Un crep¨²sculo demasiado blando

Creo que la primera vez que vi a Nick Nolte fue en la serie Hombre rico, hombre pobre. Su argumento me resulta borroso y me cuesta recordar el careto de su compa?ero Peter Strauss. Pero ya entonces sab¨ªa que me resultar¨ªa imposible olvidar a Nolte. Testosterona pura, facilidad cong¨¦nita para meterse en todos los jaleos de la vida, nobleza interna, carne de adicciones, un magn¨ªfico perdedor, un colega lleno de peligro, pero un colega de verdad, vulnerabilidad extrema detr¨¢s de su dureza, alguien que pod¨ªa ser un le¨®n, pero tambi¨¦n aquel conmovedor pr¨ªncipe de las mareas.

Su carrera no est¨¢ repleta de obras maestras, pero siempre me ha gustado verle y escucharle; justifica el precio de la entrada. A Robert Redford le descubr¨ª siendo pasto de la jaur¨ªa humana y descalzo por el parque. Siempre posey¨® encanto y una facilidad notable para moverse con soltura y veracidad en comedia, drama, w¨¦stern, thriller. Siempre con un toque rom¨¢ntico. Por ello, me qued¨¦ estupefacto en los ¨²ltimos a?os al constatar su pavor al envejecimiento, al afrontarlo de forma tan desastrosa, mediante unas transparentes y malogradas cirug¨ªas en su rostro, al convertir aquel rostro que fue luminoso en una m¨¢scara sin expresi¨®n, pat¨¦tica. Su cara parece haber mejorado en las dos ¨²ltimas pel¨ªculas. Parece haberse operado otra vez para dejar de parecer la esfinge, para desestirarse.

En Un paseo por el bosque caminan juntos. Caminan excesivamente si nos atenemos a un guion con sentido de la l¨®gica. Van a recorrer Los Apalaches, tres mil kil¨®metros en medio de monta?as. El personaje de Nolte, con una pierna de titanio y la voz de alguien consumido por el enfisema, que susurra en vez de hablar, con las huellas de infinita nicotina y todo el alcohol que se haya podido trasegar. Y Redford a lo suyo, con toque juvenil, muy sano, tambi¨¦n sabiendo que ya no habr¨¢ m¨¢s viajes para el aventurero.

Redford la produce. Cuentan que es un antiguo proyecto suyo y que intent¨® convencer a Paul Newman para que la interpretaran juntos. Mejor que esta colaboraci¨®n no saliera adelante. Mejor recordar a esta mod¨¦lica y m¨¢s que divertida pareja haciendo de Butch Cassidy y Sundance Kid, asaltando bancos, compartiendo a una mujer y huyendo de la Pinkerton, o constatar c¨®mo aparece una embelesada sonrisa en nuestra cara cuando nos acordamos de los timadores de El golpe.

Un paseo por el bosque es la adaptaci¨®n de un best-seller que no he le¨ªdo. Cuentan que la historia es real. Pero el guion est¨¢ al servicio exclusivo de sus viejas estrellas. Y es excesivamente amable, t¨®pico, m¨¢s que previsible, con algunas secuencias tan chapuceras y bobas que pueden despertar verg¨¹enza ajena, como la persecuci¨®n que sufre el libertino Nolte por parte del marido de una se?ora muy gorda a la que se ha ligado en una lavander¨ªa utilizando como pretexto la ropa interior de la dama.

El director Ken Kwapis recurre a las situaciones facilonas, al gui?o permanente hacia un p¨²blico determinado que puede encontrar muy gratas, e incluso irresistiblemente graciosas y tiernas, las andarinas y gru?onas movidas que surgen a lo largo del camino entre dos amigos que vagabundearon juntos en su juventud, con caracteres muy dispares y actitudes vitales enfrentadas, uno de ellos condenado a una vejez solitaria por su huida de los compromisos y su militancia en el exceso vital y el otro mon¨®gamo y confortado por una familia mod¨¦lica, pero ambos con la necesidad de emprender juntos una odisea de futuro m¨¢s que incierto antes de que el crep¨²sculo les deje postrados.

No es una pel¨ªcula despreciable, aunque nada apasionante. Utiliza frecuentemente el tono de comedia pero abusa de la blandura, sin permitirle el paso a lo agridulce, adornada con toques esforzadamente l¨ªricos, empe?ada en que no solo comprendamos a su personaje, sino a que nos derritamos ante su personalidad. Todo mi respeto y mi admiraci¨®n hacia lo que han supuesto para el cine personajes como Redford y Nolte. Pero si la cosa va de despedida de las leyendas, desear¨ªa que esta llegara con un material a la altura de su talento.