'Jessica Jones', la superhero¨ªna que cambi¨® la capa por la botella

Ver una pel¨ªcula o una serie basada en una obra que guardas viva en la memoria es un reto complejo. Disfrutarlo como si la vieras por primera vez no es sencillo. Quieres sentirte como un espectador virgen, pero es imposible evitar el irrefrenable deseo de comparar y recordar. Cuando en 2001 apareci¨® el c¨®mic Alias de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos pensamos que dar¨ªa para una serie perfecta. Dialogaba como una serie, se estructuraba como una serie y ten¨ªa una antihero¨ªna central digna de HBO. Por lo que es imposible evitar esa comparaci¨®n al ver Jessica Jones. Y, aunque la producci¨®n de Netflix quiz¨¢ no es la serie perfecta, logra jugar con la estructura convencional del g¨¦nero de superh¨¦roes y superar sus limitaciones. Jessica Jones no las teme: habla de sexo, de violencia de g¨¦nero, la autoflagelaci¨®n o el s¨ªndrome postraum¨¢tico, y no rehuye su complejidad. Aunque claro, sabemos tambi¨¦n que en este mundo conviven dioses n¨®rdicos, hombres hormigas, mapaches parlantes y hasta un Hulk.

Jones es uno de los personajes m¨¢s completos de Marvel, tanto en las vi?etas como en la televisi¨®n. Es una super -que no hero¨ªna- a la que no le convencieron las mallas ni eso de salvar a los ciudadanos. Dej¨® esa vida para olvidar sus penas en alcohol, sexo y un trabajo ¡°digno¡±. Y de paso culparse por todos los errores de su pasado. No es tan conocida como sus hom¨®logos masculinos, ni ha saltado al cine, ni tiene una historia de d¨¦cadas, pero desde que se estren¨® en las vi?etas con un ¡®fuck¡¯ ten¨ªa al p¨²blico ganado. Era una persona normal que se ganaba la vida como detective privado en los recovecos de este mundo de semidioses. Ten¨ªa un punto de partida simple y efectivo y era autocontenida como para atraer al p¨²blico propio y ajeno. Aunque lo que m¨¢s brillaba era la caracterizaci¨®n del personaje, complejo, adulto y sin miedo a no gustar. Era un rara avis del g¨¦nero: una mujer fuerte, sin escr¨²pulos y no pendiente de su vida rom¨¢ntica. Elegir bien a la actriz era la mitad del trabajo.

Krysten Ritter (Breaking Bad) consigue capturar su esencia, en los momentos de drama y de rabia, en los de resaca y hero¨ªsmo. Ella es la serie. Mientras que Daredevil hablaba de la reinvenci¨®n de la ciudad y la guerra entre sus siniestros personajes, esta vez Netflix trae una historia ¨ªntima y personal sobre traumas y sanaci¨®n. Sobre Ritter reposa el peso de un personaje incomprendido por la sociedad, uno que debe superar el estigma de la violaci¨®n. Es a la vez insoportable y cercana. Ellas llevan la voz cantante: Rachael Taylor es m¨¢s que la simple amiga con la que olvidar las penas y Carrie Anne-Moss (Matrix) rompe una barrera de g¨¦nero con un personaje complejo solventado con dignidad gracias a su potencia interpretativa. Son mujeres duras, pero no por su masculinidad. Es una serie de mujeres sin necesidad de caer en los t¨®picos femeninos de Hollywood. Aunque igual de bien lo hace Mike Colter (The Good Wife), cuyo Luke Cage es tan divertido y estoico como para empujarnos a ver la pr¨®xima serie de Marvel en Netflix. Es un hombre duro, pero tambi¨¦n la damisela en apuros con coraz¨®n. Y eso es mucho decir en un personaje creado ¨²nicamente como la respuesta de los tebeos al blaxpotation.

