Meg Wolitzer: ¡°Talento y ¨¦xito se usan como sin¨®nimos pero no lo son¡±
La autora reflexiona sobre aptitudes y dinero en 'Los interesantes', una novela sobre las vidas de seis adolescentes fatuos, ingenuos y arrogantes que se sienten especiales
Escribe lo que sientas que es importante. Este fue el primer consejo que Meg Wolitzer (Nueva York, 1959) recuerda haber recibido cuando a¨²n era una estudiante inquieta con ganas de comerse el mundo. Ahora su media melena rizada luce algunas canas, las gafas que lleva parecen ser el par de andar por casa, y bajo su agradable y t¨ªmida sonrisa se esconden dosis similares de entusiasmo y bien controlado escepticismo.
Wolitzer lleva 10 novelas a sus espaldas y una larga carrera como profesora de escritura creativa ¡ªque desarroll¨® en parte en el prestigioso taller de la Universidad de Iowa¡ª, pero aquel primer consejo no ha ca¨ªdo en el olvido, y as¨ª define su ¨²ltima novela, Los interesantes (Alba), como un libro "personal, pero no autobiogr¨¢fico". Los derechos del libro han sido comprados para convertirlo en una serie televisiva. Habla sentada en un diner en el Upper East Side, la ma?ana de domingo de principios de noviembre en que media Nueva York est¨¢ cortada con motivo del marat¨®n. En la popular carrera lo importante es participar y animar a los corredores, un saludable respiro de las otras carreras hacia el ¨¦xito que discurren en la vida diaria, y que son estudiadas con detenimiento en la novela de Wolitzer.
La historia de Los interesantes arranca en un campamento de verano progre al norte del Estado de Nueva York, en el momento que la narradora Julie Jacobson considera m¨¢s importante, o al menos el m¨¢s definitorio de su vida adulta. Una tibia noche de julio la invitan a la reuni¨®n en una de las caba?as en la que el peculiar grupo de amigos que protagoniza esta novela decide adoptar "ir¨®nicamente" el mismo nombre que da t¨ªtulo a esta historia. En poco m¨¢s de 600 p¨¢ginas, Los interesantes reconstruye las vidas de estos seis adolescentes fatuos, ingenuos y arrogantes que se sienten especiales. Su triunfo como artistas pasa de ser una certeza a convertirse en una idea que no est¨¢ al alcance de la mano. La pandilla incluye a la guapa pareja de hermanos Ash y Goodman, criados en un amplio apartamento de Manhattan por sus sofisticados padres; a Jonah, el hijo de una conocida y exitosa cantante; a la bella aspirante a bailarina Cathy; al brillante y exitoso dibujante de historietas Ethan, y a la propia Julie, que pasa a ser conocida como Jules y reniega espantada de su anodina familia.
Me fascina la amistad dentro de un grupo, las peque?as geometr¨ªas que se generan? Meg Wolitzer
"Quise escribir sobre qu¨¦ pasa con el talento. A menudo, talento y ¨¦xito se emplean como sin¨®nimos, pero no lo son. Creo que en los a?os de la era de Reagan hubo un cambio importante, el dinero pas¨® a ser algo absolutamente central", apunta Wolitzer. "Sin embargo, el talento desligado del ¨¦xito es algo muy importante. Pero ?puede uno considerarse un artista si hace arte solo para s¨ª mismo? Quise abordar todo el espectro de posibilidades que ofrece el tema del talento y ver la relaci¨®n que los personajes tienen con esto a trav¨¦s de un largo periodo de tiempo". El sentimiento de invulnerabilidad, las expectativas y la ambici¨®n propia de la juventud pasan por el duro filtro temporal para descubrir, a medida que avanza la novela, algunas verdades inc¨®modas. El punto de partida, el espinoso asunto de la clase social en la que uno se crio, no sirve como explicaci¨®n. Tampoco las decepciones y frustraciones es resultado de un ¨²nico error. "Cuando uno es joven piensa que todos tendr¨¢n ¨¦xito, pero luego se imponen otras necesidades, y al final hay un mont¨®n de artistas y escritores que se dedican a cosas que no tienen nada que ver. Tienes que inventarte t¨² mismo la manera de hacerlo funcionar, m¨¢s a¨²n en Nueva York, una ciudad imposiblemente cara", reflexiona Wolitzer.
