Bruce Springsteen, la forja de un l¨ªder a su pesar
El mito incluye 11 temas in¨¦ditos en la reedici¨®n del ¨¢lbum 'The River', publicado en 1980 y titulado ahora 'The Ties That Bind: The River Collection'
Explorando la antolog¨ªa The Ties That Bind. The River Collection, de Bruce Springsteen, regreso a una juventud que hoy parece so?ada, siento la punzada del paso del tiempo. ?Qu¨¦ fue de los j¨®venes que nos empapamos de aquella obra de primera madurez y necesaria reformulaci¨®n naturalista? ?Qu¨¦ queda de aquel inadaptado treinta?ero, a las puertas del mundo adulto, en la envejecida megaestrella? Con The River (1980), Springsteen no solo se daba un ba?o de realidad tras reconstruir la errabunda mitolog¨ªa del sue?o americano en Born to Run (1975) y deflagrarla en el posterior Darkness on the Edge of Town (1978), expon¨ªa directamente esas ataduras ¡ªempleo e hipoteca, matrimonio e hijos¡ª que socavan las vanas esperanzas de quienes han husmeado vah¨ªdos de libertad en la ¨²ltima adolescencia.
El rock pod¨ªa apartarte del reba?o y hacer s¨®lida tu individualidad, pero no era una escapatoria alada, sino la vida misma. As¨ª lo expres¨® ante unos pocos periodistas tras su debut en Barcelona, en abril de 1981, solo dos meses despu¨¦s del tejerazo. En aquellos d¨ªas inciertos cualquier evento rock se convert¨ªa en liberadora algarab¨ªa y, en consecuencia, la E Street Band se encontr¨® con una reacci¨®n que no esperaba. ¡®¡¯Se palpaba un poderoso sentimiento de libertad explotando en el aire¡¯¡¯, escribir¨ªa su bi¨®grafo Dave Marsh. Aquella velada que presentaba The River, abundante colecci¨®n equilibrando los palos festivos del rock and roll, el soul y el country, con la manifestaci¨®n casi tr¨¢gica de la inh¨®spita realidad, fue un emocionante choque entre la pujanza de un m¨²sico que reclamaba autenticidad y una audiencia sedienta de optimismo. Un honrado espect¨¢culo con voluntad de comunicar ideas sencillas pero necesarias para tomar las riendas del propio destino.
Faltaban unos a?os para la consagraci¨®n que trajo Born in the USA (1984). Quienes tras el concierto estrechamos su mano no pod¨ªamos imaginar lo que le esperaba a aquel tipo flaco y de estatura mediana, espigada nariz y alargadas patillas, chaqueta tejana y toalla enrollada al cuello. Sonre¨ªa nervioso y ponderaba sus palabras, un mec¨¢nico de New Jersey acomplejado ante la prensa europea. Nos habl¨® de c¨®mo hab¨ªa aclarado sus ideas ver Las uvas de la ira por televisi¨®n o estudiar libros sobre la Historia de Estados Unidos. Su representante Jon Landau ser¨ªa el gu¨ªa de esta educaci¨®n tard¨ªa y quien le empujar¨ªa a la conquista de los estadios. Era preciso vigorizarle para extenuantes actuaciones, fomentar su conciencia cultural y social. Enunciando un mensaje ¨²til, el campechano Bruce devendr¨ªa el fornido Rambo que cantaba a Woody Guthrie.
El origen del actual Jefe est¨¢ pues en este pu?ado de discos y DVDs, en el jolgorio de Hungry heart y el espectral abatimiento de Stolen Car, la boda por penalti que empuja al futuro a la pareja del tema titular y el adi¨®s al padre de Independence day. El documental incluido en la caja The Ties that Bind le capta confesando que se sent¨ªa en una encrucijada: ¡®¡¯Pensaba en lo que mantiene unida a la sociedad, esas ideas imperfectas de c¨®mo la gente se relaciona con los dem¨¢s. Quer¨ªa formar parte de eso, no solo observarlo desde fuera. Sent¨ª que si no conectaba con la vida real, iba a perderme¡¯¡¯. El reflexivo vitalismo de The River no solo le salv¨® de la marginalidad, le hizo la ¨²ltima figura central que tuvo el rock. ?Hasta hoy?
Babelia
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