Roca Rey corta cuatro orejas y se declara triunfador de la feria de Lima

Con m¨¢s de tres cuartos de entrada se celebr¨® la quinta y ¨²ltima corrida de la Feria del Se?or de los Milagros en la que Andr¨¦s Roca Rey cort¨® cuatro orejas al cuarto y sexto toros del noble encierro de Roberto Puga, bien presentados, salvo el tercero, que fue sobrero, aunque desiguales en cuanto a juego.

Concluido el festejo, el jurado oficial declar¨® a Roca Rey ganador del Escapulario de Oro del Se?or de los Milagros, que se concede cada a?o.

El joven torero peruano no ha podido tener un debut m¨¢s auspicioso. Al primero, justo de fuerza, lo tore¨® pulcro de capote. Las ver¨®nicas, tafalleras y caleserinas lucieron en el quite. El toro se qued¨® corto y no repiti¨®. Hubo buenos pases sueltos, pero sin posibilidad de armar faena.

El cuarto de la tarde tendi¨® a salirse suelto del capote. Roca Rey lo sujet¨® con quites y tambi¨¦n al iniciar faena. Se le vio lidiador, y logr¨® imponerse a su adversario por derechazos y naturales. La faena cobr¨® emoci¨®n, y tras una certera estocada cort¨® las dos orejas.

Con el sexto, que fue manso y huidizo, el joven diestro puso todo en el asador y sac¨® faena de donde no hab¨ªa a un toro que tampoco la ofrec¨ªa. Cort¨® dos orejas pedidas por el p¨²blico.

Enrique Ponce tuvo el lote m¨¢s complicado. El primero noble y obediente, no tuvo la codicia suficiente y el buen trasteo del maestro valenciano no cal¨® en los tendidos. Silencio y pitos al toro.

El tercero fue devuelto por falta de trap¨ªo y en su lugar sali¨® uno de Caicedo de similar condici¨®n, al que Ponce lo hizo embestir a la ver¨®nica en los medios. En la muleta el toro humillaba pero sin mayor trasmisi¨®n; Ponce lo aprovech¨® en tandas cortas. Lo prob¨® en circulares antes de las poncinas que animaron al p¨²blico. Mat¨® de gran estocada, y cort¨® una oreja.

Con el quinto, rebrincado y dif¨ªcil, Ponce estuvo en plan de lidiador paciente, y poco a poco lo meti¨® en la muleta. Por el pit¨®n izquierdo no tomaba bien los enga?os, por lo que logr¨® derechazos sentidos y coreados por toda la plaza al meterse entre los pitones con hambre de triunfo. Estocada qued¨® desprendida, el toro tard¨® en caer, y el juez injustamente le niega la oreja que el p¨²blico pidi¨®.