Cultura contra el yihadismo
El cine de Nabil Ayouch es una denuncia del islam radical. En su ¨²ltimo filme se adentra en el tab¨² de la prostituci¨®n en Marruecos
Las artes y la cultura son m¨¢s fuertes que el odio¡±, proclam¨® el director de cine franco-marroqu¨ª Nabil Ayouch desde el estrado tras recibir el premio del p¨²blico de las Jornadas Cinematogr¨¢ficas de Cartago, uno de los festivales m¨¢s importantes de ?frica, por su ¨²ltima obra: Much Loved, sobre la prostituci¨®n en Marraquech. Sus palabras fueron acogidas con una ovaci¨®n por un p¨²blico a¨²n conmocionado. T¨²nez se encontraba en estado de emergencia y bajo el toque de queda desde el atentado terrorista ocurrido cuatro d¨ªas antes, en el coraz¨®n de la capital, y que seg¨® la vida de 12 agentes de la Guardia Presidencial.
¡°Incluso el d¨ªa despu¨¦s del atentado, las salas de cine estuvieron llenas. T¨²nez ha demostrado tener un verdadero esp¨ªritu de resistencia¡±, comenta admirado Ayouch en una entrevista con EL PA?S. Intelectual comprometido, a sus 46 a?os ya no es una promesa del cine ¨¢rabe, sino toda una realidad. En su pen¨²ltimo filme, el excelente Los caballos de Dios, abordaba el fen¨®meno del yihadismo a partir de la historia del grupo de j¨®venes de un barrio marginal de Casablanca que cometi¨® una ola de atentados suicidas en 2003.
Nacido en la banlieue de Par¨ªs, pero residente en Marruecos desde hace 15 a?os, sus reflexiones respecto a este espinoso asunto escapan a los t¨®picos. ¡°No hay una receta milagrosa contra el yihadismo. Lo que viene es una banalizaci¨®n de la violencia, y frente a ella, las democracias son fr¨¢giles. Debemos abrir un debate social sobre por qu¨¦ la integraci¨®n, sobre todo de la inmigraci¨®n musulmana, no ha sido exitosa. Ha fallado el v¨ªnculo social. Muchos hijos de la inmigraci¨®n se han sentido ciudadanos de segunda clase. Sus barrios se han convertido en guetos, donde faltan espacios culturales. Si soy director es gracias a que en mi barrio s¨ª hab¨ªa un centro cultural que me puso en contacto con el teatro, con el cine, los conciertos¡±.
De aspecto humilde y juvenil, Ayouch utiliza un tono pausado, casi dulce. Tanto sus palabras como sus pel¨ªculas destilan humanismo. En su ¨²ltimo filme se adentra en otro doloroso tab¨², el mundo de las prostitutas de Marraquech. ¡°Me reun¨ª con centenares de ellas, y sus historias me llegaron al alma. Les quise dedicar una pel¨ªcula para mostrar la hipocres¨ªa de una sociedad que las desprecia, pero a la vez, vive de ellas. Lo hacen miles de familias, polic¨ªas, hoteles...¡±.
Cuando Ayouch habla de odio, no solo se refiere al encarnado por el terrorismo. Much Loved, premio FIPRESCI en el ¨²ltimo Festival de Cine de Gij¨®n, ha generado reacciones extremas en Marruecos, donde no ha pasado el filtro de la censura. El ministerio de Comunicaci¨®n marroqu¨ª incluso lo ha calificado de ¡°ultraje a los valores morales de la mujer¡± y de ¡°atentado flagrante contra la imagen del pa¨ªs¡±. El director ha llegado a recibir varias amenazas de muerte, y la actriz principal, Lubna Abidar, fue brutalmente agredida en la calle. Encima, cuando quiso denunciar los hechos, la polic¨ªa se burl¨® de ella. Ante la pasividad de las autoridades, Abidar ha abandonado Marruecos y ha anunciado su intenci¨®n de pedir asilo en Francia.
Sobre las razones por las que Much Loved ha sido tan controvertida en Marruecos, explica: ¡°El filme es un espejo, y cuando muestras a una sociedad algo que no le gusta, algunos prefieren romperlo. Siempre es m¨¢s f¨¢cil que afrontar la realidad. Creo que lo que m¨¢s ha molestado es que presente a las prostitutas como unas mujeres fuertes que, a pesar de todo, son capaces de crearse un espacio, de vivir con independencia. En su relaci¨®n con algunos personajes masculinos, son ellas las que se sit¨²an en una posici¨®n de poder. Es lo que llamo antropolog¨ªa invertida¡±.
?Las reacciones a su filme son una prueba de que Marruecos es cada vez m¨¢s conservador? ¡°La sociedad marroqu¨ª ha sido siempre tradicionalista. Lo que sucede es que los conservadores ahora act¨²an de forma m¨¢s desinhibida, se expresan de forma mucho m¨¢s ruidosa. En cambio, el campo progresista es demasiado t¨ªmido. No est¨¢ tan organizado y bien estructurado. La sociedad civil debe reaccionar ya. Fue dif¨ªcil conseguir los avances registrados en materia de libertad de expresi¨®n y de creaci¨®n conquistados durante los ¨²ltimos veinte a?os, pero puede ser muy f¨¢cil perderlos.¡±
Junto a los insultos y las amenazas, que le hicieron llegar a plantearse renunciar a su carrera de cineasta en Marruecos, Ayouch ha recibido tambi¨¦n muchas muestras de apoyo. ¡°Llegu¨¦ a pasar miedo, pero mi amor por Marruecos es m¨¢s fuerte. Sus gentes me inspiran y el lazo que me une a ¨¦l es demasiado para cortarlo. Este pa¨ªs se construy¨® desde una gran diversidad. Hay que luchar para preservarla¡±, dice convencido.
Ciertamente, al menos en su caso, la cultura ha sido m¨¢s fuerte que el odio.
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