedad que asoma en algunos de los apuntes sat¨ªricos de la pel¨ªcula.