Aun as¨ª, todo h¨¦roe necesita un alter-ego a su altura que lo lleve a la grandeza. Sin embargo, el cine ha tenido malas experiencias al erigir villanos complejos y temibles. Por suerte, Jones se topa a la horma de su zapato. Un malo que parece imbatible y que adem¨¢s afecta emocional y personalmente a la protagonista. Killgrave no es solo la ¨²nica persona con poderes que conoce, sino que durante meses este tel¨¦pata la control¨®, la viol¨® y manipul¨® a su antojo. Su ca¨ªda a los infiernos se la debe a ¨¦l. Es un psic¨®pata de libro, pero ¨¦l no se ve as¨ª. David Tennant hace un Killgrave que no cree en su maldad, carism¨¢tico y terror¨ªfico, pero tambi¨¦n grandilocuente y caricaturesco, m¨¢s como su Doctor (Who) que nunca. Un personaje que es amenazante no ya por su control mental, sino por el control que inflige sobre Jones. Aunque su presencia es todav¨ªa m¨¢s amenazante en la sombra, donde campaba a sus anchas en el c¨®mic este Hombre P¨²rpura. Esta vez el personaje es Tennant y Tennant es su personaje.

El proyecto ha tenido que pasar por diversas encarnaciones hasta que la guionista Melissa Rosenberg recibi¨® luz verde. Su propuesta original era un producto m¨¢s similar a Alias, donde los superpoderes est¨¢n a la orden del d¨ªa y las capas aparecen en cada esquina. La situaci¨®n actual del universo cinematogr¨¢fico le hizo olvidar este aspecto. Ahora todos los casos de Jones est¨¢n m¨¢s centrados en la realidad sin poderes, mientras que superh¨¦roes como su amiga Carol Danvers (cuya pel¨ªcula, Capitana Marvel, llegar¨¢ en 2019) desaparecen de su vida. Esta transformaci¨®n beneficia a la serie en ciertos aspectos. Es m¨¢s realista, contenida y abierta a todos los p¨²blicos, pero por el camino tambi¨¦n pierde otros elementos.

La trama r¨ªo y el villano principal no dejan espacio a casos autocontenidos que exploten la faceta detectivesca de Jones, que aparece levemente en los primeros episodios. Es verdad que la trama de control mental de Kilgrave es interesante como para llenar la temporada, y perfecta para el binge-watching, pero su omnipresencia --salvo en momentos de desconexi¨®n con Cage y el sorprendente villano cantera de Frank Miller que aparece al final-- estira excesivamente el enfrentamiento. Habitualmente pedimos m¨¢s serializaci¨®n, s¨ª, pero en este caso un par de casos se echan de menos cap¨ªtulos procedimentales a lo Veronica Mars para bucear en el mundo que rodea a Jones y tomarse un respiro. Todas las tramas est¨¢n conectadas con el villano, y, cuando el enfrentamiento llega a su fat¨ªdica conclusi¨®n, parece que hemos visto todo lo que hab¨ªa por ver. La batalla final queda descafeinada.

En el cine hay una manera clara de diferencias el universo de la editorial Marvel del universo de su competidora, DC. La productora de Los Vengadores, Iron Man y Guardianes de la Galaxia se ha esforzado por crear una realidad hiperconectada donde prima lo colorista, el humor y la aventura. La segunda, responsable de Batman o Superman, ha decidido apostar por la penumbra, el drama y otros conceptos que Christopher Nolan grab¨® a sangre en su Caballero Oscuro. Pero, curiosamente, en televisi¨®n la estrategia es la contraria. DC hace series divertidas (Supergirl, The Flash o Legends of Tomorrow) y Marvel utiliza Netflix para rasgar el recoveco tenebroso de Nueva York, una Cocina del Infierno destruida por alien¨ªgenas donde conviven Daredevil, Punisher, Cage o Jones. No es una serie de superh¨¦roes, sino un crimen noir con algunos poderes. Deb¨ªa capturar tambi¨¦n los c¨®digos de este g¨¦nero. Y lo logra. Queremos m¨¢s. Jessica Jones tiene muchos casos por resolver. Es la hora de trabajar.

Joyas del c¨®mics