Los jueces italianos rechazan el tercer traslado de migrantes a Albania impulsado por Meloni
El Gobierno de ultraderecha ve frustrado su nuevo env¨ªo de 49 personas al pa¨ªs balc¨¢nico, tras intentarlo con cambios legales y sin esperar a que el Tribunal de la UE aclare el conflicto jur¨ªdico
Giorgia Meloni ha vuelto a fracasar, por tercera vez, en su intento de deportar a Albania a migrantes rescatados en el Mediterr¨¢neo, pese a que ha introducido cambios legales que pretend¨ªan forzar a los jueces a aceptarlos. Tras el rechazo a la operaci¨®n en los dos primeros traslados de octubre y noviembre, este viernes el Tribunal de Apelaci¨®n de Roma tampoco ha convalidado la retenci¨®n en frontera de los 49 n¨¢ufragos que llegaron el martes al puerto de Sh?ngjin, a bordo de la nave militar italiana Cassiopea. Deber¨¢n ser enviados a Italia en las pr¨®ximas horas.
En realidad, en el campo de internamiento de Gj?der hab¨ªan quedado 43 personas, pues seis ya hab¨ªan sido devueltos a Italia. En los ex¨¢menes a los que fueron sometidos al desembarcar en Albania, cuatro resultaron ser menores y dos se hallaban en condiciones de vulnerabilidad y precarias condiciones de salud. En todo caso, se trata del grupo m¨¢s numeroso deportado hasta ahora. En el primer y segundo traslado sumaron 24 personas.
Para el Gobierno de ultraderecha de Meloni se trata de otro rev¨¦s en el crudo choque que mantiene con la judicatura, con varios frentes abiertos, a la que acusa de oponerse a la voluntad popular y estar haciendo pol¨ªtica. En realidad, los jueces se est¨¢n limitando a aplicar las leyes de la UE, que impiden convalidar el protocolo r¨¢pido de rechazo en frontera que ha ideado Meloni para el modelo Albania.
El problema est¨¢ en lo que se considera un pa¨ªs seguro, y a cuyos ciudadanos, por tanto, se presume que se rechazar¨¢ por la v¨ªa r¨¢pida una petici¨®n de asilo. Italia ha establecido una lista de 19 pa¨ªses, y de ellos vienen los migrantes que se seleccionan para ir a Albania. Sin embargo, seg¨²n las leyes de la UE, esa lista se reduce dr¨¢sticamente, porque mantienen que si en un pa¨ªs hay un territorio o un grupo de poblaci¨®n con riesgo de violaci¨®n de derechos, debe considerarse no seguro todo el Estado. Por eso recorta en la pr¨¢ctica la lista de Italia a solo siete: Cabo Verde y pa¨ªses balc¨¢nicos. Es decir, ninguno de los principales pa¨ªses de origen de la inmigraci¨®n en Italia, lo que supone liquidar el modelo Albania. As¨ª lo estableci¨® una sentencia del TJUE (Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea) el pasado mes de octubre, justo cuando el Gobierno de Roma iba a empezar las deportaciones.
No obstante, Meloni decidi¨® seguir adelante de todas maneras, yendo al choque legal. Es lo que ha ido sucediendo, y hoy se confirma que, de momento, sigue perdiendo siempre. Los jueces optan por acatar las leyes europeas, superiores a las de Italia, y niegan la convalidaci¨®n de los arrestos en frontera. Es decir, indican que esas personas deben seguir el procedimiento normal, de entrada en el pa¨ªs y estudio detenido de su solicitud de asilo. Ha vuelto a ocurrir con este nuevo grupo de migrantes, que son de Banglad¨¦s, Egipto, Gambia y Costa de Marfil.
La Justicia italiana, en medio de una gran tensi¨®n institucional en el pa¨ªs, ha acabado elevando el conflicto de criterios al TJUE, para que diga qui¨¦n tiene raz¨®n, y est¨¢ previsto que se pronuncie el pr¨®ximo 25 de febrero. De hecho, el Tribunal de Apelaci¨®n ha dicho hoy expresamente en su resoluci¨®n que suspende las decisiones a la espera de que el TJUE aclare la cuesti¨®n. Sin embargo, Meloni no hab¨ªa querido esperar y el resultado de este nuevo traslado de migrantes ha sido el mismo de las otras veces, porque nada ha cambiado mientras tanto. Aunque Meloni quer¨ªa pensar que s¨ª.
Tras el primer rechazo, en octubre, el Ejecutivo hab¨ªa aprobado una nueva ley, de mayor rango que la anterior, para imponer su criterio. Pero no cambiaba nada, segu¨ªa siendo superior la norma europea. Despu¨¦s se ha aferrado a una reciente sentencia del Tribunal Supremo italiano, el de Casaci¨®n, que establec¨ªa que corresponde al Gobierno decidir si un pa¨ªs extranjero es seguro o no. Pero es que al mismo tiempo reconoc¨ªa la potestad de un juez para decidir en cada caso concreto.
Por ¨²ltimo, retir¨® al Tribunal de Inmigraci¨®n de Roma la competencia de convalidar las retenciones en frontera de Albania, al alegar que eran jueces politizados, y la transfiri¨® al Tribunal de Apelaci¨®n. Se arm¨® un esc¨¢ndalo, porque este organismo ya est¨¢ saturado de trabajo. De hecho, ocurri¨® algo gracioso: como no daba abasto, este organismo asumi¨® para la tarea a los mismos jueces de inmigraci¨®n que hab¨ªan decidido en las deportaciones anteriores. Y al final los mismos jueces han decidido lo mismo.
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