Reivindicaci¨®n masculina de la vagina
La obra 'Obscenum', en el Teatro Galileo, reclama el ¨®rgano sexual como s¨ªmbolo feminista
Fotograf¨ªas de vaginas en sepia se proyectan sobre el fondo del escenario y forman un mosaico que se alarga m¨¢s de un minuto. Est¨¢n ah¨ª, en tama?o grande. Fue la feminista Eve Ensler quien dijo hace 15 a?os que estaba preocupada por la vagina, "por lo que pensamos de ella, pero tambi¨¦n por el hecho de que no pensemos en ella". Aquella declaraci¨®n ten¨ªa que ver con Los mon¨®logos de la vagina (1996), una obra de teatro que gener¨® un movimiento de lucha contra la violencia de g¨¦nero. Ahora, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s de aquel estreno revolucionario en el Centro de Arte HERE, de Nueva York, un madrile?o (Jos¨¦ Cruz, 1977) y un gallego (Diego Dom¨ªnguez, 1972) plantean la visibilidad y la importancia del ¨®rgano femenino en Obscenum, una pieza entre el drama, la comedia y el musical.
Antih¨¦roes, prostitutas, relaciones cercenadas, fantasmas¡ ¡°Obscenum es el antitodo¡±, define Dom¨ªnguez. Una pieza que habla del sexo y de la relaci¨®n actual de la sociedad con el porno, liberada de cualquier prejuicio o encasillamiento, y un grito a favor del feminismo y de la naturalidad del cuerpo y de los ¨®rganos sexuales. ¡°Reivindicamos el co?o, hay que hacerlo¡±, espetan tajantes los dos. ¡°Por algo el cartel de la obra es una mujer baj¨¢ndose las bragas y no un hombre los calzoncillos. Es muy importante¡±. El simbolismo de cada elemento de la obra arrastra connotaciones hist¨®ricas m¨¢s o menos recientes y denuncias contra la opresi¨®n sexual, por ejemplo, en el di¨¢logo entre Perla, un ama de casa enternecedora y promiscua y Alfa, un gay con todo el poder que el imaginario social cede usualmente al heterosexual.
En esa conversaci¨®n, Perla le cuenta indignada que en Reino Unido la nueva regulaci¨®n de Servicios Audiovisuales ha prohibido varias pr¨¢cticas dentro del porno, desde azotar hasta el face sitting (sentarse en la cara). Y lo m¨¢s grave para el personaje, el squirting (eyaculaci¨®n femenina). ¡°?Qu¨¦ poca sensibilidad! No, pi¨¦nsalo. Prohibir la constataci¨®n visual del orgasmo femenino es algo¡ horrible. Como la ablaci¨®n. Enti¨¦ndeme. No son la misma cosa pero¡ est¨¢n en la misma longitud de onda¡±. Aquella prohibici¨®n no es parte del libreto, ocurri¨® en 2014 y levant¨® a feministas de toda Europa que firmaron opiniones en diarios como The Independent (en el que escribi¨® la reconocida directora porno Erika Lust) o The Guardian (donde lo hizo la dominatrix Itziar Urrutia).
El mundo del empoderamiento de la mujer no es nuevo para ninguno de los dos directores, que se conocieron en la Real Escuela de Arte Dram¨¢tico de Madrid cuando Cruz daba clase a Dom¨ªnguez y que, empujados por los recortes, se lanzaron a este proyecto. Este ¨²ltimo se considera feminista desde siempre: ¡°Es mi lucha personal. El feminismo es la base de todo, toda b¨²squeda de la humanidad para encontrar paz y armon¨ªa pasa por esa primera idea primigenia, es una barrera que hay que saltar de una vez¡±. Ambos convergen en la idea de las ¡°estructuras sociales que manejan a su antojo¡± ese ideario tendente al poder masculino.
Barajaron ambas ideas ¡°que se iban de madre¡±, dice Cruz riendo. ¡°Pero David O¡¯Donnell, de Yllana Producciones, entr¨® para frenar un poco nuestra irreverencia¡±. As¨ª se alambic¨® la obra, con un aparente extravagante envoltorio, ochentero y pop, pero con una historia cotidiana en la que se ¡°avisa¡± de que, en cualquier caso y a pesar de los estereotipos, el amor es mucho m¨¢s peligroso que el sexo. ¡°El amor es una cosa obscena. ?Lo ves ahora? Pero la gente est¨¢ muy equivocada. Es m¨¢s peligroso creer en el pr¨ªncipe azul que saber que podemos manejarnos con tres pollas a la vez¡±, declama Eme. Y ellos, sentados frente al ¨²nico t¨¦ con leche que queda en la mesa exclaman a la vez y superponi¨¦ndose: ¡°?Blancanieves!, ?Cenicienta!¡±.
Pero no a todos los ni?os (ellos o ellas) los adultos les dan ejemplos del siglo pasado. En la obra, a Junior, la amiga y antigua amante de Eme, una ella que habla de ella en masculino, su abuela le dej¨® en herencia un mantra que permanece en el aire como una proclama: ¡°Soy un co?o, soy una cabeza, soy un coraz¨®n¡±. ?Joder! En momentos complicados, estas palabras me dan la vida misma¡ Date cuenta: el co?o me reduce a ser hembra, a la cabeza le debo ser un poco as¨ª, rudo, y el coraz¨®n¡ el coraz¨®n me vuelve un maric¨®n perdido¡±.
Acaba la obra y, a pesar de todas sus palabras malsonantes, punzantes e irreverentes y a pesar de los desnudos continuos ¡ªmetaf¨®ricos y literales¡ª que pudieran remover a alguien en el patio de butacas, queda la sensaci¨®n de que no ha habido ning¨²n disfraz.
'Obscenum'
La pieza cuenta la historia de Efe, un fot¨®grafo er¨®tico que atraviesa una profunda crisis desde que Eme, musa y modelo, lo abandon¨®. A lo largo de la obra se contar¨¢ la historia desde varios puntos de vista con idas y venidas al pasado y a trav¨¦s del encuentro con el resto de personajes.
Direcci¨®n: Diego Dom¨ªnguez y Jos¨¦ Cruz.
Texto: Jos¨¦ Cruz.
Canciones: Diego Dom¨ªnguez.
Direcci¨®n musical: Pablo Novoa.
Int¨¦rpretes: David D¨ªaz, Paula Ruiz, Alda Lozano, Borja Flo¨¹ y Manuela Morales.
En el Teatro Galileo hasta el 10 de enero de 2016.
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