La escurridiza ecuaci¨®n del reconocimiento p¨²blico y la fama que Los interesantes explora no es ajena a la actitud que uno tiene ante su propio talento ¡ª"Jonah era demasiado modesto para ser m¨²sico o, posiblemente, para ser famoso; no ten¨ªa el temperamento adecuado", concluye la narradora¡ª; ni tampoco est¨¢ libre de las modas: ah¨ª est¨¢ el caso de la ic¨®nica cantante que "segu¨ªa siendo capaz de cantar cualquier cosa, pero la cuesti¨®n era si la gente quer¨ªa seguir oy¨¦ndola". Despu¨¦s de tres d¨¦cadas publicando, ?c¨®mo se siente Wolitzer al respecto? "Cuando escribes no debes pensar en las tendencias o las modas. Decid¨ª dedicarme a la literatura a finales de los setenta. La ficci¨®n era algo mucho m¨¢s reconocido e importante que ahora, las novelas eran parte de la conversaci¨®n. Con la llamada segunda ola del feminismo sentimos que deb¨ªamos abrirnos, y conocer m¨¢s cosas de otras vidas. Ahora con Internet estamos rodeados por todo tipo de textos y de formas de escritura, y a la gente le piden que escriba cosas m¨¢s cortas. Me pregunto qu¨¦ le pasar¨¢ a la novela en esta nueva era".
Decid¨ª dedicarme a la literatura a finales de los setenta. La ficci¨®n era algo mucho m¨¢s reconocido e importante que ahora Meg Wolitzer
Pase lo que pase, no parece disparatado se?alar que en las novelas recientes que triunfan en EE. UU. se abre un cierto tipo de resistencia frente a la brevedad: ah¨ª est¨¢n las largas sagas de Elena Ferrante o de Karl Ove Knausg?rd; las casi setecientas p¨¢ginas de Pureza, de Jonathan Franzen, o City on Fire, el fulgurante (y millonario) debut de casi mil p¨¢ginas escrito por ?Garth Risk Hallberg que lleg¨® a las librer¨ªas este oto?o. "Una novela es lo contrario de una lista, o deber¨ªa serlo", apunta ir¨®nica Wolitzer. "Yo quer¨ªa dar suficiente espacio y aliento a mis personajes".
Las mujeres y el feminismo son temas que sobrevuelan los primeros libros de Wolitzer; uno de ellos, Esta es mi vida, fue adaptado por la que se convertir¨ªa en una buena amiga suya, la escritora y directora Norah Ephron. A trav¨¦s de ella conoci¨® a Lenah Dunham, de quien se declara admiradora ¡ª"admiro su franqueza, desaf¨ªa el eterno tema de la verg¨¹enza y el apuro que frena a tanta gente"¡ª. Meg Wolitzer no cree que la situaci¨®n de las mujeres en el mundo literario haya mejorado tanto en las ¨²ltimas d¨¦cadas: "Las novelas que ganan premios tienen un punto de vista masculino", afirma.
La envidia, la confianza y desconfianza que se generan dentro de un grupo de amigos es otro de los grandes asuntos que da forma a Los interesantes. "Me fascina la amistad dentro de un grupo, las peque?as geometr¨ªas que se generan", afirma Wolitzer. "En una historia rom¨¢ntica uno siempre se est¨¢ preguntando cu¨¢ndo acabar¨¢n en la cama, pero al tratar el asunto de la amistad las posibilidades son mucho mayores, el margen es amplio, como a veces cuando uno siente que quiere llamar a un amigo para no contarle nada nuevo".
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