La (i)l¨®gica del f¨²tbol
Con la ayuda de su habitual colaborador, Carlos Muguiro, Sergio Oksman atrapa las contradicciones a las que nos lleva la existencia
En Espa?a no es f¨¢cil adquirir prestigio con los cortos, lograr que con la llegada de un largometraje (aunque no sea el primero, como es el caso), se hable de sus peque?as piezas anteriores, verdaderas piedras de toque de un estilo, de un particular modo de acercarse al cine. Como las de Sergio Oksman, brasile?o afincado desde hace dos d¨¦cadas en nuestro pa¨ªs, que con las muy premiadas Notes on the other (2009) y A story for the Modlins (2012) conform¨® un fascinante corpus alrededor de la verdad y la mentira, la realidad y la impostura, el documental y la ficci¨®n. Con O futebol, su excelente tercer largo, experimenta con algo parecido a la autoficci¨®n literaria, aunque manteniendo la ra¨ªz de lo que debe ser un documental cinematogr¨¢fico: la continua b¨²squeda, la huida del esquematismo previo, estar atento a las posibles bifurcaciones que el tema en cuesti¨®n, previo a la realizaci¨®n, pueda ofrecer. Aqu¨ª, la reuni¨®n tras 20 a?os de un padre y un hijo que puede que ya s¨®lo compartan eso tan universal pero tan individual, tan fascinante como poco explicable, como es la pasi¨®n por el f¨²tbol. Quiz¨¢ la vida sea eso que ocurre entre dos d¨¦cadas sin verse; o quiz¨¢ sea s¨®lo eso que ocurre en los cuatro a?os que transcurren entre Mundial y Mundial.
O FUTEBOL
Direcci¨®n: Sergio Oksman.
Int¨¦rpretes: Sim?o Oksman, Sergio Oksman, A¨ªlton Braga.
G¨¦nero: autoficci¨®n. Espa?a, 2015.
Duraci¨®n: 70 minutos.
Con la ayuda de su habitual colaborador, Carlos Muguiro, Oksman atrapa las contradicciones a las que nos lleva la existencia: un hombre incapaz de recordar cu¨¢ntos a?os vivi¨® en un hotel tras separarse de su mujer y su hijo pero que es capaz de citar alineaciones de hace cinco d¨¦cadas; un hijo que mantiene vivo el recuerdo de su padre como el de la voz de un locutor de radio, y un padre que arregla radios pero que carece de ella en el coche; dos personas que acuerdan ver juntos los partidos del Mundial de Brasil, lo que estructura la pel¨ªcula, enfrentamiento a enfrentamiento, pero que apenas si logran vislumbrar un solo gol juntos. As¨ª, con una pel¨ªcula en s¨²per 8 (lo que la acerca a sus cortos) como prueba de un tiempo que a lo peor s¨®lo fue un sue?o, hasta llegar a uno de los momentos m¨¢s deslumbrantes del cine de 2015: un plano portentoso cuyo encuadre separa el disparate que es a veces la vida.
Babelia
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