Telemadrid afronta un cambio de piel

La Asamblea de Madrid da hoy el primer paso para el redise?o de la televisi¨®n auton¨®mica Telemadrid, una cadena que desde hace dos a?os se encuentra bajo m¨ªnimos y cuya misma existencia ha sido cuestionada por el Gobierno regional. El fantasma del cierre ha desaparecido ¡ªde momento¡ª, pero los pol¨ªticos tienen todav¨ªa mucho camino que recorrer para convertir Telemadrid en una verdadera televisi¨®n p¨²blica.

En los ¨²ltimos a?os, los espectadores le han ido dando la espalda. Tras el expediente de regulaci¨®n de empleo que afect¨® a 861 trabajadores (dos tercios de la plantilla), la oferta de contenidos propios ha sido m¨ªnima: apenas los informativos, un par de magacines y el que ha sido uno de sus formatos estrellas, Madrile?os por el mundo, llevan el sello de Telemadrid. El resto de la parrilla se ha cubierto con series, muchas de ellas ya descatalogadas, pel¨ªculas a?ejas y una abundante dosis de repeticiones.

As¨ª es como la audiencia del a?o pasado se qued¨® en el 4,2%, lejos de la obtenida por las cadenas auton¨®micas agrupadas en la Forta, que registraron en conjunto un 8%. Y especialmente distanciada de canales regionales p¨²blicos m¨¢s j¨®venes, como Arag¨®n TV, que se dispone a cerrar diciembre con una media acumulada del 11,3%.

10,6 euros por madrile?o

En 2016, la Comunidad de Madrid inyectar¨¢ al canal 67,9 millones de euros (un 1,2% menos que este a?o) y calcula que ingresar¨¢ 10 millones por publicidad. Seg¨²n las estimaciones de la empresa, Telemadrid le costar¨¢ a cada ciudadano madrile?o 10,6 euros, dinero que, a trav¨¦s de los impuestos, pagan todos, aunque pocos la vean.

La nueva ley que regir¨¢ Telemadrid, cuyo proyecto se votar¨¢ hoy en la Asamblea regional, fijar¨¢ los criterios de programaci¨®n en una Carta b¨¢sica que detallar¨¢ los objetivos de servicio p¨²blico y tendr¨¢ un alcance de nueve a?os. El PP y Ciudadanos han pactado un texto sin haber conseguido cerrar consenso con los otros dos grupos, el PSOE y Podemos.

La oposici¨®n se queja de que la reforma no garantiza que se ponga fin a los grandes lastres de la cadena: falta de pluralidad informativa, subordinaci¨®n al Gobierno y debilidad financiera. Como en el caso de TVE, la ley prohibir¨¢ que los programas informativos sean externalizados, aunque plantea un modo de subcontrataci¨®n de contenidos, seg¨²n la oposici¨®n.

Tampoco se blinda su car¨¢cter p¨²blico, si bien el PP insiste en que no existe ning¨²n plan para privatizar Telemadrid. Pero el hecho de que el actual ente p¨²blico se convierta en una sociedad an¨®nima mercantil ha desatado la inquietud entre sus trabajadores.

Cambiar¨¢, eso s¨ª, la forma de elecci¨®n del director general y del consejo de administraci¨®n. La reforma exige el nombramiento del primero por dos tercios de los diputados de la Asamblea, lo que obligar¨¢, al menos, al consenso de tres grupos parlamentarios. Desde finales de los a?os ochenta, cuando naci¨® el ente p¨²blico RTV-Madrid, su responsable ha sido elegido directamente por el Gobierno aut¨®nomo, aunque rinde cuentas ante el Parlamento regional. A partir de ahora, ser¨¢ seleccionado a trav¨¦s de una convocatoria p¨²blica para un mandato de seis a?os, con objeto de sortear los vaivenes de las legislaturas.

Respecto a la elecci¨®n del consejo de administraci¨®n, cuatro de sus nueve miembros ser¨¢n designados por la Asamblea, y otros cinco, por consejos profesionales. Permanecer¨¢n en el cargo seis a?os y deber¨¢n ser profesionales con experiencia en la gesti¨®n de empresas o medios de comunicaci¨®n.