Cristina Iglesias conecta los r¨ªos T¨¢mesis y Tajo

Las esculturas de Cristina Iglesias, la creadora contempor¨¢nea espa?ola m¨¢s internacional, son lugares. Experiencias f¨ªsicas, espacios inventados para sentir cosas. Lugares que dialogan con los paisajes donde se encuentran y que se comunican adem¨¢s, unos con otros, a cientos de kil¨®metros de distancia, creando una especie de ente art¨ªstico global. Una ¨²nica obra subterr¨¢nea, que brota en plazas p¨²blicas, museos, galer¨ªas, estudios y bienales de medio mundo. De Madrid a Amberes. De las islas Lofoten, en Noruega, a la selva brasile?a. De Venecia a Sidney. De Nueva York a Toledo. Y en ese mapa art¨ªstico personal hay un punto marcado en rojo: Londres. Una ciudad que ha sido clave en la historia de Cristina Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1956), y donde su obra ha vuelto a emerger, esta vez en una exposici¨®n individual en la galer¨ªa Marian Goodman titulada Phreatic Zones (zonas fre¨¢ticas).

Emerger es la palabra. Porque lo que ha creado Iglesias en esta galer¨ªa del Soho brota, literalmente, del subsuelo. Elevando el piso de la sala hasta igualarlo con el pavimento del exterior, Iglesias ha convertido la galer¨ªa en una especie de plaza p¨²blica. Esta se quiebra en tres puntos, en los que emergen tres fuentes subterr¨¢neas, de ra¨ªces y formas org¨¢nicas talladas en aluminio, por los que fluye el agua en una sincopada coreograf¨ªa de movimiento y sonido. "Sent¨ªa la necesidad de hacer una obra que aluda a lo que pasa por debajo, a lo que no es tan obvio que est¨¢ pasando", explica Iglesias. "Esos r¨ªos y ra¨ªces por debajo de la ciudad. Ese mundo underground, tan londinense".

Iglesias conoci¨® bien esa ciudad subterr¨¢nea cuando, a principios de los a?os ochenta, dej¨® San Sebasti¨¢n y la carrera de Qu¨ªmicas para estudiar arte y probar suerte en Londres. "Fue sobre todo por irme, por darme la oportunidad de dedicarme al arte", recuerda. "Hab¨ªa en aquel Londres una escena art¨ªstica efervescente, sobre todo en escultura. Era una ciudad m¨¢s pobre que ahora, pero pasaban muchas cosas". En aquellos a?os en Londres, Iglesias empez¨® a encontrar su discurso art¨ªstico y conoci¨® a escultores como Tony Cragg o Anish Kapoor. Tambi¨¦n a Juan Mu?oz, otro de los grandes artistas espa?oles contempor¨¢neos, que se convertir¨ªa en su pareja y padre de sus dos hijos.

Mu?oz falleci¨® en 2001, cuando sus esculturas llenaban la Sala de Turbinas de la Tate Modern, su ¨²ltima creaci¨®n y quiz¨¢ su obra cumbre. Dos a?os despu¨¦s, Cristina Iglesias volvi¨® a Londres para su primera exposici¨®n individual en la ciudad. Una muestra en la prestigiosa galer¨ªa Whitechapel, inaugurada en marzo de 2003, que la artista recuerda como "una de las m¨¢s importantes" de su vida. "Supuso un salto para m¨ª y una oportunidad", explica.

La exposici¨®n en la Marian Goodman, la primera individual de la artista en la ciudad desde la de Whitechapel, supone su vuelta a Londres 13 a?os despu¨¦s. "Creo que no soy tan diferente, como artista, a la que era entonces", explica. "En Londres soy una artista de hoy con un discurso de hoy. Por eso en la obra hay una parte oscura, como la situaci¨®n por la que atraviesa el planeta".

En estos 13 a?os Iglesias ha terminado de consagrarse como una de las grandes escultoras a nivel mundial, gracias a piezas como las puertas de la ampliaci¨®n del Museo del Prado y, sobre todo, a la monumental intervenci¨®n urbana terminada en Toledo el a?o pasado. El eco de esa obra, Tres aguas, resuena en la galer¨ªa londinense. Si en Toledo era el Tajo el que la artista hac¨ªa emerger en tres puntos emblem¨¢ticos de la ciudad, aqu¨ª es el T¨¢mesis el que, simb¨®licamente, fluye bajo el Soho. "La idea del r¨ªo, de las ra¨ªces, es una met¨¢fora de muchas cosas", explica. "En Toledo hablaba de la confluencia de tres culturas. Londres es diferente, pero aqu¨ª tambi¨¦n hay en la actualidad convivencia y conflicto entre culturas".

La exposici¨®n, que estar¨¢ a¨²n dos semanas m¨¢s asom¨¢ndose al bullicio del Soho prenavide?o, es adem¨¢s la antesala de otra obra. Una pieza p¨²blica, de la que a¨²n no puede ofrecer mucha informaci¨®n, llamada a sellar para siempre la relaci¨®n de la artista y Londres. Una intervenci¨®n en dos plazas de la ciudad que tiene previsto inaugurar en 2017. Lleva tres a?os trabajando en ella, a la vez que ultima otro proyecto para la Fundaci¨®n Bot¨ªn en Santander, compuesto por cuatro pozos y un estanque. Todos comunicados entre s¨ª, de Toledo a Londres, de Londres a Santander, e ideados por una artista ¨²nica que, entre el v¨¦rtigo de tanto viaje, se ve obligada a aclarar entre risas: "Pero vivo en Torrelodones". Y lo dice desde su estudio en Mallorca, con el viento mediterr¨¢neo col¨¢ndose por el tel¨¦fono, reci¨¦n llegada de un inspirador paseo por el campo.