Que la correcci¨®n pol¨ªtica te acompa?e
La galaxia de Abrams en la nueva entrega de 'Star Wars' es m¨¢s diversa que la de Lucas
En su cr¨ªtica de Star Wars: el despertar de la fuerza para Variety, Justin Chang presta atenci¨®n a un distintivo rasgo del reparto que no est¨¢ ah¨ª por azar: la elecci¨®n de una mujer blanca (Daisy Ridley) y un hombre negro ?(John Boyega) como coprotagonistas del m¨¢s aparatoso block?buster de la temporada, algo que supone ¡°un audaz y francamente demasiado postergado correctivo al statu quo¡±. El cr¨ªtico tambi¨¦n celebra otro detalle vinculado al tratamiento de esos personajes: cuando el desertor imperial Finn acude al rescate de la chatarrera (y hero¨ªna) Rey, esta deja claro que no necesita ayuda. ¡°?Much¨ªsimas gracias!¡±, escribe Chang delatando la emocional gratitud del cr¨ªtico ante la desactivaci¨®n del anacr¨®nico clich¨¦ de la damisela en apuros.
Star Wars. Filosof¨ªa rebelde para una saga de culto (Errata Naturae) re¨²ne diversos ensayos acad¨¦micos en torno a la saga gal¨¢ctica creada por George Lucas, que analizan ese corpus de seis pel¨ªculas desde, entre otros frentes, el feminismo, la cuesti¨®n racial y la teor¨ªa de g¨¦nero. Pese a la diversidad de miradas, aflora un tema com¨²n: la segunda trilog¨ªa ¡ªepisodios I a III¡ª levant¨® un discurso problem¨¢tico que frustr¨® expectativas generadas por la original, vir¨® algunos elementos hacia formas m¨¢s conservadoras y prolong¨® inercias ya presentes en las pel¨ªculas fundacionales (insensibilidad hacia la diversidad racial, tendencia a relegar a los personajes no cauc¨¢sicos a zonas relativamente marginales del relato).
Entre La amenaza fantasma (1999) y La venganza de los Sith (2005) se fue adensando un desencuentro entre la comunidad de fans y el creador que culmina con el estreno de la nueva pel¨ªcula: un trabajo que parece haber sido construido con la obsesi¨®n de reparar, uno a uno, los agravios provocados por la obra de Lucas, imagen de un universo cuya diversidad alien¨ªgena subrayaba el claro desajuste en la representaci¨®n de la diversidad racial humana y cuyos componentes feministas se fueron desdibujando a medida que culminaba el conjunto. El resultado es, as¨ª, un trabajo que parece m¨¢s preocupado por atender al Libro de Reclamaciones que a la prolongaci¨®n, con componentes de originalidad, de un universo heredado.
La galaxia de J. J. Abrams es mucho m¨¢s pol¨ªticamente correcta que la de Lucas. Y no estar¨ªa de m¨¢s preguntarse si este reajuste a los protocolos de la correcci¨®n pol¨ªtica es sincero o forzado y si, pese a todo, no se mantiene dentro de unos m¨¢rgenes de seguridad que excluyen toda atrevida ampliaci¨®n del campo de batalla: por ejemplo, la posibilidad de una relaci¨®n interracial est¨¢ solo como posibilidad remota. Y en un universo tan amplio, ?qu¨¦ espacio se le ha reservado a la homosexualidad y a la transexualidad?
La cuesti¨®n viene de lejos. En los sesenta, Gene Roddenberry imagin¨® en Star Trek un futuro heterog¨¦neo e inclusivo, con una tripulaci¨®n del Enterprise multirracial, aunque bajo el orden hetero-patriarcal de Kirk. Los trekkies descifraron la serie como ventana abierta a una utop¨ªa antidiscriminatoria, pero necesitaron hacer uso de la fanfiction (relatos escritos por los fans) para imaginar posibles escarceos homosexuales entre el capit¨¢n Kirk y el oficial cient¨ªfico Spock.
En un universo tan amplio, ?qu¨¦ espacio se le ha reservado a la homosexualidad y a la transexualidad?
Tuvieron que pasar casi 40 a?os para que alguien se atreviese a romper ese tab¨²: el capit¨¢n Jack Harness (Torchwood) fue el primer personaje expl¨ªcito bisexual en la historia de la televisi¨®n infantil y juvenil. La saga gal¨¢ctica, en manos de Abrams ¡ªcuya trayectoria televisiva tampoco se ha caracterizado por traspasar esas fronteras de representaci¨®n¡ª, parece todav¨ªa lejos de hacer historia en ese terreno, y sus tanteos con lo pol¨ªticamente correcto se antojan m¨¢s teledirigidos por la presi¨®n de mercado que realmente ideol¨®gicos y sinceros. Habr¨¢ que seguir esperando.
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